Cultura

Aquellos primos del barrio

  • Los hermanos Lagares hacen un homenaje a sus orígenes con 'Los duros de Bronson'

  • El corto recupera la animación en plastilina que potenciaron con su escuela pionera en Barcelona

"Crecimos en La Trini, el segundo barrio más peligroso de Barcelona en los años 60 y 70, sólo superado por La Mina. La delincuencia, la droga, las bandas y las peleas eran la rutina de cada día. O aprendías a defenderte, o acababas como el saco de patatas de algún malote".

El recuerdo de José Lagares de la infancia que tuvo junto a su hermano Manuel es positivo, pese a esa descripción de un entorno hostil. Encontraron un lugar para la evasión, su "luz al final del horizonte más oscuro" en los dos cines del vecindario, apenas a 50 metros de su casa. El Trinidad y el Favencia fueron para ellos "salvadores de nuestras vidas". "Nos enseñaron a esforzarnos a ser un poco mejores cada día, a través de aquellas películas que se quedaron para siempre en nuestras retinas y corazones".

Entre ellas estaban aquellos títulos que copaban entonces la cartelera con el protagonismo absoluto de "aquel feúcho pero atractivo actor de bigotillo con pinta mexicana llamado Charles Bronson, que impartía justicia dando mamporros". Y a éste recuperan ahora como uno de sus héroes de juventud, como a Clint Eastwood y su magnum 44 de Harry Callaghan, a Gene Hackman como Popeye Doyle o a Bruce Lee, al que emulaban a la salida del cine lanzando patadas al aire, imaginando tumbar a cualquiera que perturbara ese mágico mundo recién descubierto entre butacas de escay.

"Nunca podremos devolver al cine todo lo maravilloso que nos dio -dice José- pero con Los duros de Bronson, nuestro último corto y el más personal, sí queremos dar las gracias. Por apartarnos de la oscuridad y lo sórdido. Por aprender que es más bonito admirar que envidiar, y saber que cada persona es única e intransferible, desear la felicidad de las personas y luchar contra la injusticia como aquellas películas nos enseñaron".

Los hermanos Lagares acaban de terminar su última película en la que recuperan el modelado de plastilina que les dio a conocer. En 2000 ganaron el Goya por su cortometraje Los girasoles, considerada todavía uno de los mejores filmes de animación españoles. Ese éxito que traspasó fronteras y les llevó a la antesala de los Oscar, les animó a fundar en Barcelona, junto a la productora Isabel V. Shelly, tercer elemento imprescindible en la pareja de hermanos, el primer centro de formación en esta disciplina en el país, que acabó siendo referente indiscutible en el sector.

Algunos de aquellos jóvenes talentos que pasaron por sus aulas se han convertido en reconocidos profesionales que ahora no han dudado en participar en este nuevo proyecto que firman los Lagares y Shelly, establecidos de nuevo, estos últimos años, en La Palma del Condado. En 17 años, detallan, sólo 11 alumnos, entre más de 500 que pasaron por la Escuela de Animación en Plastilina (EAP) Hermanos Lagares, consiguieron el título de maestros, de los que siete "son artífices ahora de este increíble homenaje a Charles Bronson y a los duros de Hollywood".

Dani Raya, explican, se encargó de dar vida en la película al protagonista y al gran maestro del stop-motion, Ray Harryhaussen, cameo plástico por su vínculo con la EAP. Jaume Lloses ha animado a Eastwood, a la mascota de la escuela, Saimon, y a Billy Cristal. El portugués Joao Gargate es autor de las figuras de Gene Hackman y Walter Matthau; Mónica Mansilla, la de Indiana Jones; la argentina Cecilia Frachia, las de Darth Vader (con visto bueno de Industrial Light & Magic) y Robert de Niro; Ana Miñana, la de Sean Connery; y Álvaro Postigo fue encargado de dar vida a Chuck Norris.

Además, el caricaturista Joan Vizcarra, habitual colaborador de los Lagares en la EAP, conocido por sus trabajos en El Jueves, cedió varios dibujos para los títulos de crédito. Y el chileno Samuel Restucci, descubierto por Manuel Lagares en uno de los cursos impartidos en los centros cívicos de Barcelona, "uno de los mejores especialistas de animación progresiva de este planeta", ambientó el paso por Hollywood del homenaje a los duros idolatrados en su juventud por los hermanos palmerinos.

Son sólo cinco minutos de metraje, aunque cuantioso el trabajo que hay detrás, de horas y horas de ilusión y gratitud en ambas direcciones. Confiesa José Lagares que en un encuentro revelador propiciado por Warner Bros con los animadores británicos Nick Park y Peter Lord, responsables de Wallace y Gromit, les dejaron varios consejos que fueron el empujón definitivo para abrir la escuela.

Uno de ellos lo siguen teniendo muy en cuenta: "No tengáis prisa en ganar dinero. Anteponed vuestras ilusiones y creed. Sobre todo, creed en vuestras ideas sin esperar nada. Aferraos a la satisfacción del trabajo bien hecho y a la vivencia del momento que siempre recordaréis". Aquellas palabras le dan ahora un valor aún más especial a Los duros de Bronson, entre los que hay mucho de sus ilusiones, sus ideas y su trabajo bien hecho.

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