Fila siete

El poder de la memoria

Multicines Al Andalus Punta Umbría.- Título original: 'The iron lady'.- Producción: Reino Unido, 2011.- Duración: 105 minutos.- Dirección: Phyllida Lloyd.- Guión: Abi Morgan.- Fotografía: Elliot Davis.- Música: Thomas Newman.- Montaje: Justine Wright.- Intérpretes: Meryl Streep, Jim Broadbent, Richard E. Grant, Iain Glen, Anthony Head, Roger Allam, Alexandre Roach, Harry Lloyd

La película con altos índices de taquilla en la actualidad, con su protagonista, Meryl Streep, fulgurante ganadora de un Globo de Oro a la mejor interpretación femenina en película dramática y con las mejores perspectivas para los próximos Oscar de Hollywood, en Huelva no se ha estrenado más que en esta sala de Punta Umbría. Allá tendrán que ir a verla los muchos interesados en lo que se considera un importante acontecimiento cinematográfico.

Se ha destacado de manera extraordinaria el protagonismo de Meryl Streep encarnando a Margareth Thatcher, la popular Dama de Hierro, pero, aún aceptando el gran trabajo de la actriz, cuyo talento interpretativo ha probado en numerosas ocasiones, como lo es una vez más aquí, consiguiendo incluso un parecido físico extraordinario, lo importante es destacar la personalidad de la que fuera primera ministra británicas entre los años 1979 y 1990. La visión del personaje lo estructura la película representando diversos pasajes de su vida, tanto en su dedicación política como durante las dos décadas de su jefatura del Gobierno británico, expresando especial énfasis en su responsabilidad y en las decisiones difíciles que hubo de tomar, enfrentada a un mundo de hombres y a las mayores dificultades sociales y políticas.

Sobre las muchas consideraciones que pueden expresarse de la película, cuyo guión no me acaba de convencer y me parece escaso en el capítulo sobre las actuaciones políticas de la señora Thatcher y sus indudables aciertos en su gestión de Gobierno, silenciados u olvidados por quienes sienten una fobia enfermiza por la ideología de esta señora, simplemente por eso. Hay algo que me parece esencial y es que la directora, Phillida Lloyd, ha confiado fundamentalmente en los recursos artísticos de Meryl Streep, sobre todo al expresar la humanidad del personaje en pasajes donde manifiesta sensiblemente la profundidad y entidad de su gran personalidad. El film gana con ella.

Sobra toda esa reiterativa vuelta al presente el evocar sus recuerdos, la voz del cronista que se arroga la de la protagonista, el exceso de imágenes documentales que reviven diversos sucesos en torno a los acontecimientos sociales, políticos, bélicos y terroristas durante su mandato, que interceptan el relato y congestionan el curso narrativo de la historia. No es difícil advertir una cierta indiferencia sobre el análisis de ciertos aspectos que el gobierno de Margareth Thatcher diera lugar a inolvidables polémicas.

Una vez más Hollywood recurre al sentimentalismo y a la dramatización emotiva para captar a un público genérico que ignora o ni se plantea ciertas disquisiciones políticas. El look global de la película parece centrarse más en sus pretensiones de cara a premios y estatuillas. De momento, Meryl Streep ya tiene su globo de oro. Lo merece como puede merecer el Oscar que viene después. Es lo mejor de esta película.

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