"La nostalgia es ser consciente de que vamos dejando pedacitos de nosotros"
El artista cubano cierra esta noche en Granada los actos de homenaje a Miguel Hernández con un concierto en el que no olvidará temas esenciales en su carrera

Pablo Milanés responde después de diez horas de vuelo. Está sin dormir pero si ha sacado cuarenta discos a lo largo de su carrera no es precisamente por ser un músico perezoso. Esta noche actúa en el Pabellón Municipal de Deportes de Albolote como cierre a las actividades organizadas por la Diputación granadina en homenaje a Miguel Hernández. Su gira española es un paréntesis dentro de la que está realizando en Cuba, la primera en veinte años.
-Actúa en un ciclo de homenaje a Miguel Hernández. ¿Cuál es su relación personal con él? ¿Qué nivel de conocimiento se tiene en Cuba de este poeta?
-No es un poeta popular en Cuba pero sí es conocido en círculos intelectuales. Para mí ha sido un poeta de referencia de una época trágica para España. Ha sido el poeta de la ternura y valentía en medio del horror.
-¿Qué repertorio interpretará?
-Presentaré un programa de canciones variado que contará canciones de mis últimos trabajos y que son menos conocidas, pero también habrá espacio para los temas más reconocidos por el público.
-Su último disco se llama Regalo. Pero, ¿es un regalo que se hace a sí mismo o a sus espectadores? ¿Tiene algún nuevo trabajo en el horizonte?
-Todos mis trabajos los lanzo a la consideración de mi público como si fuesen un presente, pero en este caso Regalo también fue para mí, fue un producto que hice con mucha intimidad, cariño y me preocupé personalmente de todos los detalles. Un dato, todos los arreglos musicales son míos.
-¿Qué le sugiere la palabra nostalgia?
-La nostalgia es un estado reflexivo con ciertas dosis de melancolía. Es ser consciente de que muchos pedacitos de nosotros, del mundo en que vivimos, se van desprendiendo y quedando atrás. Pero es a la vez un estado sereno, constructivo.
-¿Se le revuelve algo por dentro cada vez que viene a España?
-Siempre me siento muy feliz de venir a España, son muchos los motivos, desde los artísticos hasta los personales: por mis amigos, mi familia...
-¿Qué relación mantiene en la actualidad con sus amigos españoles como Víctor Manuel, Sabina o Serrat?
-Joaquín y yo somos muy amigos, pero no compartimos vecindad. Con los demás amigos, los veo esporádicamente cuando vengo a España, siempre que sus compromisos y los míos nos lo permitan, pero sé que siempre están ahí.
-Con la crisis, muchos artistas actúan ahora en teatro con la excusa de querer ofrecer conciertos más íntimos. Pero ¿qué es para usted un concierto íntimo?
-Es aquel, sin tener en cuanto el lugar, en el que se produce una comunicación especial entre el público y yo.
-¿Dónde está la frontera entre la sensibilidad y la ñoñería? ¿La ha traspasado alguna vez o sigue firmando sin pudor todas las canciones que ha compuesto a lo largo de su carrera?
-En la respuesta del público. Cuando las cosas son sinceras y verdaderas perduran en el tiempo. Soy plenamente consciente de lo que he realizado y no hay arrepentimiento alguno.
-¿Ve alguna revolución en el horizonte o le da un escalofrío pensarlo?
-Las revoluciones son positivas porque se supone que nos hacen más críticos, inconformistas y más exigentes con nuestros políticos. Otra cosa es el manejo de esos procesos en revolución.
-Los jóvenes cubanos están triunfando con el mestizaje y el rap. ¿De tener ahora 20 años llevaría gorra y cazadora de baloncesto?
-Quién sabe. Es posible.
-"Si me faltaras no voy a morirme, si he de morir quiero que sea contigo". ¿Es más difícil escribir una canción de amor que de desamor?
-Depende del amor.
No hay comentarios