Cultura

El niño salvaje

CineBox Aqualon Puerto Huelva y El Condado Cinemas 7. - Producción: España y Alemania, 2010. - T.O: 'Entrelobos'. - Duración: 114 minutos. - Dirección y guión: Gerardo Olivares. - Fotografía: Óscar Durán. - Música: Klaus Badelt. - Montaje: Iván Aledo. - Intérpretes: Juan José Ballesta, Manuel Ángel Camacho, Sancho Gracia, Vicente Romero, Carlos Bardel, Luisa Martín, Álex Brendemühl, Antonio Dechent, Dafne Fernández, Agustín Rodríguez López.

Aunque es fácil evocar el imprescindible precedente de Emilio o la educación (1762), de Jean-Jacques Rousseau, no es menos preciso recodar otra referencia inevitable: El pequeño salvaje, en el original L´enfant sauvage (1970), que aparte de demostrar el talento de François Truffat, valor notable de la nouvelle vague, prueba su agudeza expresiva afrontando un caso real: el niño hallado a finales del siglo XVIII en el bosque de Lecaune, región francesa de Tarn, que vivía en estado salvaje como un animal más.

En este caso el realizador cordobés Gerardo Olivares, ganador de la Espiga de Oro del Festival de Cine de Valladolid (Seminci) por su largometraje 14 kilómetros (2007), afronta una historia similar, aunque resulte más dramática y desgarradora, ocurrida realmente en un pequeño pueblo de la Sierra de Córdoba. En años amargos de marginación, hambre y miseria, Marcos, nacido en 1946, fue vendido por su familia a los siete años a un potentado rural como pastor de cabras.

El viejo pastor que lo acogió falleció y Marcos se quedó solo completamente aislado en medio de aquella agreste serranía en la que vivió durante doce años con la única cercanía y familiaridad de lobos, águilas, un hurón y una jineta, sin contacto alguno con los humanos. A los veinte años es prendido por la Guardia Civil cuando caminaba descalzo por el bosque, ataviado con pieles de animales y un largo cabello que le llegaba a la cintura. Internado primero en un convento donde fue educado, más tarde ingresó en el Ejército, pero nunca se adaptó a la vida social. Toda su ilusión fue volver con sus amigos los lobos.

Creo que el gran mérito de esta película radica en haber centrado su interés en la más pura aventura a través de un relato vibrante, enardecido por las magníficas imágenes conseguidas por una cámara que con espléndida efectividad ha seguido paisajes extraordinarios, una luz intensa y una acción trepidante, cuanto ilustra un relato basado en hechos reales e inspirado en el libro El pequeño salvaje de Sierra Morena, de Gabriel Janer. De ahí deviene el poder visual del film que supera con creces la debilidad ostensible del guión, que permite valorar como merece esta historia de intensa acción con la que Gerardo Olivares consigue un considerable impacto en cualquier espectador. De paso, rasgos certeros sobre la depauperación de la época, el desarraigo social, el poder de los señoritos andaluces, la explotación de la infancia, la dura represión y la conversión de antiguos combatientes de la guerra, los "maquis", en nuevos bandoleros. Magnífica actuación del pequeño Manuel Ángel Camacho.

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