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Juego de contrastes
De lo recreativo y lo fúnebre | Crítica
El sevillano Cuarteto Fuerte publica una cuarta entrega discográfica que expande su rico y abierto territorio creativo.
La ficha
De lo recreativo y lo fúnebre. Cuarteto Fuerte. Titanical Records, 2025. Juan Miguel Martín: bajo. Álvaro Vieito: guitarra. Gustavo Díaz: saxo. Javier del Barco: batería.
Aunque su nómina de integrantes haya ido cambiando con el discurrir de los discos desde su fundación en 2019, la noción de Cuarteto Fuerte apenas ha alterado su objetivo inicial: aplicar una particular vuelta de tuerca a un marco jazzístico contemporáneo erigido sobre pluralidad y dinamismo. Eso sí, la capacidad del proyecto liderado por Juan Miguel Martín ha afianzado recursos y calado, sin perder de vista una cohesión grupal e identitaria que ha funcionado con precisión, independientemente de la estructura instrumental del grupo sevillano, con bajo y batería como piezas fijas más clarinete bajo, guitarra o saxos alto y tenor alternándose en la primera línea.
Su cuarta entrega discográfica –tercera en estudio–, con portada y diseño de Jesús Miguel Guisado Tetu, se bautiza ahora como De lo recreativo y lo fúnebre (Titanical Records, 2025) y llega para aportar una flamante disposición tímbrica, conciliando saxo de Gustavo Díez con la recuperación de la guitarra de Álvaro Vieito, presente también en su disco homónimo de 2019. Las referencias vuelven a manifestarse en un arco de vocación cinemática que conecta a Henry Mancini (aquí versionado en su Mr. Yunioshi de la banda sonora de Breakfast at Tiffany’s) con los Lounge Lizards de John Lurie, a través de un itinerario, compuesto íntegramente por Martín, donde se condensa armazón e improvisación, buscando el giro sorpresa y la versatilidad expositiva: de la métrica matemática de Un tío raro a la ternura melódica de Quién te mandaría cerrando con la propuesta ambient de Salve, cimentada sobre el soporte electrónico de David Cordero. Un sugerente juego de contrastes que bautiza el disco a modo de reflejo del tornadizo pulso vital y anímico de su autor; también un espejo que expande la arquitectura sonora de un Cuarteto Fuerte que se concreta aquí fructífera y abierta, expresiva y sin restricciones.
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