Un belén viviente en Nuevo Molino
Unos 80 niños de entre 3 y 15 años recrean las escenas del nacimiento de la Intercomunidad
El belén viviente de la Intercomunidad Parque Nuevo Molino Virgen de la Cinta abre sus puertas por tercer año consecutivo en la capital onubense. En el espacio anexo al club social se han habilitado unos 1.200 metros cuadrados para recrear las distintas escenas que conforman el nacimiento, en el que participan unos ochenta niños, con edades comprendidas entre los tres y los quince años, y veinticinco adultos.
Entre las novedades de esta edición se encuentra la distribución del poblado así como la portada de acceso al belén y la fachada del castillo de Herodes. Toda la infraestructura y el atrezo ha sido realizada por los vecinos con material reciclado, cuidando todo al mínimo detalle. También la vestimenta de la mayoría de los figurantes ha sido confeccionado por ellos mismos.
El pasado 3 de noviembre, tras desmontar la casa del terror de Halloween se comenzó con la infraestructura del belén. Unas treinta personas se encargaron de la construcción del poblado y ambientación de las distintas escenas, en las que no faltan los animales (borrego, tortuga, gallinas, palomas y conejos).
El recorrido por el belén, al que se accede en grupos de quince o veinte personas, comienza ante el castillo de Herodes. Los visitantes son recibidos por una cohorte de soldados romanos. A un lado, unos soldados custodian una jaula de madera en cuyo interior hay un grupo de esclavos.
Enfrente se encuentra un puesto de dulces caseros y patatas y un escribano, que va tomando nota de todo aquel que entra. Ya dentro del castillo de Herodes, la primera parada es en la escudería, donde varios hebreos cincelan las espadas. De allí se pasa al salón del trono, donde Herodes está acompañado por su harén.
Tras salir del castillo se entra en el poblado, en el que se distribuyen distintos puestos de mercaderes con productos frescos: la frutería, la panadería, donde pequeñas amasan, y una dulcería, en la que se ofrece profiteroles a los visitantes.
A unos metros se encuentra el nacimiento: la Virgen María, San José, el niño Jesús, y junto a ellos un ángel y los tres Reyes Magos, continuando el recorrido por el huerto, junto al cual realizan su labor las planchadoras y tejedoras, y un grupo de hebreas ofrece una copita de vino dulce acompañada por queso o salchichón. Prosigue el itinerario por la herrería, los puestos de especies, alfarería y pescaderos en torno al río, donde hay unos pescadores con caña; la carpintería y el escribano. Entre estos dos últimos se representa la escena de la Anunciación. La visita finaliza en una gran jaima donde niños realizan dibujos.
El belén viviente abre sus puertas los sábados 14 y 21 de diciembre, de 17:00 a 19:00, y los domingos, 15 y 22, de 12:00 a 14:00. El próximo fin de semana, las personas que lo visiten deberán entregar un kilo de alimentos no perecederos para una obra social.
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