Wiesenthal retrata la gran cultura europea en su biografía de Rilke

El autor vuelve con una indagación en la vida del poeta alemán que daría para "una película de Visconti"

El escritor Mauricio Wiesenthal (Barcelona, 1943), retratado entre los libros de su biblioteca personal.
Alfredo Valenzuela (Efe) Sevilla

28 de noviembre 2015 - 05:00

Mauricio Wiesenthal ha pintado "un gran mural de la cultura europea en la primera mitad del siglo XX" en su monumental biografía de Rainer Maria Rilke, un volumen de 1.225 páginas que ahora llega a las librerías.

Wiesenthal enfrentó su Rilke. El vidente y lo oculto (Acantilado) "como si de una Capilla Sixtina se tratara; centrado en la figura de Rilke, pero rodeado por los personajes que fueron sus amigos: Lou Salomé, Freud, Rodin, Tolstoi, Gorki, Marie von Thurn, Ellen Key, Marina Tsvetáieva, Zuloaga, Paul Klee, Stefan Zweig, Gide, Rolland...", explica este escritor insólito, ejemplar fin de raza y autor de obras tan singularísimas como Libro de Réquiems o El esnobismo de las golondrinas.

Wiesenthal, que en otra de sus ambiciosas novelas, Luz de vísperas, ya viajó a este mismo periodo histórico, asegura que su obra sobre Rilke es también "una galería extraordinaria de hombres y mujeres de un tiempo privilegiado". En su nuevo retrato de aquel tiempo, en esta larga narración deja "en segundo plano" las "figuras de los iluminados" que influyeron en Rilke, como El Greco, Pascal, Nietzsche, o incluso el Descartes de los "sueños" inquietantes.

"Es una biografía simultánea de todos ellos, pero no referencias eruditas, sino retratos comunicados entre sí por las mismas luces, colores y perspectivas", dice el autor, nacido en Barcelona en 1943 pero criado en Cádiz, estudiante de la Universidad de Sevilla y muy vinculado a Ronda por su devoción a Rilke, quien pasó una etapa determinante de su vida en esta ciudad malagueña.

Tras años de trabajo en esta obra, Wiesenthal señala que para llevarla a cabo se dio cuenta de que "disponía de un escenario magnífico porque Rilke fue un gran viajero, vivió en castillos y grandes hoteles, entre mujeres elegantes y famosos personajes, en los lugares más románticos". "Y lo curioso es que era un pobre de solemnidad; encontraba mecenas y princesas por todas partes. Por eso su vida es apasionante", señala antes de advertir de que la suya "no es una biografía novelada, sino una recreación histórica".

Como los escenarios son tan hermosos, las peripecias tan variadas y los personajes auténticos gigantes, Wiesenthal está convencido de que su libro daría "para una buena película: una ofrenda para los amantes de Visconti", y garantiza que sus lectores reconocerán su forma de escribir, su estilo, y el "espíritu europeo" que sobrevuela toda su obra. "Es una biografía vivida, con detalles inéditos, revelables ahora que, con perspectiva, se pueden juzgar los errores más graves que heredamos del mundo de ayer: el relativismo, el racismo, y el fanatismo racionalista que infravalora los valores de la piedad y del corazón", asegura el autor, que en el libro también hace un canto a la pobreza y la humildad.

De Rilke añade que "fue un hombre obsesionado por el mundo oculto, por el más allá, por la cara oculta de la vida, los misterios y los azares de la existencia, y por todo aquello que no vemos; le llamo vidente porque tenía una percepción especial para penetrar en el misterio; sus amigas, pues fue muy amado por las mujeres, decían que era un médium y que en su presencia ocurrían cosas inusuales... En fin, nadie debe extrañarse de que un poeta sea un profeta".

"Comenzó siendo un poeta racionalista y abstracto, pero en sus Elegías de Duino y en sus Sonetos a Orfeo descubrió el camino del corazón; o sea, que cada verso no es un pensamiento sino una experiencia; seguirlo en ese camino de iniciación es el tema de mi libro", explica.

Según Wiesenthal, "Rilke comprendió que nuestras abuelas conocían secretos que fueron destruidos por la barbarie del racionalismo moderno; la fe, la oración, la piedad, la belleza, las reliquias, los pequeños objetos que ellas veneraban, explican muchos valores de civilización que hoy se derriban con barbarie y brutalidad". "La comprensión de la vida exige respeto por el detalle; la civilización descansa sobre valores de precisión y educación recta del sentimiento, y todas las ideologías conducen al fanatismo si no están corregidas por el amor", concluye.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

El extranjero | Crítica

Ozon no puede con Camus

Mapa de Músicas | Vanessa Goikoetxea. Soprano

Vanessa Goikoetxea, sin etiquetas

Lo último