Mañana se inauguramanuel h. martin. director del certamen

"Queremos ilusionar a la gente y que sientan el festival como algo suyo"

  • En su apuesta por una muestra abierta, viva y orgánica, el onubense quiere ilusionar a la gente

  • Para ello, defiende la variedad de propuestas en los contenidos y el papel protagonista del público

Cree en el trabajo en equipo, rechaza los personalismos, no renuncia a la empatía (aunque confiesa que pueda experimentarla en exceso) y le brillan los ojos cada vez que habla de sus motivaciones como director del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. A un día de que arranque la muestra, su director, Manuel H. Martín, asegura que el nerviosismo se diluye con el cansancio y las horas de trabajo. Pero la ilusión sigue intacta. Aunque cree en la pulsión creativa, sabe que la inspiración le debe pillar trabajando. Y en este punto, reivindica la cultura como industria, como un trabajo que de forma inexorable necesita al público.

-¿Qué siente a escasas horas de que se celebre la gala de apertura?

-Estoy con las ganas de que todo salga bien y de que haya los menos errores posibles. Por el equipo, por todos. Soy la cara visible pero siento cualquier problema del equipo como mío. Se trata de intentar que todo salga bien y que la gente salga llena de cariño y quiera volver al festival. Queremos ilusionar a la gente. Cuando te dedicas al cine, esto es magia. Lo más difícil es llevar a una institución a ese punto romántico cinematográfico -como de Cinema Paradiso-, pero hay que pensar que se puede. Porque, si no piensas de esa manera y no tienes la ilusión del niño pequeño, es muy complicado entrar en este tipo de proyectos. Está muy bien el bagaje que dan los años, pero el punto ese de niño pequeño que tiene una ilusión nueva es importante.

-Tras ocho meses al frente del certamen, ¿qué es lo más motivador y cuál es el mayor handicap que ha encontrado?

-Lo más motivador es el equipo, que tiene muchas ganas de trabajar. Cuando tú diriges un proyecto lo importante es darle importancia al equipo. Pero al lado, ni detrás, ni debajo. Tener al equipo a tu lado no es lo mismo que tenerlo debajo y siempre que dirijo un proyecto intento motivar a todos y transmitirles la ilusión y el cariño. Al final no deja de ser un trabajo que va más allá de un sueldo, porque dedicas mucho tiempo y tienes que trabajar mucho y al lado de la gente. El handicap es que ha sido un año complejo por el poco tiempo con que hemos contado, porque entré a mediados de marzo. Pero a pesar de eso, estoy contento con los colaboradores, los patrocinadores oficiales, así como con las instituciones que se han ido sumando al festival. Es cierto que venimos de una situación compleja, pero la gente sigue confiando en el festival y noto mucho apoyo institucional. Creo en la filosofía de equipo y esté yo o vengan otros, de aquí al futuro el festival no tiene que ser personalista, sino un poco más de equipo.

-¿Cree que ha logrado impregnar a esta 42 edición de la línea editorial por la que aseguró que apostaría desde que tomó posesión de su cargo?

-Sí, por muchas razones. Primero, por abrirse más al público. Y eso va desde el cartel -que se ha abierto a los creadores y cuyo concurso casualmente ha ganado alguien de Huelva- a la propia forma de colaborar, porque creo que hacemos que las instituciones se sientan partícipes del festival, que propongan cosas. Hay que marcar muy bien la línea editorial, que es el camino que queremos coger y a partir de ahí sumarse. Cualquier comentario, idea u opinión siempre es válida, ya sea de un trabajador, colaborador, institución o empresa. Queremos que la gente haga del festival parte de su vida y eso es algo que se impregna. Y debe haber una normalización del equipo, del director y que me vean como alguien normal. Yo no dejo de ser un espectador más e intento que no haya esa barrera entre el público y el festival, sino todo lo contrario. Que haya más comunión.

-¿En qué le ayuda el haber amado el festival de pequeño, ser espectador y haber competido en el certamen?

-La gente tiene que ver el trabajo que hay detrás. Creo en el talento en general -no me refiero al mío- pero a partir del trabajo. Todo tiene que estar muy desarrollado, seguir un guión marcado y que todos participen. Que me vean como alguien accesible. Intento escuchar siempre a todos y que el despacho del festival esté siempre abierto a quien quiera sugerir ideas. Lo importante, cuando te reúnes con alguien, es argumentar. Yo estoy aquí porque me identifico con las cosas. Puede ser más un defecto que una virtud el exceso de empatía, pero a mí me gusta empatizar con la gente, con el equipo, con el festival. Voy al cine y cuando veo una película me meto dentro y no quiero salir. Me dedico a lo que me gusta. Ahora dirijo un festival, mañana a lo mejor estaré rondando. Y creo en esa ilusión.

-¿Ha apartado su faceta como creador y su labor en la productora La Claqueta?

-Sí. Es cierto que podría compatibilizarlo, pero en este primer año he creído que hay que echar todo el esfuerzo en el festival. Espero, si en el futuro sigo al frente del festival, compatibilizarlo. Aunque le dedique mucho tiempo y el máximo esfuerzo al festival. Será una prioridad mientras que esté aquí. Pero es una pulsión interna, y estoy contento de estar aquí, pero tengo el gusanillo de crear cosas. Me gustan las dos cosas.

-Hablemos de números. ¿Cuál es el presupuesto de esta edición?

-Justo hoy vamos a anunciarlo. Se ha mejorado, sobre todo con mucha colaboración de patrocinadores y colaboraciones oficiales. Son siete meses, ha sido difícil pero no imposible.

-¿Qué porcentaje aportan los patronos?

-Ahora mismo del presupuesto global aportan más del 50%. Son 304.000 euros.

-¿Está lista la auditoría?

-Todavía no tengo los resultados definitivos. La auditoría es externa al festival, y eso es muy importante, y a nosotros nos tratan como a una empresa más, como debe ser.

-¿Qué va a pasar con la deuda?

-Nosotros no decimos que la deuda no se pague o que rechacemos pagarla. Lo que decimos es que tenemos un presupuesto con el que hay que acotar la edición de este año. A mí desde que entro se me encomienda ejecutar la edición y, como es lógico, con el presupuesto de la edición 2016 no se pueden pagar deudas anteriores. Creo que se entiende perfectamente. A pesar de todo, lamento la situación con los acreedores, pero espero que entiendan que es un tema independiente a esta edición y que es un tema para el que tendrá que buscarse y darse una solución.

-¿Se puede hacer un buen festival con un presupuesto modesto?

-Creo mucho en el corazón. Pero eso tendrá que juzgarlo la gente, la prensa, los compañeros, los espectadores y el resto de profesionales cuando termine la semana. Yo no sabría valorarlo. Se puede hacer y lo importante -más allá de entrar en la valoración de bueno o malo- es que el festival tiene que hacerse es con el presupuesto que hay. Eso sí, en futuras ediciones hay que mejorarlo. Esto necesita mejorarse. Podemos desarrollar el festival con este presupuesto, pero evidentemente no es lo mismo que contar con otro, se trabaja de otra forma diferente.

-¿Cuál sería el presupuesto ideal?

-No hablamos de triplicar el presupuesto actual, sino de que sea más generoso del que anunciaremos hoy. Y en esa generosidad también trabajaré yo para que haya más patrocinios y para intentar atraer. Pero tiene que entenderse que en los festivales hay que hacer una línea transversal: que el festival se entienda como algo cultural pero también turístico, gastronómico e industrial. Si en el futuro el festival sirve para potenciar el 525 aniversario del Descubrimiento o la Capitalidad Gastronómica, ¿por qué no vamos a implicarnos?

-¿Debe ser pública la mayor parte del presupuesto?

-Sí, es el planteamiento de otros festivales y es hacia donde yo creo que sobre todo van los eventos tan culturales. Al final tiene sentido que sea así, que se mejore y yo lo espero en futuras ediciones. Y que sea algo progresivo. Tampoco pedimos que de repente se pase de un presupuesto modesto a otro excesivo. No, se trata de ir creciendo cada año. De todas maneras mi contrato es de un año, vamos a ver qué pasa.

-¿Se quiere quedar?

-Sí, estoy ilusionado pero entiendo que tenemos que analizar qué festival queremos en el futuro. La ilusión sigue siendo el motor para que yo me levante todos los días y quiera seguir liderando el festival los años que tengan que ser. Pero es verdad que tenemos que analizarlo y ver que las instituciones siguen confiando en mí y que podemos hacerlo entre todos y mejorarlo.

-¿Cuál es la apuesta en los contenidos?

-La apuesta es la variedad. Luego, tener género y potenciar mucho al documental. Hay grandes festivales como la Berlinale que han premiado películas de animación y películas documental, y Cannes también. Y no hablo sólo de películas norteamericanas. Ahora mismo hay una variedad de géneros en el cine que hay que trasladar al festival. Nos gustaría que cada vez fueran más importantes los premios del público, que es una apuesta a futuro. Hay un jurado que tiene sus gustos y a veces puede coincidir con el público. De esa coincidencia salen, por ejemplo, las obras de Campanella, las buenas series o películas que se hacen ahora en España. En un festival tiene que haber variedad y que tengan cabida las obras arriesgadas también. Si tienes documentales, thrillers, comedias... hay todo tipo de historias. Variedad de películas para que el espectador vea de todo.

-La presencia de proyectos españoles es notable.

-Sí, y debe ser así. Igual que tenemos una película argentina podemos tener una española. Nosotros vamos a seguir siendo un festival iberoamericano y tenemos más presencia de cintas de Portugal y Latinoamérica, pero no hay que limitarse. Tiene que haber películas españolas y tienen que ser películas producidas en Iberoamérica. Y tenemos los cortometrajes onubenses, con la colaboración de Atlantic Copper, que patrocina los Premios Luz, y pensamos que tenía que haber esta sección y el premio del público, que queremos potenciarlo. Tenía que haber una sección premiada por el público en la que este reconociese a sus creadores. Queremos acercar más el público a los creadores y por eso este año habrá encuentros en sala.

-¿Por qué se homenajea a Cuba?

-Como ya estaba avanzado el año pensamos quedarnos con Cuba. Se habían mantenido relaciones con este país y mantuvimos la comunicación con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos. Propusimos al homenajeado con el Ciudad de Huelva. La línea editorial no se debe notar, pero debes sentirla. Jorge Perugorría será premiado porque, aparte de ser un actor que estamos encantados de tener aquí, es que es un embajador cultural de Cuba que representa al cine cubano contemporáneo, moderno y con futuro, porque le queda mucho por delante. También ha trabajado mucho en España. Es muy querido por el público, además. Se trataba de unir muchos círculos. Por eso está Vampiros en la Habana, y en breve anunciaremos otra exposición.

-Huelva vive un ambiente de efervescencia cultural. ¿Se implicará el festival en el 525 aniversario del Descubrimiento de América y en la Capitalidad Gastronómica? ¿Hay algo sobre la mesa?

-Hay ideas. He hablado con Elena Tobar y con Ignacio Caraballo. Más allá de las connotaciones de uno y otro lado, me quedo con el intercambio cultural. Lo creo posible porque al final el tema es identitario y puede unir. Compartimos más cosas que un lenguaje y sus variantes. El cine latinoamericano tiene una salud impecable, conecta con el público y va a festivales. Al final llegas a la universalidad, que no es globalización. La universalidad no es un concepto imperialista, sino ser conscientes de que nuestras inquietudes, valores humanos o los problemas que tú tengas pueden ser similares en lugares del mundo. Y el intercambio cultural en positivo es eso. Por eso creo mucho en la universalidad de las historias y creo que ir desde lo local a lo universal es estupendo. Pero tenemos que creérnoslo y tirar juntos hacia delante. El festival tiene que apoyarse en ambos grandes eventos y viceversa. Unidos sumamos más, eso siempre es real.

-Paco León recibirá el sábado el Premio La Luz.

-Tiene un perfil similar a Perugorría en el sentido de que los dos son currantes. Han trabajado mucho para llegar. Y Manuela Ocón también. El homenaje a Paco responde sobre todo a un tema de prestigio, tiene ya una carrera. En Siete años muestra un registro distinto frente a sus papeles más cómicos. Porque un cómico tiene una capacidad para hacer llorar brutal y es una persona muy respetada por la crítica. Se da la unión de crítica y público y los profesionales le quieren. Y Manuela es menos conocida para el público general pero hablas con cualquiera de la industria de ella y ves que se alegran de este segundo Premio Luz. Manuela tiene una relación especial con Huelva porque nació en Madrid pero vivió mucho tiempo aquí.

-¿Logrará la 42 edición que cale el sentido de pertenencia de festival en la gente ?

-Es un reto pero no se pueden conseguir las cosas tan rápido. Me conformo con que se respire el aire. Si se respira la intención creo que lo demás es que construyamos. Queremos un festival orgánico, abierto y vivo.

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