'Nieve negra' celebra el carisma del 'thriller' clásico entre dos orillas
Martín Hodara dirige a Leonardo Sbaraglia, Ricardo Darín, Federico Luppi y Laia Costa
En un certamen recién rebautizado como Festival de Cine en Español, la concurrencia pro Biznaga en su sección oficial de una película como Nieve negra resulta altamente oportuna por cuanto representa las confluencias entre la cinematografía española y la latinoamericana, o para ser más precisos la argentina. Brindada ayer con buena recepción por parte del público y la crítica, la película es un thriller sobre demonios familiares con estructura clásica, casi en clave de homenaje al género, dirigida por el argentino Martín Hodara, un realizador procedente del mundo de la publicidad, que ejerció de ayudante de dirección en filmes como Nueve reinas y Siete años en el Tíbet, codirigió junto a Ricardo Darín La señal en 2007 y debuta ahora como director de largometrajes en solitario. El reparto incluye a tres pesos pesados del cine argentino, el mismo Ricardo Darín (ausente ayer de la presentación en Málaga), Leonardo Sbaraglia y Federico Luppi (quien se reserva un pequeño pero jugoso papel y que tampoco acudió al festival), además de la actriz barcelonesa Laia Costa. El rodaje se desarrolló el año pasado entre Andorra, sede de las localizaciones principales, y Buenos Aires, lo que aporta más leña al fuego del carácter transnacional del proyecto. De hecho, buena parte de la rueda de prensa estuvo dedicada ayer a la sintonía de España y Argentina de España y Argentina: Leonardo Sbaraglia encuentra esta afinidad como una cuestión "natural después de tantos años en los que desde Argentina hemos establecido una relación muy fluida con España a la hora de hacer nuestro trabajo. De hecho, tenemos muchas más coproducciones con España que con Uruguay. Desgraciadamente, todavía se dan muy pocas coproducciones entre países latinoamericanos, pero sí con España, que por otra parte representa el primer mercado del mundo en lengua española". Por su parte, una de las productoras de la cinta, María Luisa Gutiérrez, explicó ayer que en España "cada vez se apuesta más por coproducir con Argentina porque nos entendemos muy bien, a nivel tanto artístico como técnico".
En lo que se refiere a Nieve negra, que se estrenará en España el próximo 12 de abril, en plena Semana Santa, Martín Hodara firma un thriller ampliamente reconocible como tal, repleto de secretos del pasado que salpican el presente y giros en los que afloran las intenciones ocultas de los protagonistas. Un bosque nevado, aislado y abrupto, ejerce de ecosistema idóneo para unos personajes que dicen mucho menos de lo que callan, entre los que se tejen turbios vínculos fraternales, rencores a flor de piel, culpas de dudosa distribución y la posibilidad de ganar mucho dinero. Hodara admitió ayer ante los medios la influencia de maestros como Stanley Kubrick (cuyo El resplandor es objeto de tributo en escenas automovilísticas), Roman Polanski (especialmente recurrido a la hora de sembrar confusión entre las presencias femeninas, con la gran Dolores Fonzi) y Orson Welles (en virtud de una sobriedad formal y en la economía de lenguajes para decir mucho con muy poco, o al menos intentarlo). Hodara explicó que hubo que esperar nada menos que seis años desde la escritura del guión para que el rodaje de Nieve negra tuviera finalmente lugar, ya que "nos costó mucho más de lo esperado cuadrar las agendas, encontrar las localizaciones adecuadas y conseguir la financiación".
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