La Fundación Juan Ramón Jiménez presenta en junio como pieza del mes Marineros de Salvador.

En 2003, coincidiendo con la Exposición Luz entera, dedicada a Esteban Vicente y sus contemporáneos, desde la fundación se descubrió en el catálogo de la exposición un dibujo prácticamente igual al que ahora se muestra como pieza del mes, atribuido a Salvador Dalí. Las diferencias son mínimas con respecto al dibujo que se encuentra en nuestros fondos, quizás la más significativa es la impresión en tinta azul: "CADAQU" -localidad donde Salvador Dalí pasó estancias a partir de 1925-, según catálogo, pertenece a una colección particular.

Uno de los pintores en los que a comienzos de los años veinte se fijó Juan Ramón Jiménez fue en el catalán Salvador Dalí. Por aquellos años, 1922, Dalí estudiaba en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y se alojaba en la Residencia de Estudiantes, donde trabó amistad con Federico García Lorca, Luis Buñuel y Pepín Bello. Ese es el marco en que se produce el encuentro del poeta, antiguo residente, con el pintor, entonces ultraizante y muy influenciado por el estilo de Barradas. Juan Ramón Jiménez siempre conservó algunas obras dalinianas, entre ellas, dentro de un sobre con su inconfundible escritura, un grabado hasta hace poco desconocido, que representa al padre del pintor, y que hoy pertenece a la colección del Reina Sofía.

En 1925, un acontecimiento sacudió la vida cultural madrileña: la Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (ESAI). Entre sus participantes se encontraba Salvador Dalí. Juan Ramón Jiménez dejó unas líneas que dan testimonio del interés que en él despertó todo aquello. El poeta nos dice del pintor: "Más intelectual, más reflexivo; agudísimo en deliciosas comparaciones -véase los esquistos fondos de los dos retratos"

En 1927, Juan Ramón Jiménez le hizo colaborar en la Revista Ley, editada ese año. La colaboración consistía en dos ilustraciones de desnudos de mujer, fechadas en 1925.

Unos años después, en 1929, sobrevendría la violenta ruptura protagonizada no por Dalí en solitario, sino con la colaboración activa de Luis Buñuel, ambos ya integrados al grupo surrealista de París.

Por otra parte, señalar que en la Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez ha intervenido la periodista y escritora almonteña Alfonsa Acosta, que hizo una lectura de su obra literaria, con especial referencia al libro Las aventuras de Lincelín. El acto concluyó con la actuación del guitarrista almonteño Andrés Capea, formado con artistas como Amparo Correa, Chico Gallardo y José Antonio Rodríguez, abriéndose camino a pesar de su juventud, en el mundo del flamenco como acompañante de cantaores y como solista.

En la producción literaria de Alfonso Acosta está muy presente el tema de la naturaleza, tanto en su poesía como en su narrativa. Profunda conocedora del mundo de Doñana, ha recreado sus paisajes y el alma y habla de sus gentes en varios de su libros, con narraciones como Doñana, años sesenta y la creación de personajes fantásticos con su libro Las aventuras de Lincelín, como imaginativa aportación a la educación ambiental de los más jóvenes.

Con seis libros editados, Alfonsa Acosta ha firmado alguna de sus obras con el nombre literario de Alfonsa de Almonte. Entre estos se encuentran Al hilo de los días, Toma de aliento y Aproximación histórico-literaria a la Semana Santa de Almonte, entre otros.

Alfonsa Acosta formó parte del Grupo de Escritores y Poetas del Entorno de Doñana desde su creación en 1996. Igualmente, ha participado en los Encuentros de Poetas Verdes, organizados por la Fundación Juan ramón Jiménez y Zenobia Camprubí.