"Mamma mía!' es una coctelera de emociones sanísima para el espíritu"
La vallisoletana da vida a una de las amigas Dynamo en uno de los musicales más exitosos del mundo que, desde hoy (20:30) y hasta el domingo, recala en la Casa Colón de Huelva en siete pases
-Dice que Mamma mía! es uno de los musicales que más satisfacciones le ha dado en la vida.
-Me ha dado la oportunidad de interpretar a un personaje que a cualquier actriz le gustaría hacer, el de Tanya. Tiene una humanidad tremenda, es divertido, toca temas tan universales como la amistad, el amor, la lucha por la vida... Y, además, me dieron el Premio Nacional de Teatro como mejor actriz de musicales gracias a él. Es un orgullo muy grande y no tendré años en mi vida para agradecerlo.
-Usted comenzó ya dando vida a Tanya en 2004, cuando echó a rodar en España este musical.
-Sólo me perdí la plaza de Barcelona y tengo esa espinita clavada. Fue hace dos años, cuando estuve haciendo el musical El diario de Ana Frank.
-Ahora que ha regresado, ¿cómo ha sido el reencuentro?
-La dinámica de los musicales la tengo incorporada en mi vida. Nunca pensé que volvería a Tanya, pero me lo ofrecieron y fue un regalo. Y no sólo lo digo yo: mi hermana Loreto, que es una gran actriz, dice que se muere de ganas de darme un empujón e interpretar ella a ese personaje.
-¿Le ha encontrado algún matiz nuevo?
-Claro. El personaje evoluciona, como el ser humano. Han pasado siete años de mi vida, he madurado y soy distinta. Tenemos también unos directores tan maravillosos que van enriqueciendo nuestro trabajo cada vez que nos ponemos en sus manos.
-En los últimos siete años, más de dos millones de personas han visto Mamma mía! en este país. ¿Cuál es la clave de su éxito?
-Es un musical mágico. Sube la adrenalina por las nubes. Es terapéutico; pero de verdad, ¿eh? Cada vez que alguien me dice que está desanimado, sobre todo en los tiempos que corren, se lo recomiendo. Pasas dos horas y cuarenta minutos de felicidad, optimismo, diversión... Es una coctelera cargada de emociones sanísima para el espíritu del espectador y también de los que interpretamos.
-Me ha convencido.
-Es que es una obra tan entretenida y terapéutica que le digo al público que si hay una persona que se haya guiado por mis palabras, va al teatro, compra la entrada y no le gusta, yo misma le devuelvo el dinero.
-No sólo el trabajo actoral es de gran envergadura. El montaje también es espectacular: la compañía moviliza cinco camiones para trasladar escenografía, iluminación y sonido.
-Absolutamente. Vienen de otros países a ver el montaje que se ha hecho en España. Somos pioneros en la gira de Mamma mía!. Este musical se ha realizado en infinidad de países, pero siempre en una plaza, nunca girando. Tenemos a unos magníficos profesionales capaces de montar y desmontarlo todo en un santiamén, de que todo llegue con la misma calidad que el día en que se estrenó.
-Todo es en directo.
-Todo, todo. Si nos equivocamos, también es en directo. Una vez, en Valencia, actuamos en Las Fallas. Como hay una sobrecarga de iluminación, se nos fue la luz en mitad del espectáculo. Y dije yo: "¡Uy, se ha nublado!". El público se echó a reír. Yo tengo licencia para improvisar y los espectadores lo agradecen. Espero que en Huelva todo salga perfecto. Tengo muchas ganas de volver a sus escenarios, donde ya he estado hace años con mi hermana, con mi padre, Lorenzo Valverde, y con Florinda Chico.
-Debe ser todo un sacrificio estar en forma para cantar, bailar e interpretar, todo en uno.
-Para mí, lo más complicado es estar lejos de mi familia. Los actores de musicales somos unos grandes atletas. Tenemos que estar muy en forma, tener buena alimentación, dormir bien... Pero eso también nos mantiene muy jóvenes.
-Como los temas de ABBA, que nunca envejecen.
-Son fantásticos y forman parte de la banda sonora de varias generaciones. Vienen muchos niños chiquitos a vernos, lo que nos garantiza al espectador del futuro. Pero los temas son más complicados de lo que parece. Tienen un desglose vocal tremendo a nivel coral, hay que empastar muy bien las voces, que están muy medidas.
-Su número favorito es...
-El Dancing queen, un himno a la vida con el que me siento muy identificada.
-Todos los temas son en español.
-Sí, pero puede haber una sorpresa. El tema del idioma es la sorpresa de la función.
-Lleva desde los 14 años sobre las tablas y conoce bien el género. ¿Cómo ha evolucionado?
-Antes era mucho más difícil llevar al público a los teatros y llenar, como ahora. Eso es importantísimo.
-¿En qué otros proyectos anda metida ahora?
-Ufff. Siempre estoy dándole vueltas a la cabeza. Quiero hacer un espectáculo en directo de musical de Marta Valverde, sobre mis vivencias y mi experiencia. Ya lo estamos poniendo en marcha. Contaremos historias biográficas en clave de humor y con música, por supuesto, porque nací con la clave de Sol pegada al alma.
MAMMA MÍA!. Casa Colón, hoy (20:30), viernes y sábado (18:00 y 22:00), domingo (17:00 y 21:00). Precio: 49 euros. Duración: 160 minutos. Dirección: Phyllida Lloyd. Autores: Benny Andersson, Björn Ulvaeus, Catherine Johnson. Adaptación: Albert Mas-Griera y Juan Martínez Moreno. Producción: Stage Entertainment España. Intérpretes: Mone, Georgina Llauradó, Marta Valverde, Rita Barber, David Castedo, Carlos Seguí, Nando González, Àlex Casademunt, Mamen Márquez, Yolanda García, Aaron Cobos, José María del Castillo. Sinopsis: La historia se desarrolla en una isla griega donde va a celebrarse una boda y donde la novia se propone encontrar a su verdadero padre, reuniendo a tres hombres que son candidatos a serlo. Todo hilado con música de ABBA.
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