Reconocimiento | La propuesta se examinará este mes

La Junta inicia el proceso para declarar Patrimonio Mundial a Medina Azahara

  • El Gobierno andaluz ha presentado en el Ministerio de Cultura la solicitud para incluir al conjunto arqueológico en una lista indicativa, paso previo para que sea valorada por la Unesco

La Junta de Andalucía ha presentado ante el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte la solicitud para la inclusión del Conjunto Arqueológico de Medina Azahara en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial, paso previo para su reconocimiento internacional por la Unesco.

La propuesta del yacimiento cordobés y de todas aquellas presentadas antes del 30 de junio serán evaluadas por un grupo de expertos en Patrimonio Mundial a nivel nacional, que realizarán una primera valoración del Estado español sobre las candidaturas.

El documento presentado ante el Ministerio por la Consejería de Cultura incorpora, aparte de la descripción pormenorizada del bien, una justificación de sus valores universales excepcionales. Como ciudad palatina, uno de sus rasgos más relevantes es, sin duda, la monumentalidad de la arquitectura palaciega, con la riqueza de la decoración y el protagonismo de los jardines que caracterizan a este tipo arquitectónico en la cultura árabe.

Por otro lado, el yacimiento arqueológico de Medina Azahara resulta excepcional por haber mantenido, ocultos e inalterado en su integridad, los restos del conjunto de una ciudad planificada del siglo X, en el momento de plenitud de la arquitectura y la cultura andalusí. Los mismos califas Abderrahman III y al-Hakan II construyeron en ese mismo tiempo la parte más monumental de la Mezquita de Córdoba, en su día declarada Patrimonio Mundial. Según la Junta, desde ese punto de vista se entiende que la ciudad palatina de Medina Azahara constituye una extensión ineludible de esa primera declaración de la Mezquita y de su entorno inmediato. De hecho, las primeras excavaciones del lugar se iniciaron por el entonces arquitecto restaurador de la Mezquita, Velázquez Bosco, con objeto de obtener un mayor conocimiento de la arquitectura califal andalusí que le facilitara la tarea restauradora en aquel monumento.

Otro factor excepcional, según el documento presentado por la Junta, reside en que el yacimiento es un caso ejemplar de integración urbana y paisaje. Esta unión paisajística se manifiesta tanto en el monumental modelado del terreno como en el manejo de los materiales pétreos locales, del agua y de la vegetación. Al haberse mantenido el sitio desde su destrucción en su condición natural, sin la interferencia de nuevas construcciones, ha permitido que conserve sus valores paisajísticos escasamente alterados.

Además, la violenta destrucción de la cuidad en el momento de su máximo esplendor, y su posterior ocultación, transformaron a Medina Azahara en un mito, según la Junta, en un legado cultural inmaterial con amplia repercusión en la literatura árabe, como una suerte de paraíso perdido. La recuperación del bien ha reactivado asimismo esta tradición literaria, de forma que la ciudad palatina ha servido de escenario a varias novelas publicadas en los últimos años.

El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, subrayó los valores de este monumento como "una manifestación única de la cultura andalusí, testimonio excepcional además de su época más floreciente en el siglo X". Además, consideró que Medina Azahara posee "valores universales" para su declaración como Patrimonio Mundial y señaló que "se avanza en el proceso y se estrechan caminos entre el deseo y la realidad de convertirla en patrimonio de la humanidad".

La importancia de esta candidatura radica en que este bien, en su condición de yacimiento arqueológico urbano de la cultura árabe islámica, pertenece a una categoría apenas representada en la lista y, además, presenta unas singularidades que la distinguen claramente sobre los bienes ya declarados, según explicó la Junta, que ha invertido desde 1990 más de 28 millones de euros en el yacimiento.

El consejero reiteró que se trata de un ejemplo arquitectónico y urbanístico excepcional de un periodo histórico, el siglo X, todavía sin representación en la lista de Patrimonio Mundial. Y es que, aunque la creación de una cuidad de nueva planta como manifestación del poder del califato no es una singularidad de Medina Azahara, práctica repetida en los primeros siglos de la rápida expansión de la cultura islámica, "por su magnitud, su marco natural y su grado de conservación y recuperación no tiene parangón", valoró Alonso.

La Junta indicó que dentro de la grandes capitales islámicas que han sido declaradas Patrimonio Mundial se pueden distinguir dos grupos: las ciudades desaparecidas como tales y que perviven fosilizadas en la forma de yacimientos arqueológicos, grupo al que se asignaría Medina Azahara, y las ciudades que han permanecido vivas hasta la actualidad y que son las más numerosas.

En el caso de los yacimientos arqueológicos, frente a la abundancia en la lista de Patrimonio Mundial de ciudades de época clásica, griega y romana, la presencia de la ciudad islámica es sumamente escasa, ya que se reduce a sólo tres ejemplos, dos en Asia Menor, de cronología anterior a Medina Azahara; la ciudad omeya de Anyar (siglo VIII), en el Líbano actual, y la gran capital abasí de Samarra (siglo IX), en Iraq; y otro en el Magreb (ya más tardío, siglo XI), La Qala de los Banu Hammad, en Argelia.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios