"Gamboa y yo sólo nos parecemos en que ambos somos nómadas"

El colombiano, que da vida al malvado antagonista de la exitosa serie 'El Barco', subraya la importancia de certámenes como el Iberoamericano en su visita a Huelva

Juan Pablo Shuk, ayer durante la entrevista.
Juan Pablo Shuk, ayer durante la entrevista.
Raquel Rendón / Huelva

21 de noviembre 2011 - 05:00

-Festivales como el Iberoamericano, ¿son imprescindibles?

-Es muy importante. Tengo memoria de algunas películas colombianas que han sido nominadas o premiadas en este certamen y eso les ha dado el impulso para abrirse a más público o recibir más ayudas. Es importante para Iberoamérica tener un reconocimiento en Huelva. Y también es interesante porque se reúne aquí todo el conglomerado de América Latina y se entera uno de un vistazo de todo lo que está pasando allá.

-Interpreta a uno de los villanos más populares de la televisión, el enigmático Ernesto Gamboa en la serie El Barco. ¿Qué retos le ha planteado?

-Es un bombón, pero también un reto porque era mi primera serie en España. No conocía a nadie y aquí se trabaja de otra manera. Primero tenía que entender el lenguaje y desprenderme del estilo culebrón, que a veces se me escapa porque llevo mucho tiempo haciéndolo. Y no sabía si lo iba a lograr. Poco a poco lo voy consiguiendo o eso creo.

-¿Qué le aporta usted al malvado Gamboa y viceversa?

-El personaje está muy bien escrito. Creo que los guionistas han hecho muy buen trabajo, tanto que cualquier actor podría hacerlo como yo o mejor. Yo le aporto mi ritmo interno. Gamboa y yo nos parecemos en que yo durante toda mi vida he viajado mucho. Estudié en Estados Unidos, viví en Méjico, estuve en el Sinaí... Siempre he sido un nómada y Gamboa tiene esa condición. Pero por lo demás, él y yo no nos parecemos en nada.

-Dicen que tiene cara de malo.

-¿Sí? No, mujer (risas). A los personajes se les mide por lo que hacen, no por su cara. Gamboa hace cosas malas y la gente le pone una cara a eso. Pero los malos son muy agradecidos, la gente me sonríe cuando me ve por la calle y me quiere, pese a todo.

-¿Cómo es un día en el rodaje de la ficción de Globomedia?

-Llegamos normalmente a las nueve de la mañana y estamos trabajando hasta las seis o las siete de la tarde. Aunque eso depende del día, porque hay secuencias complicadas. Hay muy buen ambiente, tanto el equipo técnico como los actores nos llevamos muy bien y tenemos unos directores excepcionales. El buen ambiente de trabajo es algo que valoro mucho, porque si no existe, uno llega a casa cabreado y sin haber disfrutado.

-La serie planta ante la tele a más de tres millones de españoles cada semana y se emite en 23 países. ¿Cuál es la clave de su éxito?

-Los guiones son un acierto y los actores, también. Especialmente los más jóvenes: Marina Salas, Blanca Suárez, Mario Casas... Hacen un trabajo fenomenal. La historia es muy arriesgada y podría haber fracasado. La dirección y cómo la están editando para que sea creíble también forma parte del listado de claves. Normalmente las series presentan conflictos del ser humano contra el ser humano y del humano contra sí mismo. Ésta tiene una tercera dimensión, en la que aparece la naturaleza contra el ser humano en el fin del mundo. La finalidad de nuestro trabajo es llegar al público. Cuanta más gente nos vea, mejor.

-Estudió Biología, estuvo en el ejército y... ¿cómo acabó siendo actor?

-Dejé la carrera a falta de un semestre porque trabajaba a tiempo completo para ahorrar dinero e irme a estudiar Biología Marina a Estados Unidos. En ésa me ofrecieron trabajar en televisión en un culebrón. Pagaban bien. Hasta ese momento sólo había hecho un taller de teatro en la universidad y poco más. Hice el casting y me dieron el papel protagonista. Antes de empezar la telenovela me mandaron con un maestro de teatro y leí libros imprescindibles de dramaturgia. Al final me fui a Estados Unidos, pero a estudiar teatro en la Universidad de Kansas. Fue un accidente.

-¿Tiene proyectos paralelos a la serie?

-Acabo de intervenir en una película para televisión que se llama La historia del ciudadano Villanueva, sobre el sevillano que fue apresado en Bolivia injustamente. Pero me queda poco tiempo. Estoy completamente dedicado a El Barco. Cada capítulo es un reto.

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