Eduardo Garrocho: Reconocimiento a un buen cantaor

La Peña Flamenca de Huelva dedica su velada a una de las figuras contemporáneas más importantes

Destaca, además, por sus estudios de antiguos cantes

El cantaor Eduardo Garrocho recibió el homenaje en un acto al que acudió el presidente de la peña, Manuel Roméu.
El cantaor Eduardo Garrocho recibió el homenaje en un acto al que acudió el presidente de la peña, Manuel Roméu. / Alberto Domínguez

Huelva/Eduardo Hernández Garrocho recibió anoche el homenaje de la Peña Flamenca de Huelva, que preside Manuel Roméu Martín.

Allí estuvo con los suyos, con la familia, los amigos y el mundo flamenco. Un acto en la intimidad y la grandeza de la Peña, sencillo pero igualmente trascendente por cuanto se reconoce a Eduardo Garrocho -que es como se le conoce artísticamente- como cantaor de primera fila en Huelva e, igualmente, por sus investigaciones y aportaciones para conocer más profundamente a los cantes de nuestra provincia, muchos de ellos desconocidos y a punto de desaparecer.

Eduardo Garrocho se mostró muy agradecido con la Peña Flamenca, “por el hecho de que sean tus propios compañeros los que te reconozcan; es una maravilla que se acuerden de uno; hemos pretendido que sea un acto sencillo, muy familiar e intimo, entre amigos”, señala.

Contó con la participación del cuadro de cante de la Peña Flamenca de Huelva, en una velada en la que el propio homenajeado también ofreció uno de sus cantes para deleite de la nutrida concurrencia.

Él no solo se ha dedicado al cante, en numerosas actuaciones por toda España y con intervenciones más destacada como la ópera flamenca Y después América, sino que además destaca por el estudio del flamenco. Así ha conseguido rescatar cantes que “nadie se atrevía a tocarlos porque no se consideraban muy flamenco como es el folklore, que existe incluso antes; es de donde parte el flamenco y ofrece la oportunidad de conocerlo mucho mejor”. Pone como ejemplo el Pandero de Encinasola, en el que “hay unos fandangos metidos dentro que he rescatado”.

Siempre estuvo vinculado a la Peña Flamenca de Huelva, a donde llega al mes de su fundación y pronto cumplirá medio siglo. “Me incorporé a la directiva ayudando a Camilo Gómez en el tema cultural, es cuando empezamos con nuestra presencia en Las Colombinas”. Este compromiso con la Peña fue a más con Manolo Cabezas, al que acompañó como vicepresidente y, más tarde, durante dos mandatos fue presidente en un total de ocho años.

Defiende la labor de las peñas flamencas en la difusión de los cantes de Huelva

Es de los que opina que en estos momentos las peñas flamencas “son las grandes olvidadas”, a pesar de contar con una gran red de conexiones con los aficionados, pero ahora sufren la competencia que considera “desleal” por parte del Ayuntamiento. “Tenemos peñas por todos los barrios con sus cursos de cantes, baile y guitarra, y sin embargo ahora el Ayuntamiento se dedica a impartirlos en las asociaciones de vecinos”. Eduardo Garrocho dice que “estos cursos nos daban a las peñas bastante vida”.

Pese a todo, las peñas se han mantenido en una labor primordial de conocimiento y difusión del los cantes. “Se han clasificado los cantes y se le han dado los estilos de flamenco, dando el apellido a los fandangos, es lo que se utiliza como referencia”, destaca el cantaor. Pero, además, las peñas han ido grabando sus propios cantes en discos.

“Las peñas -añade- han tenido siempre una vocación de acogida, porque a dónde va a ir un aficionado que esté empezando, pues aquí tiene la posibilidad de encauzar todo aquello que lleva dentro”.

E, igualmente, destaca que los grandes cantaores del momento en Huelva han salido de las peñas flamencas, por eso dice que “no solo hay que mantenerlas, sino cuidarla desde la Administración”. “Los organismos públicos se deberían concienciar de la labor que realizan las peñas flamencas”, señala.

Eduardo Garrocho viene realizando una importante labor recopilatoria de todos los cantes de la provincia de Huelva, a los que ha identificado y rescatado en muchas ocasiones, pues estaban perdidos. Ahora son conocidos y continúa grabando algunos de esos cantes en el estudio de Guillermo Orozco, la última ha sido la Soleá de Triana.

A ello hay que sumar los diferentes discos que tiene editados dedicados a la saeta, desde las más antiguas que se cantaba en Ayamonte.

El de Eduardo Garrocho supone un trabajo de gran valor patrimonial que quedará para la Cultura de esta provincia.

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