Quedó tercero en el Campeonato del Mundo de Adiestramiento de Perros de Utilidad celebrado en Körbach (Alemania) y subcampeón en el certamen nacional, con su perro Iro Dell'arcibate. Genaro Romero se inició en la formación de canes con su padre, Genaro, que fue uno de los entrenadores caninos pioneros a nivel nacional. A los 14 años, Romero preparó a su primer perro para la competición.
Su padre, criador especialista de pastor alemán de trabajo y juez internacional, fue quien le abrió todas las puertas para poder formarse con los mejores entrenadores del panorama nacional, formación que complementó en seminarios con los mejores ponentes del circuito mundial.
En 2006 tuvo la oportunidad de irse un año a Alemania a trabajar con Helmut Raiser, el padre del adiestramiento moderno y número uno a nivel mundial. "Para mí fue una experiencia inolvidable a la vez que privilegiada ya que hay muy pocas personas en el mundo a las que se le haya brindado esta oportunidad. La verdad es que he tenido la oportunidad de trabajar y entrenar con los mejores". No obstante, indica que "aún sigo en formación constante".
Desde hace más de quince años es instructor de la Escuela Canina de la Dehesa. Ha adiestrado a cientos de canes entre perros de competición y mascotas. Para ambos casos hace falta "paciencia, rutina y, por su supuesto, una buena técnica; es fundamental para que su formación sea la adecuada".
Romero señala que el tiempo que hay que dedicarles depende de las expectativas. "En nuestra escuela trabajamos dos horas a la semana, aunque después los propietarios le dedican algunos minutos del paseo diario. No se trata de aburrir a nuestros amigos con pesadas sesiones de entrenamiento, sino que el perro y el guía trabajen en equipo, que se entiendan y disfruten".
El ejercicio de caminar al lado de su propietario es el más básico y también el más costoso, ya que sin él no se puede sacar al can "de una forma que sea agradable tanto para el perro como para el guía-propietario".
Comenta que no hay edad para adiestrar a un perro, "aunque si a un cachorro se le dan unas bases claras, en el futuro será mucho más dúctil y más activo a la hora de aprender; además, con los perros siempre es más difícil borrar o cambiar una mala conducta a que llegue a no aprenderla nunca". Sin embargo, "hay muchos perros que empiezan a edades jóvenes o adultas y son capaces de cambiar su comportamiento y evolucionar sin problemas".
Según Romero, lo que nunca hay que hacer es "pagar nuestras frustraciones con nuestros perros", así como corregir o reñir en exceso o a destiempo, pues "no soluciona nada y sólo rompe nuestro vínculo con él. Premiar en exceso o sin motivos hace vagos y tontos a nuestros perros".
Apunta que las razas nórdicas y las de presa, debido a su naturaleza más fuerte y extrema, son un poco más resistentes al aprendizaje que las razas de pastoreo o caza, "pero el individuo y su entorno unido a la dedicación y habilidad de su guía-propietario es lo que marca la diferencia".
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