Viernes Santo en la provincia de Huelva
Aljaraque, Almonaster la Real, Aracena, Aroche, Beas, Cortegana, El Cerro de Andévalo, Galaroza, Jabugo, Niebla, Palos de la Frontera, Trigueros y Zalamea la Real
Silencio, devoción y estrenos en una Madrugá inolvidable en la provincia de Huelva

La lluvia, moderada pero constante, ha impedido que el Cristo del Amor y la Virgen de los Dolores pongan el broche final a la Semana Santa de Aljaraque recorriendo las calles del centro del municipio. La parroquia de Nuestra Señora de los Remedios se ha quedado pequeña ante la gran cantidad de personas que han querido arropar a esta hermandad en unos momentos tan dolorosos. Sin embargo, las condiciones climatológicas no han dado tregua y se ha decidido no realizar la salida procesional. Tanto el alcalde de Aljaraque, Adrián Cano, como varios miembros del equipo de gobierno han acompañado a los hermanos y a los aljaraqueños que se han acercado hasta el templo para ver a los titulares del Viernes Santo de la Hermandad de los Dolores.
El Señor de la Humildad y Paciencia de Almonaster la Real se encuentra durante todo el año en su ermita situada en la calle Cristo, en la entrada desde Cortegana. Antes de Semana Santa, el Señor se traslada en parihuela hasta la iglesia de San Martín. En la noche del pasado Jueves Santo tendría que haber procesionado por las calles de la localidad serrana pero no pudo por falta de personas para hacerlo. Y en la noche del Viernes Santo volvía a su ermita de nuevo, en parihuela a hombros de los vecinos de la localidad, en Santo Vía Crucis.
El Viernes Santo en Aracena es de la Cofradía del Silencio. El Señor de la Plaza, obra de Sebastián Santos Rojas (1946), y María Santísima de Gracia y Esperanza (1964), de Antonio Illanes, no pudieron realizar la estación de penitencia y se quedaron en el templo por la previsión de intensas lluvias, que finalmente se produjeron a medida que avanzaba la noche. Este año el paso de Cristo tampoco ha podido verse en las calles de la localidad serrana totalmente terminado, al igual que pasara el año pasado por la lluvia. Por su parte, la Virgen llevaba en su paso el juego de varales y las jarras restaurados y plateados, al igual que también pasaron por el mismo proceso los faroles que acompañaron a la Cruz de Guía.
La jornada del Viernes Santo en Aroche comenzó por la tarde con el ‘Sermón de las Siete Palabras y Descendimiento’ a cargo de José Manuel Guillén Barroso en la iglesia parroquial de la Asunción. Posteriormente, el Cristo Yacente y la Virgen de los Dolores salieron en procesión, pero llegando el Señor a la plaza empezó a llover y tuvo que volverse al templo, al igual que la Virgen que solo iba por la calle Real. Muchas lágrimas en los vecinos de la localidad al no poder realizar estación de penitencia el Viernes Santo. En el templo, la cantante Rocío Orta le cantó unas saetas a la Virgen.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Amargura de Beas realizó la estación de penitencia con el Señor de Clarines y Nuestra Señora de los Dolores en la mañana del Viernes Santo, llevándose a cabo el encuentro entre el Señor y la Virgen en la plaza de España que se encontraba abarrotada de público en todas sus escalinatas. Al final la procesión tuvo que acortarse debido a una lluvia que no era esperada. Jesús de la Amargura es obra de León Ortega en 1943, y la Virgen de Cerquera Becerra de 1947. El Señor estuvo acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Sentencia de Albacete y la Virgen llevaba a la Banda Municipal de El Cerro de Andévalo. Por la tarde, las Virtudes teologales tomaron la calle junto a las tres Marías. Tras ellas salió al paso la Verónica dando fe. El Cristo yacente se asomó a la Plaza ante los devotos. La lluvia obligó a recoger el cortejo. Se pudo disfrutar de la música de capilla en la iglesia junto a todos los actuantes.
El Cristo de la Vera Cruz, obra de Manuel Pineda Calderón de 1950, y la Virgen del Rosario, obra de Francisco Malo Guerrero en 2013, a la que acompaña San Juan Evangelista, del mismo autor y año que el Cristo, no pudieron salir en procesión desde la ermita de San Sebastián de Cortegana. Reunida en Cabildo de Oficiales la Junta de Gobierno de la Hermandad tras consultar las distintas predicciones meteorológicas decidieron por unanimidad suspender la estación de penitencia y comunicaron que las puertas de la ermita de San Sebastián iban a estar abiertas a partir de la siete de la tarde para todos los vecinos y devotos de los santos titulares. Por la noche, la Hermandad de la Soledad tomó la difícil decisión también de suspender su estación de penitencia por motivos meteorológicos y celebró el Vía Crucis en el interior de la parroquia.
La hermandad más antigua de la Semana Santa de El Cerro de Andévalo, la del Santísimo Sacramento y Santo Entierro de Cristo, desafió al mal tiempo, al igual que el año pasado, y procesionó al Santo Cristo Yacente, obra de García San Juan. En el cortejo también iba la Virgen de los Dolores, y juntos recorrieron las calles de la localidad, saliendo aproximadamente sobre la hora prevista, hasta llegar a la ermita de Nuestra Señora de los Dolores. Esta hermandad tiene una gran participación en la Semana Santa cerreña.
En Galaroza, el Crucificado, un cristo románico sin datar, y la Virgen de los Dolores, de Juan de Astorga llegada a la localidad en la década de 1820, no realizaron su recorrido procesional debido a las inclemencias meteorológicas. En el interior del templo movieron a la Virgen para presentarla frente al Crucificado. Esta Dolorosa fue llevada en 1929 a una exposición de la Expo del 29 en Sevilla por su alto valor. Su manto está restaurado en el convento de Aracena y costeado por Francisco Javier Moreno González, que fue párroco de Galaroza.
La Hermandad de San Miguel de Jabugo procesionó por las calles de la localidad serrana al Santísimo Cristo del Amor y la Vera Cruz, una imagen de autor desconocido del siglo XVII, acortando el recorrido por las posibles lluvias que pudieran ocurrir. Anteriormente, se celebraron los Santos Oficios a la ocho de la tarde en la iglesia parroquial. El sábado se celebra la Vigilia Pascual de Resurrección a las 21.00.
El Cristo Yacente en el Misterio de su Santo Entierro, realizó estación de penitencia por la las calles de Niebla saliendo desde la parroquia de Nuestra Señora de la Granada, desafiando al mal tiempo que se avecinaba, y que finalmente no llovió hasta que no terminó la procesión. La urna de este Cristo fue tallada por el ebanistero y tallista valverdeño Manuel Rosa Llanes, El yacente estuvo acompañado por el trío de capilla Gólgota.
El Santísimo Cristo de la Sangre, antiguo Cristo de la Vera Cruz, obra que data del año 1561 y atribuida a Roque Balduque, y Nuestra Señora de los Dolores, del escultor e imaginero de Umbrete José Rivera García en 1939, realizaron su estación de penitencia por las calles de Palos de la Frontera saliendo desde la Iglesia de San Jorge a la ocho de la tarde, con media hora de retraso del horario establecido, como previsión de las posibles lluvias que no se produjeron. Esta hermandad es la que cuenta con las imágenes más antiguas de la localidad, por lo que levanta una gran devoción entre sus vecinos. El Trío de Música de capilla San Jorge de Palos de la Frontera acompañó al Cristo, y la Banda Municipal de Palos de la Frontera lo hizo con el palio. En el Ayuntamiento se cantaron saetas a cargo de la cantaora palerma Tania Cumbreras y Manuel Batista.
El Viernes Santo en Trigueros salen tres pasos. El Cristo del Carmelo, obra de la escultora sevillana Estela Sánchez, de 2001, el Cristo Yacente atribuido a Pedro Roldán o a su hija Luisa, la “Roldana”, de la segunda mitad del siglo XVII, y por último Nuestra Señora de la Soledad, obra que se le atribuye a Juan de Astorga (siglo XIX) y restaurada por Miñarro en 1993, procesionaron por las calles triguereñas, saliendo con media hora de moratoria por las previsiones de lluvia, y realizaron su estación de penitencia desde la Iglesia del Carmen, recortando el recorrido por la previsión de lluvias que se cernían sobre la localidad. Este año la hermandad ha estrenado el dorado de los candelabros del paso de la urna, la crestería del paso del Cristo del Carmelo, la restauración de dos candelabros de la candelería del palio y collar de corales para la Virgen de la Soledad. La Banda de Música de la Asociación Músico Cultural José del Toro de Trigueros salió tras el palio.
En Zalamea la Real, el Cristo Yacente salió desde la Iglesia de la Asunción, realizando el recorrido más corto y más directo para llegar al Sepulcro, acompañados por las autoridades y hermandades de la localidad. Este año, de nuevo, Nuestra Señora de la Soledad no procesionó, y por lo tanto no se pudo hacer el encuentro y despedida en el Santo Sepulcro. Hacía mucho viento y ante el riesgo de lluvia se optó por realizar el recorrido solo con la urna. Por la noche, tuvo lugar la Vía Sacra desde la Parroquia de la Asunción y llegada al Santo Sepulcro, bajo apenas unas gotas de lluvia. Cumpliendo la tradición, salida rigurosa a las diez y las quince estaciones con cánticos. Enorme alegría en la localidad de ver a muchos pequeños con sus padres y agradecer siempre a la mujer zalameña su respeto por esta joya patrimonial, que hoy día se quedan en casa voluntariamente, como muestra de respeto a esta antigua tradición instituida en el siglo XVIII por Gabriel Alejandro Sanz, director de las minas de la comarca. Quizás sea el momento de proponer como BIC a tan bonita tradición, que desde 1776 se lleva realizando en Zalamea la Real.
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