Esta tarde arranca todo. La feria ya no tiene retorno. Las esperanzas, los deseos pasan ya ese segundo plano al que poco a poco irá superando la realidad de un ciclo que apuesta por una corrida de toros más, un debut ganadero y el refresco de nombres en los carteles. Está también por añadir el retorno de una divisa querida y apreciada por muchos. Las Colombinas llegan a La Merced.

Solemos ser a veces muy sesudos con tanto análisis cuando en realidad todos sabemos (intuyo yo que somos todos) que la principal ventaja de este espectáculo es que a poco que el toro se empeñe no hay nada de previsible. Imprevisible Cuadri que este año descerraja la feria dieciséis años después de aquella tarde en la que el calor se llevó por delante a varios toros y casi se lleva también a la totalidad del tendido. Esa no es referencia para esperar esta tarde a los Cuadri. Sí lo son en cambio los nombres de Choquero, Brujito, Sereno, Contador, Huelvano o Puntero, toros triunfadores para todos los jurados de la feria y que dejan un gran historial de casta bravura y nobleza sobre el ruedo mercedario con un aliciente principal como es esa despedida de El Cid.

Miranda llega a esta feria con las manos y el alma llenas de un triunfo grande

De ahí al resto de la feria hay un relato de mucha frescura torera que lo pone sobre la mesa David de Miranda. Es verdad que Huelva fue la casa que le impulsó desde el inicio de todo pero el que se puso en medio del ruedo de Madrid a desafiar al destino, al viento y a un torazo de Juan Pedro ha sido y él y ahora llega con las manos y el alma llenas de triunfo con el que pagar todo aquello. Esta feria es muy especial para Miranda y seguramente para quienes han pensado que el duelo de la feria es con Aguado cuando en realidad ambos toreros se complementan con formas tan diferentes que al final se ha terminado por convertir en una de las tardes más demandada por el aficionado.

Algo tendrá que decir Morante quien la feria pasada revalidó méritos y al manos en esta se le espera sin resquicios de ningún tipo. Lo previsible de lo imprevisible. Roca Rey era pero ya no es. Su nombre le otorgaba muchos quilates a un abono con el peruano vendiendo más que nadie. Mas una voltereta vino a poner patas arriba todo el mes de agosto y en esto llegó Cayetano con todo el mundo vendiendo como puede las cuatro orejas de Pamplona cada vez que tiene que sustituir a Roca en cualquier feria. Por lo demás El Juli y Perera se antojan demasiado previsibles en cuanto a su dominio sobre el escenario. El de Velilla sigue impune en el triunfo y el extremeño debe afilar la espada para reeditar gesta ante los Torrealta.

Con todo el mundo vendiendo las cuatro orejas de Pamplona cada vez que Cayetano tiene que sustituir a un compañero en cualquier feria.

La secuencia del tiempo ha dejado pasar cinco años entre aquel mano a mano de Diego Ventura y Andrés Romero que este año reedita el abono. De aquella tropelía Romero salió indemne tras una noche muy peliaguda en todos los sentidos. Ahora Ventura sigue siendo Ventura pero Romero es más Romero. Mejor cuadra, mejor rejoneador y mejor todo. Medirse siempre a un Ventura con la mirada inyectada en triunfo no es fácil. Ventura no conoce a nadie en el ruedo. Pero Romero tiene otras armas y el duelo se deja llegar apasionante. Buena feria tengan ustedes.