Tres preguntas que reactivan la creatividad del equipo sin excusas
Liderazgo Inteligente
El problema no suele ser que falte talento, lo que falta es la chispa creativa que puedes encender con estas tres preguntas que te comparto hoy
Cinco minutos para evitar el desastre y detectar el ‘burnout’ a tiempo
Te equivocas si piensas que la creatividad es solo para artistas. Se trata de una herramienta vital para resolver problemas, encontrar alternativas, innovar y, por supuesto, para liderar mejor. Sin embargo, en el entorno empresarial, muchas veces la creatividad queda atrapada por las urgencias del día a día, las reuniones infinitas y el miedo al error. Por eso, pregúntate si tu equipo ha dejado de ser creativo o si simplemente se ha acostumbrado a trabajar en piloto automático. Y si es lo último, ¿cómo reactivas la creatividad?
Empieza por cambiar las preguntas que haces. Y si no haces preguntas, pues ¡empieza a hacerlas! Porque lo que preguntas, importa, y lo que no preguntas, también. Aquí van tres preguntas clave para rescatar la creatividad que se ha comido la rutina.
¿Qué harías si no existieran limitaciones?
Esta pregunta da alas. Así que, deja fuera el presupuesto, el tiempo y las normas internas durante un rato y lánzala en tu próxima reunión de equipo. O en una conversación informal de pasillo. Funciona igual de bien en ambos sitios.
Preguntando así, al margen de los límites, estás conectando con la “mentalidad de crecimiento” que popularizó Carol Dweck, profesora de psicología en Stanford. Según su teoría, las personas que creen que sus habilidades pueden desarrollarse (ahí está la mentalidad de crecimiento) tienen más probabilidades de explorar, arriesgar y aprender del error. Justo lo que necesita la creatividad.
Prueba a escribir esta pregunta en una pizarra visible durante una semana e invita a las personas a escribir sus ideas. Al final del periodo, valorad las que podrían probarse con los recursos reales. Magia.
¿Qué hicimos bien la última vez que nos salió genial?
Esta es la pregunta del espejo. Consiste en invitar a mirarse con amabilidad para aprender y no para criticarse. La creatividad no siempre requiere inventar desde cero, muchas veces solo hace falta repetir lo que ya funcionó, pero con conciencia y ganas de mejorarlo.
Este enfoque se alinea con el concepto de “indagación apreciativa” desarrollado por David Cooperrider, que propone, en vez de corregir, enfocar la atención en lo que sí funciona para construir sobre ello. En lugar de analizar fallos, se exploran éxitos y fortalezas como palancas de cambio. Funciona de perlas también para reforzar la autoestima del equipo.
¿Qué probamos hoy?
Esta es la pregunta para encender la chispa cotidiana. Y es que, lo que no se prueba, no se descubre. No necesitas grandes planes, basta con hacer algo diferente aunque sea pequeño. Cambia el orden de una reunión, usa otro formato, en otro escenario, pide ideas por WhatsApp en vez de por email, invita a alguien de otro departamento a una tormenta de ideas…
Esta estrategia de creatividad se basa en las teorías del psicólogo organizacional Adam Grant, quien defiende que “la originalidad es una elección” y que las personas más innovadoras no tienen más ideas que el resto, simplemente prueban más cosas. Así que esta pregunta es, literalmente, una invitación a probar algo nuevo. Cada día.
Puedes, por ejemplo, establecer el “miércoles de prueba”. Es un día a la semana donde animas a romper rutinas y compartir lo aprendido, haya funcionado o no. Lo importante es el intento.
Estas tres preguntas funcionan, te lo aseguro, porque combinan tres enfoques complementarios: visión sin límites, aprendizaje del pasado y acción inmediata. Y eso es justo lo que necesita un equipo para mantenerse creativo sin necesidad de apagar incendios constantemente.
Además, las preguntas en general promueven un liderazgo emocionalmente inteligente, porque muestran confianza, reconocimiento y apertura. ¡Pregunta más!
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