Más de tres años de cárcel para un hombre por dañar una sucursal bancaria al explosionar un cajero en Bonares
El condenado iba oculto con un disfraz y explotó un cajero automático con ánimo de robar el dinero que había en su interior, provocando daños por más de 28.000 euros
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La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a tres años y tres meses de prisión a un hombre que, oculto tras un disfraz, ocasionó daños valorados en más de 28.000 euros en una sucursal bancaria tras hacer explosionar un cajero automático con la intención de robar el dinero que había en su interior.
La sentencia de conformidad lo considera responsable de un delito de tenencia de explosivos en concurso medial con un delito de robo con fuerza en las cosas en local abierto al público en grado de tentativa, concurriendo la circunstancia agravante de disfraz y las atenuantes de drogadicción y confesión tardía.
Además de la pena de cárcel, se le impone el pago de una indemnización a la entidad bancaria perjudicada en la cantidad de 28.035,37 euros por los desperfectos ocasionados.
Se considera probado que el acusado, durante la madrugada del 26 de abril de 2019, se personó en una sucursal de la Caja Rural del Sur de la localidad de Bonares. Dicha sede, además de la oficina principal que se encontraba cerrada, contaba con una primera estancia o vestíbulo anterior, abierto al público y al que se accedía a través de la vía pública donde se encontraba el cajero automático.
El acusado, cubierto totalmente con prendas de abrigo y capucha para evitar su identificación, con ánimo de obtener un beneficio ilícito accedió al interior de vestíbulo, se dirigió al cajero automático y procedió a forzar la ranura del dispensador de billetes con una pletina metálica de fabricación casera en cuyo interior se encontraba una carga explosiva formada por pólvora negra conectada a un detonador.
Una vez colocado, accionó el sistema provocando una explosión de gran magnitud, que aunque no logró abrir la caja fuerte del cajero automático, ocasionó numerosos desperfectos por la onda expansiva en el interior de la sede de la entidad bancaria tasados en 28.035,37 euros.
Todo ello, además, sin cumplir las estrictas medidas de seguridad que exige el traslado y manipulación del artefacto explosivo y sin estar autorizado para ello.
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