La traumatología como servicio

Fisioterapeuta

La traumatología como servicio
La traumatología como servicio
Elena Llompart

07 de octubre 2012 - 01:00

Lo que más le gusta de su trabajo es el contacto con la gente y la satisfacción de ayudar a sus pacientes. Porque "trabajar con una persona que tenía limitaciones y ayudarla a recuperar su movilidad y sus funciones diarias es muy satisfactorio y una gran recompensa".

Así lo valora Miriam Castilla Muñoz, una sevillana de 33 años licenciada en Fisioterapia que está al frente de una consulta propia desde el año 2003 en Aracena, donde también desarrolla programas de gimnasia terapeútica para el Ayuntamiento de dicha localidad. La joven, que siempre había tenido casa en la Sierra, pasaba los fines de semana en Huelva y, una vez que acabó sus estudios en el 2000, empezó a trabajar como autónoma para los Servicios Sociales de Cortegana con niños con parálisis cerebral.

Tras abordar programas de neurología con tablas de estimulación, de prevención de deformidades y mejora de la movilidad de pacientes crónicos durante un año, enfocó más tarde su carrera al campo de la traumatología.

Porque Miriam comenzó a tener pacientes en Aracena, se decidió a montar su consulta y la mayor parte de usuarios de la misma presentaban lesiones traumatológicas y deportivas, lo que orientó su trabajo hacia otro camino. La joven, que se ha especializado en osteopatía y técnica de tejidos blandos, comenta que en la actualidad estos servicios son muy demandados.

"Antes no se conocía la fisioterapia, pero hoy día, quién no tiene problemas de espalda o una lumbalgia tras una cirujía. Es algo muy cotidiano: El estrés, el sedentarismo, la falta de ejercicio o las malas posturas en casa y en el trabajo contribuyen a provocar muchas lesiones", asegura.

No obstante, la crisis actual ha provocado variaciones en el perfil de pacientes que llegan a la consulta, ya que hace años, según comenta, atendía a muchos trabajadores de la Sierra que, "tras una accidente laboral, se daban de baja y llegaban derivados por mutuas mientras que ahora, por el miedo a perder su empleo y coger la baja, apuran hasta el último minuto y vienen por su cuenta para conservar su trabajo".

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