El traslado de los fosfoyesos costaría 2.500 millones de euros

Ridícula, frívola, improvisada o falta de seriedad. Esos fueron algunos de los calificativos con los que el PSOE definió ayer la propuesta hecha el fin de semana por el Partido Popular de retirar los fosfoyesos de la marisma con la ayuda de fondos europeos. Una propuesta inviable social y económicamente, aseguró el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, quien esgrimió una cifra en contra: el traslado de los fosfoyesos costaría 2.500 millones de euros.

El Partido Popular hizo suya esa idea (reivindicación antigua de los grupos ecologistas, Mesa de la Ría incluida) el sábado, abogando por retirar de las balsas todos aquellos fosfoyesos que superasen la altura de tres metros establecida como máxima en la concesión otorgada a la empresa para verter. Una petición "inviable" según el consejero, quien aseguró que ya se ha estudiado esa posibilidad y se ha llegado a la conclusión de que es "social y económicamente insostenible", al tratarse del traslado de 100 millones de toneladas de residuos, que necesitarían 486 camiones diarios para moverlos y con un coste de 2.500 millones de euros.

Pero además, aseveró el consejero, la Unión Europea no financiaría la limpieza de la marisma como proponía el PP y éste debería de saberlo, apostilló. "El Tribunal Supremo ya ha dicho que es Fertiberia la que tiene que sufragarla", explicó el consejero, recordando que para ello está elaborando un proyecto junto a la empresa Tragsatec, a la que el Ministerio de Medio Ambiente encargó realizar un estudio previo sobre el mejor método para la restauración de las balsas.

La recuperación de las balsas de fosfoyeso consistirá en su cobertura con diferentes materiales y la ejecución de una barrera perimetral entre las balsas y la marisma, un proceso largo que inicialmente (a falta del proyecto concreto) tardaría unos 10 años. Para cubrir las balsas (las 2 y 3, últimas activas) se emplearán suelos y residuos de los alrededores, como los desechos de construcción y demolición o de cantera. Un sistema ya empleado anteriormente en la cobertura de la zona 4 de las balsas, a cargo del Ayuntamiento (en Marismas de Mendaña), pero con un objetivo de mejora: aplicar una técnica para que no haya transferencia de contaminación desde los fosfoyesos al suelo o la Ría que suponga un peligro para la salud de las personas o los ecosistemas, con un sellado de los terrenos que garantice no sólo que no llegan metales pesados a la cadena trófica, sino también que las radiaciones quedan perfectamente apantalladas. En cuanto a las zonas 1 y 4, ya restauradas, el PSOE habló ayer de mantenimiento y plantación de especies arbóreas y arbustivas.