"El teatro es la mejor terapia contra la crisis, te hace olvidar lo que te rodea"

Francisco valladares - actor

El Gran Teatro recibe hoy y mañana, a las 21.00 horas, al actor sevillano con la intrigante comedia de J.B. Priestley Llega un inspector, acompañado en el reparto por Concha Cuetos y José Luis Pellicena

Paco Valladares, con José Luis Pellicena y Concha Cuetos en una de las escenas de Llama un inspector.
Raquel Rendón / Huelva

07 de noviembre 2008 - 01:00

Haciendo gala de su humor irónico y de su optimista forma de ver la vida llega esta noche al escenario onubense Paco Valladares, un artista polifacético, amigo de sus amigos y enamorado de esta tierra.

-¿Por qué tiene que acudir el público onubense al Gran Teatro?

-Porque lo que se le va a ofrecer es teatro, teatro y más teatro. Se trata de una obra con mucha intriga, un clásico de Priestley que nuca pasa de moda porque habla de un problema latente en nuestros días, un problema social que, con visos de trama policíaca, mantiene al público en vilo durante toda la función.

-¿Puede regalarnos una pequeña sinopsis?

-Es difícil, porque puedo descubrir muchos detalles de la obra. Pero bueno, te cuento que es una familia muy rica de un empresario importante que está apunto de ser condecorado como Caballero por la Reina y están celebrando la pedida de mano de la hija cuando, de pronto, llega un inspector y les comunica que una muchacha se ha suicidado y complica a todo el mundo. Él sabe el por qué de suicidio, pero quiere que cada uno asuma su parte de culpa.

-Parece un poco malvado, ¿no?

-No, no. Me parece perfecto, porque esa gente vive tan tranquila después de que alguien ha muerto por su culpa.

-¿Cómo es trabajar a las órdenes de Román Calleja?

-Una maravilla, porque es un director que sabe muchísimo y es comprensivo. Con él se puede dialogar y no nos trata como a muñecos. Ha entendido muy bien lo que es el teatro de nuestros días y nos lo ha inculcado a todos.

-¿Tiene algo Mr. Arthur Birling (su personaje) de usted?

-Nada. Es muy malvado en la función y no estoy nada de acuerdo con este tipo, pero precisamente por eso me gusta interpretarlo. Es la primera vez que hago de un tipo tan egoísta y tan miserable.

-¿Qué aporta el inspector, interpretado por Pellicena?

-La intriga. Da el misterio que hay que darle para que no se sepa por qué sale tanto este hombre y por qué nos quiere inculpar a todos.

-¿Con qué se quedaría de la persona que hay detrás del actor?

-José Luis es un compañero de toda la vida y, aunque nunca habíamos trabajado juntos antes, estoy encantado porque me ha demostrado que es un amigo excelente.

-Hagamos la misma operación con Concha Cuetos.

-Pues a su personaje le pasa como al mío: no tiene nada de ella, en absoluto. Hace de mi mujer y es una egoísta de tomo y lomo, una de estas señoras 'bien' que no tiene piedad. Ella es todo lo contrario en su vida privada. Hemos trabajado muchísimo juntos, sobre todo en televisión. Acabamos de hacer un Don Juan Tenorio dirigido por su hija, muy bonito.

-Usted, como Concha, es un incondicional del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que comenzará el próximo 15 de noviembre. ¿Repetirán este año?

-Somos casi asistentes fijos, pero como este año estamos de gira no sé si podremos ir.

-Cada vez que puede se escapa a su tierra, la localidad sevillana de Pilas. Cuando lo hace, ¿viaja también a la provincia de Huelva?

-Voy muchísimo por ahí, a comer a casa de Manolo Briones y su mujer, una pareja de amigos onubenses encantadores. Tengo muchos amigos, como Juan Labrador.

-Si tuviera que escoger un lugar de esta tierra, ¿con cuál se quedaría?

-Uff. He estado en tantos y me lo he pasado tan bien, que es demasiado complicado elegir.

-¿Y un sabor de Huelva?

-Hombre... con el de mis gambas de mi alma (ríe). Me pasa con las gambas como con la paella, que sólo la como en Valencia. Si no son de Huelva, no es lo mismo.

-¿Sigue manteniendo su afición por recitar poemas?

-Más que mi afición, es mi oficio y con ello me gano la vida.

-¿Y la música, dónde queda?

-En todas partes. Soy melómano y no me pierdo conciertos de música clásica y óperas. Además, yo hago comedia musical.

-Es un hombre polifacético.

-Sí, pero si tuviera que elegir, me quedaría con el teatro, sobre todo el musical que es lo que más me llena. Para trabajar en musical, hay que saber cantar, bailar, improvisar y ser actor, además. Es el más difícil todavía y a mí me gustan los retos.

-¿Corren buenos tiempos para el teatro?

-Sí. Ahora en Madrid hay una cantidad de teatros... y se llenan. Da gusto.

-O sea, que esto de la crisis en el teatro no se ha notado mucho.

-No, porque en las épocas de crisis es cuando la gente va más al teatro, porque el teatro te hace olvidar un poco lo que te rodea, las hipotecas y todo, es una terapia. Por unos pocos euros te has pasado un par de horas anestesiado. No es bueno quedarse en casa a ver la televisión, hay que salir para curar la depresión.

-Ha logrado superar una leucemia. ¿Cómo ha vivido la enfermedad?

-De la mejor manera. Primero, pensando como el proverbio chino: "Si tiene remedio, para qué te preocupas; y si no lo tiene, para qué te preocupas". Decidí no preocuparme y la tomé con un sentido del humor tremendo. Se lo aconsejo a todo el mundo, porque es la única forma de llevar una cosa tan terrible. De todos modos, siempre llevo la vida como su fuese el último día, y eso ayuda (ríe).

-El público de Huelva es todo suyo.

-Pues les digo que no tiene más remedio que ir a ver la obra. Al que le guste el buen teatro, el que tenga sensibilidad o interés social, no puede faltar. Les espero.

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