Tarteso y Huelva, ayer y hoy

Desde que se iniciaron las primeras excavaciones en busca de Tarteso en suelo onubense, hace ya más de un siglo, han sido miles y miles las páginas que se han publicado sobre esta cultura del suroeste peninsular, algunas más próximas al mito y muchas otras fieles a una realidad histórica cuyos matices conocemos cada vez mejor gracias a los avances de la arqueología contemporánea.

Asimismo, algunas de las piezas más relevantes de Tarteso, que forman parte de los fondos propios del Museo de Huelva, han sido exhibidas en distintos foros nacionales e internacionales. Ese ha sido el caso de los dos jarros zoomorfos que llegaron a viajar más de 5.500 kilómetros para sorprender al público neoyorkino, al formar parte de la gran exposición sobre las principales civilizaciones del I Milenio a. C. organizada por el Metropolitan Museum (MET) en 2015. O el de las más de cincuenta piezas, la mayoría procedentes del Cabezo de la Joya, exhibidas en el Museo Etnológico y Arqueológico de la Comunidad de Madrid en 2023, en el marco de la exposición Los últimos días de Tarteso.

Y, a pesar de ello, el interés por Tarteso está muy lejos de haberse agotado. Las noticias de los nuevos avances en la investigación en torno a esta cultura siguen ocupando portadas en los periódicos, al mismo tiempo que los expertos continúan arrojando luz sobre el inicio, desarrollo y final de esta etapa de nuestra historia.

Muy consciente de esta realidad, la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía inauguró hace un par de semanas en el Museo de Huelva la magna exposición La Joya, vida y eternidad en Tarteso con el objetivo de hacer justicia a la ciudad y a su historia milenaria. En primer lugar, porque esta exposición da por fin respuesta a las repetidas demandas de los ciudadanos de poder disfrutar, cara a cara, pieza a pieza, de uno de sus tesoros más preciados: los ajuares procedentes de la necrópolis de La Joya, únicos en el mundo por su diversidad y extraordinaria calidad. Y, en segundo término, porque la muestra permite adentrarse en las tradiciones, el arte y la espiritualidad de una cultura que forma parte indisoluble de la identidad del ayer y del hoy de Huelva.

La muestra permite adentrarse en una cultura indisoluble de la identidad de Huelva

En la que hasta el momento es sin duda la muestra más ambiciosa del Museo de Huelva, fundado precisamente hace más de 50 años para albergar las colecciones excavadas en esta necrópolis, Tarteso muestra su corazón y sus entrañas, a través de una amplia selección de doscientas piezas, muchas de las cuales –cerca del 80%– nunca habían sido expuestas antes.

Ambiciosa exposición en el Museo de Huelva

Datada hace aproximadamente 2.700 años, esta cultura, puente entre Oriente y Occidente, luce ahora en Huelva muchas de sus mejores piezas, totalmente restauradas para la ocasión. Y lo hacen insertas en una propuesta museográfica innovadora, en la que las nuevas tecnologías arropan la Edad de Oro de Tarteso, estableciendo una conexión indisoluble, a la par que muy atractiva, entre el patrimonio arqueológico y la Huelva del presente.

Nada de esto hubiera sido posible sin el trabajo comprometido del equipo del Museo de Huelva, así como de los tres comisarios, Clara Toscano Pérez, Javier Jiménez Ávila y Rafael C. Robles Romero. Ellos han encabezado al grupo de expertos, formado por más de veinte personas de diversos ámbitos académicos, creativos y técnicos, que ha pasado cerca de un año enfrascado en llevar a término esta ambiciosa y necesaria exposición.

Especial mención merece también la colaboración de Atlantic Copper y la Asociación Arqueohuelva o, lo que es lo mismo, del mundo de la empresa y de la sociedad civil. Orgullosos de su pasado y de su identidad, han hecho posible la reproducción, a escala real, de la gran pieza estrella de esta exposición: el carro tartésico de la tumba 17, la más principesca de las más de 30 excavadas.

Es éste un carro funerario de enorme belleza y preciosa factura, que se usó en la vida y que también debió acompañar al fallecido en su último viaje, evidenciando una vez más la paradoja de los estudios del pasado que siempre me ha fascinado: la capacidad de los investigadores de extraer del registro funerario, del registro de la muerte, las claves de la vida cotidiana en las sociedades antiguas, permitiéndonos revivir la emoción de la historia.

Cerámica, joyas, quemaperfumes, estatuillas, armas… todo ello formaba parte de los bienes de este pueblo, utilizados durante la vida y que, como señal de prestigio, también los acompañaron en la muerte. A buen seguro, estos personajes de alto rango nunca llegaron a imaginar que, dos milenios más tarde, estos objetos, convertidos en auténticas obras de arte, iban a seguir despertando nuestra admiración.

En menos de diez días han pasado ya por la exposición más de 2.500 personas

Con esta magna exposición, que estará abierta al público hasta el próximo mes de enero, Huelva se reivindica hoy, con más fuerza si cabe, como centro neurálgico de Tarteso. Es para nosotros un verdadero honor haber podido contribuir a demostrarlo. Quiero reiterar aquí mi agradecimiento a todos los que lo han hecho posible. Así como a los miles de onubenses que, día a día, van a su museo en busca de sus raíces, como demuestra el hecho de que en menos de diez jornadas hayan pasado por las salas de la exposición más de 2.500 personas. De esta manera, juntos ponemos en valor, una vez más, un legado que suma milenios.

Patricia del Pozo Fernández es consejera de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía.