Supermercados, bares, comercios y calles de Huelva vuelven a su ritmo normal tras el apagón: "Nos hemos dado cuenta de que hay que llevar efectivo"
En un supermercado, este martes seguían reponiendo agua, pan, charcutería y conservas tras el "saqueo" masivo de las estanterías. "Estos fueron, sin duda, los artículos que más se llevaron los ciudadanos al quedarse sin luz. No dábamos crédito de las colas que se formaron", rememoraba el dependiente
Así se vivió el apagón en las calles de Huelva, en imágenes
Este martes la capital volvía a retomar poco a poco la normalidad en los comercios y las calles. Eso sí, en algunos establecimientos, especialmente en aquellos perteniencientes a franquicias y grandes cadenas que dependen de un sistema central, tardaban más en restaurar las conexiones con los servicios, como el pago habitual por TPV con tarjeta de crédito. "Hemos estado las primeras horas como antiguamente: con tiza, lápiz y haciendo las cuentas a mano. Nos hemos dado cuenta de que hace falta llevar efectivo. No se puede ir solamente con el móvil o la tarjeta", explicaba una trabajadora del Hotel Senator.
Más abajo, por Pablo Rada, una onubense cargada de bolsas de la compra contaba que estaba aprovechando la jornada para adquirir en el súper todo lo que no pudo conseguir el pasado lunes, "cuando las colas eran kilométricas". En este sentido, el responsable de un bazar en calle Puerto confesaba que durante el apagón se produjo una afluencia masiva de clientes en busca de velas, radios y linternas. "Vinieron tantos a por estos artículos que nos quedamos sin existencias. Tuvimos que reponer porque se agotaron", contaba, indicando que a pesar de la gran venta, pasaron algunos instantes de estrés. "Fue un poquito duro porque vino mucha gente de golpe y no teníamos manos suficientes para atender. Una situación que además se complicó porque había que cobrar en efectivo, lo que hacía que fuéramos más despacio".
Edu, desde su salón de juegos en la misma calle, celebraba que por fin "el caos" hubiera pasado. "Todo el mundo se preguntaba qué estaba pasando y llovían las bromas. Aquí, a pesar de todo, reinó el buen ambiente. Aunque las máquinas no funcionaban, se hizo muy buena caja porque la gente entraba para pedir refrescos y cervezas, incluso sin importarles que estuviéramos a oscuras. Esto estaba lleno, al igual que la mayoría de las terrazas del centro".
En el supermercado de al lado, este martes seguían reponiendo agua, pan, charcutería y conservas tras el "saqueo" masivo de las estanterías. "Estos fueron, sin duda, los artículos que más se llevaron los ciudadanos al quedarse sin luz. No dábamos crédito de las colas que se formaron", rememoraba el dependiente.
Junto a la tienda, la farmacia de la Palmera volvía a recuperar también la normalidad después de que el 28 de abril Receta 21, el sistema electrónico para recepcionar medicamentos, permaneciera fuera de servicio por el apagón. "El sistema se cayó y no pudimos dispensar fármacos con receta. Lo único que podíamos vender eran medicamentos de venta libre y, en todo caso, a partir de las 17:15, que volvió la luz, ya que nuestra farmacia está completamente robotizada y sin electricidad no podíamos sacar medicamentos. Fue un poco complicado. Y luego por la tarde el sistema seguía caído", señalaba la farmacéuitica. Por ello, en la mañana de este martes, desde bien temprano, se llenaba el establecimiento. "Hoy ha sido un día de mucho trabajo porque han venido muchas personas. También el jueves es festivo, Día del Trabajador, entonces se ha notado".
En un local de comida para llevar, mientras esperaba su pedido una clienta explicaba que allí "siempre suele haber mucha gente, pero el lunes la cola era inmensa". Dentro, una de las cocineras, desvelaba entre risas los platos estrella que causaron furor durante el apagón: "el puchero, la ensaladilla y los huevos rellenos fueron los favoritos y aquí estuvimos como en el Oeste, haciendo de comer y friendo las patatas en la hornilla, porque menos mal que teníamos gas y no todo era eléctrico".
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