Cuando el sol acaricia la Ría

El barco 'Villa de Palos' ofrece todas las tardes de los viernes un paseo por la Ría, saliendo del muelle de Levante navega hacia Colón y Punta Umbría.

1. Puesta de sol sobre el Paraje Natural Marismas del Odiel 2. Un poco de fruta para empezar. 3. En la cubierta, un lugar para ir relajado. 4. El 'Villa de Palos', con el muelle de Tharsis a sus espaldas, se acerca a Puerto 5. Con la mirada puesta en el horizonte. 6. En el muelle de Levante.
S.v./ Huelva

08 de julio 2011 - 01:00

La tarde tiene la temperatura ideal para montar en barco. El sol está aun alto y en el muelle de Levante se deja correr una leve brisa que invita a embarcar. El 'Villa de Palos' se acerca hasta la escala de las canoas. La gente dispersa en las marquesinas, se apresura a ver el atraque. Hay quien auxilia a la embarcación cogiendo el cabo para amarrarlo al noray.

La tarde es, sin duda, marinera. La gente monta en el barco con ilusión, como si fuese su primer día, su baño de mar. El mar está ahí, la ría es una constante en cada uno de los onubenses y el embarcar lleva el momento del gozo marinero, de volver a encontrarse con algo tan nuestro como la Ría en un nuevo barco que sigue la estela de aquellos otros que desde finales del siglo XIX nos han ido ofreciendo su transporte.

El 'Villa de Palos' recibe a todos con estilo. Es una tarde chill out. En el barco, un agradable coctel de frutas y un refrigerio. Dejar el muelle de Levante y estar en el centro de la Ría ofrece una de esas panorámicas hermosas de la ciudad. Huelva y el mar.

Navegando por la Ría la ciudad va ofreciendo toda su belleza marinera, el muelle cargadero de Río Tinto, el estadio Colombino. La canal del Padre Santo es testigo de esta salida, pero el barco busca acercarse a la orilla del Paraje Natural. El olor a marisma es inconfundible. En la proa del barco los sitios están cogidos, pero la gente se mueve y gusta saborear la brisa marinera. Dentro la música completa la vela. En la cubierta, como si fuera la terraza del barco el paseo es especialmente agradable. Navega al ritmo adecuado para ir disfrutando de cada detalle.

Cuando el Odiel va a abrazar al río Tinto, el patrón del barco vira hacia el Monumento a Colón. Sigue mostrándose grandioso a pesar de todo. Sin duda, insuperable la obra de Mis Witheny. La vista desde aquí, en medio de la Ría, es la mejor que se puede tener de Colon, abrazado a la cruz con el malecón que se adentra en las aguas.

Luego viramos en la boya para adentrarnos por el canal del Burro, para pasar bajo el puente que va camino del espigón Juan Carlos I. Es grandioso. Los distintos canales van enmarcando las islas, la de Saltés con toda su historia... y frente Punta Umbría. Pero vamos por el del Burrillo hacia el canal de los Mares, entre la isla de la Liebre y las marismas de Astur. No es mal lugar para detener el barco y esperar la puesta de sol. La tarde es cada vez más hermosa... el tiempo pasa y se busca el regreso, la Ría tiene una luz especial, el agua teñida de un azul intenso, los pájaros vuelan bajo. El muelle de Levante de nuevo es el lugar del atraque. Es la hora del retorno. Todos los viernes un nuevo embarque. Más información en www.serodiel.com

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