Era uno de los datos de la noche, comprobar el comportamiento del electorado en la capital onubense a sólo dos meses de los comicios municipales. El PSOE se alzó con la victoria; encadena ya dos consecutivas después de un largo periodo en el que la capital fue en varias ocasiones el feudo periquista que votó popular en una provincia socialista. Aunque ese dato no oculta la principal victoria de la noche, la de los recién llegados de Podemos: arrastran votos de PSOE, PP e IU y se sitúan como tercera fuerza a sólo 6.000 papeletas de los po pulares.

No son los únicos que entran fuerte; Ciudadanos consigue también un buen resultado, 7.637 votos en la primera vez que concurren en la capital. Ambos partidos se nutren de la caída de los dos grandes: el PSOE gana pero se deja 2.000 votos en el camino, un dato que empaña la victoria puesto que los socialistas ya partían de un dato bajo, después de haber perdido entre las convocatorias de 2008 y 2012 más de 10.000 votos en la capital.

Mientras, el PP deja escapar toda la ventaja obtenida en la oleada popular que llevó a Javier Arenas a acariciar la Presidencia de la Junta. Entonces, los populares consiguieron un resultado casi histórico, con un 43,33% de los apoyos, el segundo mejor de su historia en unas autonómicas en la capital. Ayer perdían 10.000 votos, quedándose con un 26,49% de los apoyos. Y además con Podemos acercándose más de lo que podían prever las encuestas, en un voto que en las municipales podría ir para la candidatura que impulsan miembros de Podemos y la Mesa de la Ría.

En ese contexto de cambio, la gran perdedora sería Izquierda Unida. De la mano de la debacle vivida en toda Andalucía, la formación también extravía gran parte de sus apoyos en la capital. El alcaldable Pedro Jiménez se enfrenta a un difícil panorama: IU obtiene el peor resultado de la historia de la coalición con sólo 4.057 votos, la mitad de los obtenidos en 2012, y se sitúa en quinta posición, al igual que en el conjunto de la provincia pero con un porcentaje de apoyo aún menor.

UPyD es otro de los perjudicados por el creciente fenómeno de Ciudadanos: pierde 700 electores, pero consigue mantenerse por delante de un PA en profundo declive, a punto de ser alcanzado por un partido que no es nuevo pero crece en estas autonómicas: el Partido Animalista contra el Maltrato Animal.