Gente Inteligente

Cómo sobrevivir a las reuniones navideñas y fortalecer las relaciones

Una reunión familiar por Navidad.

Una reunión familiar por Navidad. / M. G.

A veces, no es fácil enfrentar esas reuniones familiares, de amistades o colegas en las que hay gran variedad de personalidades, opiniones e, incluso, tensiones pasadas. Las habilidades sociales se ponen a prueba especialmente en Navidad, cuando las emociones están a flor de piel y hay expectativas muy altas. Y como siempre, nada como la inteligencia emocional para salir indemne de esas pruebas que nos pone la vida. ¿Quieres saber cómo alcanzar el nivel más alto en tus interacciones sociales por muy hostil que sea el ambiente? Sigue leyendo.

Hoy me centro en sugerirte algunas estrategias que te pueden venir bien para prepararte antes de esa reunión o evento donde la armonía es complicada, y para que fluya la comunicación equilibrada una vez que ya estás allí. Antes, te cuento las dos competencias que no te puedes olvidar llevar puestas para poner las estrategias en marcha.

La primera es la comunicación asertiva. Ten en cuenta que la asertividad no es solo decir lo que piensas, es hacerlo respetando las opiniones y sentimientos de las demás personas. ¿Te imaginas decirle a tu suegra que prefieres la receta de la carne de tu padre? Como mínimo, con tacto, ¿no?

En Navidad más de una vez nos vemos en alguna obligación, así que la otra competencia imprescindible es la flexibilidad, que es el arte de bailar con los imprevistos. ¿Tu primo trae tres personas sorpresa a la cena? ¡Más alegría y platos en la mesa! Que nada ni nadie te robe el poder de decidir tu actitud.

Y ahora sí, plantéate considerar estas propuestas para mantener la armonía de las fiestas.

1. Aunque suene algo calculador, prepara un listado de temas de conversación neutros que puedas sacar inmediatamente si notas que el ambiente se caldea. A veces, la diferencia entre la paz y la tormenta está en esos segundos que tardas en pensarlos.

2. Propón iniciar el encuentro con la dinámica de los recuerdos memorables. Se trata de invitar a cada persona a contar un recuerdo bonito, mejor si es compartido con alguna o algunas personas presentes. Esto facilitará la conexión emocional, blindará el buen ambiente de la comunicación, y seguro que generará momentos agradables.

3. Inicia el juego de la flexibilidad. Anima a todo el mundo a imaginar escenarios inesperados o acontecimientos no deseados que pueden darse, y a contar cómo los manejarían de forma positiva. Por ejemplo, si se va la luz, ¿qué juegos podréis hacer? Si la conversación sobre política se convierte en discusión, ¿qué frase será la que determine el final? Si se acaba el vino, ¿qué cócteles se pueden preparar con lo que hay en casa? Que cada persona piense un imprevisto y diga la solución, además de divertido, puede ser un “aviso a navegantes”.

4. Otra técnica divertida que reduce los conflictos es el pacto de las quejas. Se trata de pactar una regla divertida previamente por si surge alguna. Por ejemplo: quien quiera expresar una queja, antes deberá contar un chiste, o hacer una imitación graciosa, o lo que sea que reduzca el tono de lo que quiere decir a continuación.

5. Y, por último, la que más me gusta: el rincón de la asertividad. Definid de forma colectiva un espacio acogedor donde cada persona pueda ir con quien o quienes decida, y en cualquier momento, a expresar un deseo o pedir un límite. La única regla es que en ese rincón no cabe el enfado, todo se dice y se recibe con buena intención y siempre se acaba con un abrazo. Si además decoramos el rincón, por ejemplo un sofá, mucho mejor.

La temporada navideña es una oportunidad estupenda para fortalecer lazos y crear recuerdos felices. Que por ti no quede esta noche. Feliz Navidad.

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