Huelva

Así sobrevive la gente inteligente a la vuelta del verano

  • Después de las vacaciones llega otra de las pruebas más duras para nuestra inteligencia emocional, y como siempre, prepararse y ponernos de nuestra parte es el mejor antídoto

Gente Inteligente. / Cambiar para crecer

¿Es usted de alguna de las generaciones que lloramos con la muerte de Chanquete? Pues seguramente tampoco podrá olvidar las sensaciones que le produjo el tema musical principal del último episodio de la serie Verano Azul. Le prestaba incluso el título. Me refiero al tema del Dúo Dinámico El final del verano. ¿Lo está oyendo en su cabeza? Seguro que sí. Pues ha llegado. El final del verano está aquí. Y jugando con el título del episodio piloto de otra conocidísima serie: El invierno se acerca. ¿Qué está haciendo usted para sobrevivir a la vuelta?

Por supuesto cada persona es un mundo, y la vuelta no es igual para nadie. Hay quien la está deseando. También habrá quien se ha reservado las vacaciones para ahora, para el otoño o que las ha disfrutado mucho antes, en primavera. Y están, por supuesto, quienes disfrutan mucho más del frío, o quienes sólo se encuentran a gusto en las rutinas. Pero sea cual sea la situación de partida, todas las personas, absolutamente todas, hemos disfrutado de la relajación laboral que trae agosto, de las tardes eternas, de las noches llenas de alternativas y de los planes al sol.

Comienza septiembre y con él llega lo de siempre, y a la mayoría nos vuelven las responsabilidades más serias, puede que exámenes y, sobre todo, las rutinas que van a marcar buena parte ya del año escolar. ¡Ay el año escolar! Compasión me generan -con perdón- los papás y mamás que se enfrentan en estos momentos a la vuelta al cole, con todo lo que eso implica. ¡Mucho ánimo!

Nada que no supieras

Hasta aquí, en lo que ha leído, en todo lo que está pasando en este final del verano, o en lo que va a pasar, no hay casi nada ya que usted no sepa. De hecho, no hay casi nada por lo que no haya pasado antes, muchas veces incluso. Y eso es genial, porque tenemos andado el primer paso para gestionar positivamente nuestra inteligencia emocional en la vuelta: el autoconocimiento.

¿Cómo vive usted la vuelta? ¿Cómo se habla y cómo habla a las demás personas? ¿Qué sentimientos le embargan? ¿Qué pensamientos le atropellan? ¿Qué tareas le resultan retos insuperables? ¿Qué actividades le ayudan? La forma en la vive e interpreta este final estival va a condicionar profundamente sus emociones, y ser consciente de todo ello le va a dar muchas pistas sobre qué hacer para vivirlo bien, con ganas y de forma proactiva.

Y es que septiembre suele ser un mes complicado. No hay más que mirar las creencias sociales en forma de frases hechas que intercambiamos estos días: ya se acabó lo bueno, con lo bien que estaba yo en la tumbona, qué cortas son ya las tardes, la vuelta es muy dura, me voy a encontrar todo por hacer cuando vuelva, tengo el síndrome posvacacional¿Seguimos?

Cuatro obviedades que funcionan

La primera obviedad es dejar de decir ese tipo de frases. Si puede, también deje de oírlas. No permita que la gente de su entorno le contamine o decida por usted el estado de ánimo con el que quiere vivir la vuelta. El lujo de decidir su actitud no debería prestárselo a nadie. Nunca.

Hable en positivo, incluso cuando no crea demasiado lo que está diciendo. Recuerde que la palabra crea realidades, y cuando las cosas se dicen muchas veces terminan por parecerse a la verdad, incluso a serlo en ocasiones. A esto nos ayuda bastante el subconsciente, que todo se lo cree y no entiende de bromas. Por eso, procure no alimentar los tópicos y use un lenguaje positivo que le permita potenciar también una actitud positiva. Aún queda verano y el otoño es una estación con mucho encanto llena de oportunidades.

La segunda obviedad es organizarse bien. Dedique atención a gestionar bien su tiempo y a programar lo que quiere hacer, especialmente ahora en la vuelta, porque las rutinas nos ayudan a gestionar la agenda a pesar de todo. Diferencie las cosas urgentes, y hágalas. Identifique las cosas importantes, y prográmelas para hacerlas después. Cada una en su momento.

No se olvide de incluir en la lista de importantes tiempo para usted. Ahora es el momento de encontrar huecos para sus hobbies, sus ejercicios o esos deseos postergados que luego, en la vorágine de las rutinas, no encuentran luz.

Esto nos lleva a la tercera obviedad: deje de regodearse en lo que acaba y diseñe la próxima escapada. Puede seguir dándole la brasa a sus amistades contando lo bien que se lo pasó en su viaje, en la tumbona o en lo que fuera que hizo este verano, pero focalice ya sus energías en planear ese futuro puente, fin de semana o vacaciones de invierno que le va a devolver a los blogs de actividades o viajes. Comparta su ilusión por el futuro.

Y una última obviedad: cuídese tanto por dentro como por fuera. Duerma lo suficiente. Coma un poco más sano que este verano si se dejó llevar por los excesos. Ríase todo lo que pueda. Rodéese de gente querida, gente vitamina que le aporte. Practique la gratitud y el perdón. Siga tomando el sol aunque ya no haga tanto calor. Y haga un poco o un mucho, a su ritmo, de ejercicio físico.

Tenemos la enorme fortuna de ser como farmacias con patas, y la capacidad de generarnos endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina de forma natural haciendo simplemente lo que ha leído en el párrafo anterior. Merece la pena, que no por nada llaman a estos químicos naturales el cuarteto de la felicidad. Winter is coming, El invierno se acerca, ¿y qué?

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