"Me siento afortunado con el cariño que me está demostrando la gente"
MARIANO PEÑA. Nació en Manzanilla (Huelva), en 1960. Con 18 años, con el Bachillerato cursado en el Colegio Santa María de la Rábida (Huelva), se marchó a Sevilla para estudiar Arte Dramático y Bellas Artes y posteriormente llegó a Madrid, donde ahora disfruta del éxito con la popular serie de televisión 'Aída'.
CADA semana regresa a los hogares españoles con nuevas aventuras como Mauricio Colmenero, el tabernero con el bigote más famoso de España, con una dilatada trayectoria que ha supuesto en la carrera de Mariano Peña un antes y un después. En la realidad Mauricio y Mariano no se parecen en nada, pero también es cierto que el personaje de ficción ha hecho crecer al artista como actor y como persona.
"Mauricio, aparentemente, es el malo malísimo, pero se ha ido ganando el cariño de todo el mundo.
Es homófobo, racista, ambicioso, pero en el fondo no deja de ser un pobre hombre que vive con su madre, no tiene amor y, si lo tiene, es pagado, pero dentro de lo cabroncete que es, se trata de un buen tío. De hecho, ahí están sus incondicionales amigos. Pero esa es la magia que tenemos los actores, que podemos desarrollar vidas y situaciones impensables en tu vida cotidiana. Vivir momentos diversos y dispares, y hacer cada día algo diferente. Mauricio y Mariano no tienen nada en común. Mauricio no respeta a nadie y yo, sobre todo, tengo respeto a la gente. Ahí está nuestra principal diferencia".
Simpático, profesional y, sobre todo, onubense y andaluz por los cuatro costados, Mariano Peña reconoce que "me hacen mucha ilusión los reconocimientos que estoy teniendo en mi tierra. Se dice que nadie es profeta en su tierra pero yo, afortunadamente, me siento afortunado con el cariño que me está demostrando la gente y con estas distinciones que no se si merezco, pero que desde luego me llenan de orgullo".
Aunque trabajó un tiempo pintando cerámica, casi toda su carrera la ha desarrollado en el mundo del teatro, del cine y del doblaje, iniciándose en el teatro muy joven, aunque también ha doblado a diversos personajes animados, como el maestro Mutenroshi, de Dragon Ball, o el mago Mazoho, en Dragon Quest.
"Cuando terminé Arte Dramático y Bellas Artes, no quise opositar porque yo quería ser actor. Insistí durante mucho tiempo, pero no logré trabajo. Con la aparición de las cadenas autonómicas se empezaron a abrir muchos estudios de doblaje en Sevilla, que es otro tipo distinto de interpretación. Era una profesión nueva y muchos actores nos dirigimos a ese nuevo campo. Como actor de doblaje habré estado por lo menos 12 años y, de hecho, fue mi salvación durante una época, aunque es un trabajo que queda más en la sombra, poco reconocido. Es un poco como ser actor de teatro. Puedes llevar toda la vida haciéndolo, pero si no sales por la tele no te conoce nadie".
A pesar de su timidez se inició en la interpretación, sin que sepa muy bien por qué... "Se dice que los actores somos grandes tímidos y en mi caso es verdad, aunque a medida que uno crece se va perdiendo esa timidez. Sinceramente no recuerdo el porqué de mi afición. En mi pueblo no había ni cine, ni actores en mi familia. Yo flipaba viendo a los actores por la tele y más cuando me enteré que por hacer eso se les pagaba. Una vez fui a ver una representación de unos primos que estaban en un colegio interno y quedé fascinado. Les dije a mis padres que quería quedarme en el colegio interno".
En el teatro hizo su primera obra en 1982, con La hermosa hembra, y desde entonces ha participado en otras nueve obras, la última de ellas en 2008, en La madre vigila tus sueños. "El teatro es especial, porque el calor del público se siente muy cercano y es una verdadera maravilla".
Su debut en el cine llegó con el corto La teoría del dinero (1991) y, desde que en 2002 trabajó en la película Carlos contra el mundo, todos los años ha sumado alguna película a su currículo, que totaliza veintisiete películas, cinco de ellas en 2003 y otras cinco en 2006, sus años más prolíficos.
En televisión ha participado en las series más exitosas de los últimos tiempos: Compañeros, Hospital Central, Los Serrano..., hasta acumular 19 episodios en trabajos esporádicos en once series, además de los papeles fijos en otras cuatro, pero ha sido la serie Aída la que le ha abierto las puertas de la popularidad, encarnando el personaje de Mauricio Colmenero. Gracias a este papel la Unión de Actores Españoles le premió como Mejor actor secundario de televisión, en 2006, y fue nominado para Mejor actor de comedia en el Festival de Televisión de Montecarlo, en 2008.
Además, la Asociación de Festivales Audiovisuales de Andalucía le premió en 2009 por su trayectoria profesional y, en 2010, el Ayuntamiento de Punta Umbría le concedió un premio a la Promoción Turística en la séptima celebración del Día Mundial del Turismo.
Igualmente, con motivo de la celebración del Día de Andalucía en la provincia, la Junta de Andalucía le entregó el pasado viernes la Distinción Huelva-Junta 2011, que premia el trabajo de asociaciones, colectivos, entidades y personas que destacan por su trayectoria profesional y que mantienen su vinculación con la provincia onubense, en cuyo caso encaja con mérito indiscutible el actor Mariano Peña.
Como se puede apreciar por el extenso bagaje profesional que atesora, Mariano Peña es, ante todo, actor. Por eso no teme que aunque su gran éxito sea deleitarnos en la pequeña pantalla con su genial interpretación de Mauricio Colmenero, se le encasille definitivamente en ese tipo de personaje y pierda el tren de otras interpretaciones.
"Sinceramente, espero que no. Mariano Peña tiene una trayectoria y quiero que sirva para algo. Lo curioso es que nací haciendo drama y me moría por hacer una comedia, y ahora, fíjate, en plato lleno.
Estoy feliz, pero quiero variar, lo que sucede es que ofertas de cine no me llegan demasiadas y las de teatro... he estado muy tentado, pero no termino de decidirme. Yo soy muy maniático, muy responsable, y me gusta tener mi texto aprendido, mi concentración... Ahora mismo no me planteo salir corriendo de los sitios para poder compaginar la serie y una obra de teatro. Me gusta disfrutar de lo que hago en cada momento y si se va a convertir en un sufrimiento para mí, prefiero no hacerlo".
Sin embargo, no todo es de color de rosa en el mundo de la interpretación, porque incluso la popularidad que genera no es para siempre y no es para todos.
"En el mundo de la interpretación, tras muchas pruebas, puedes entrar en un proyecto para hacer algo concreto. En el mejor de los casos puedes participar en una serie de éxito, pero si es una película igual pueden pasar años hasta hacer otra nueva. Los actores siempre estamos en la cuerda floja. Lo difícil en esta profesión es mantenerse, aunque yo, de momento, no puedo quejarme"...
Y para quienes no lo sepan, les vamos a evitar la molestia de investigar dónde está Manzanilla, la patria más chica de este gran actor: "Pasada La Palma del Condado, por la A-472, se llega a Villalba del Alcor y pronto se ve un desvío a la derecha a Manzanilla. De allí tengo mis primeros grandes recuerdos de infancia y me llena de paz interior recordar aquellos parajes que no han cambiado demasiado en este casi medio siglo que ha pasado. En Madrid me han acogido de maravilla pero echo de menos mi gente, mis calles, todo... Me niego a perder mi acento en mi vida privada".
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