"Si seguimos así pudiera ser que el Ensanche no se desarrolle nunca"
El propietario mayoritario cree "preocupante" la situación del proyecto en un contexto de crisis
Hace cinco años, al frente de Frenos 16 (ahora Descirea), Juan Manuel Trujillo fue el nombre de una de las mayores operaciones de compraventa de suelo de Huelva, adquiriendo por 65,7 millones de euros 66 hectáreas de terreno en el denominado Ensanche Sur. Hoy este proyecto urbanístico sigue paralizado tras años de polémica entre administraciones, varios procedimientos judiciales y críticas de diversos sectores, y los propietarios miran al calendario con preocupación en un contexto de crisis en la construcción.
-¿Cómo definiría la situación actual del proyecto del Ensanche Sur?
-La situación es preocupante, por las noticias que tenemos tanto del Ayuntamiento como a través de los medios de comunicación. Después de la reunión entre Chaves y el alcalde, la comisión técnica tenía bastante encajados los asuntos sobre las dotaciones, incluyendo también dotación de viviendas protegidas, pero el acuerdo final que implica la retirada de todos los procedimientos que hay ahora mismo sobre el Ensanche no ha llegado. Y eso en un contexto como el actual, probablemente la mayor crisis de los últimos treinta años, pues es muy preocupante.
-¿Qué retraso acumula el proyecto?
-El retraso es por lo menos de tres años.
-Eso implicará costes añadidos.
-Los costes son de dos tipos. Aparte de los intereses y el mantenimiento de unos activos que no se pueden inscribir, también desde el punto de vista patrimonial no es lo mismo tener las parcelas inscritas para los propietarios de la junta de compensación como parcelas urbanas, que tienen valor en el balance de la sociedad, a no tenerlas inscritas. La valoración es muy distinta, el coste es muy grande para una sociedad. Ya hay alguna que nos ha anunciado que podría entrar en una situación verdaderamente complicada.
-¿De qué cifras estamos hablando?
-Son millones de euros, no es un tema de cientos, sino de millones de euros. Una cosa es el perjuicio, el daño que sufre o puede sufrir una sociedad y otra lo que judicialmente se pueda reclamar. Pero ese no es el principal problema. La preocupación de las empresas de la junta de compensación es un tema de ser o no ser, no un tema de cuánto. El principal perjuicio es que hace tres años no había crisis, se estaba en un escenario completamente distinto al de ahora. Ahora lo que se trata es de resolver el problema y que pueda llevarse a cabo el Ensanche; si seguimos así pudiera ocurrir que el Ensanche no se desarrolle nunca. Las cosas pueden entrar en situación de complejidad y ser un proyecto de los que, si no es ahora, tenga que esperar 20 años para llevarse a cabo.
-¿Hasta que punto puede afectar la crisis de la construcción al proyecto futuro?
-Yo todavía creo que el Ensanche es una de las operaciones que tendría viabilidad a pesar de la crisis. Porque el suelo del Ensanche va a constituir el nuevo centro de Huelva, tiene una situación estratégica. La parte comercial podría seguir siendo la dinamizadora del proyecto. Y creo que el proyecto todavía tiene oportunidades, desde luego más complicadas que antes, para salir adelante. Es importante cumplir lo que se dijo en su momento. Los estudios arrojaban más de 3.000 puestos de trabajo, es una gran oportunidad, más de lo que tiene el Polo [la avenida Francisco Montenegro] que está en tendencia de reducir su tamaño. El Ensanche podría tomar el relevo y garantizar un mayor desarrollo, a pesar de la crisis, del que puede ofertar cualquier otro proyecto ahora mismo en Huelva.
-¿Se han producido ventas de propietarios que no puedan esperar?
-No sé si ha habido intentos. Lo que sí me consta es que ha habido operaciones que se han desestimado. Había propietarios que tenían expectativas de venta de parte de sus activos, del suelo, y sé de alguna operación en concreto que ya se ha desestimado.
-El acuerdo inicial entre la Junta y el Ayuntamiento incluye en torno a 1.000 VPO en suelo público, pero también tendrían que hacerse en suelo privado.
-Hubo conversaciones con el Ayuntamiento y eso técnicamente se resolvía incorporando algunas parcelas no públicas con tal de llegar al acuerdo. Por parte de la junta de compensación y la empresa urbanizadora hay la mayor voluntad para llegar a acuerdos razonables dentro de lo posible y el acuerdo era permitir la mayor cantidad posible de VPO dentro del mantenimiento de los estándares de calidad y de desarrollo que todos conocen del Ensanche. Creo que eso está resuelto.
-¿A qué achaca entonces el retraso en el acuerdo?
-Desgraciadamente la política tiene sus tiempos, que son distintos a los de la economía. Hubo un tiempo en las últimas elecciones que implicó un parón en la negociación, pero vamos a esperar que en cuestión de días se pueda encontrar solución definitiva al tema.
-¿Cuentan ya con inversores para el centro comercial, el emblema terciario del Ensanche?
-Sí tenemos conversaciones con algún grupo muy avanzadas, pero no podemos concretar y estamos a la espera de que el Ensanche sea realmente una realidad. Los inversores lo son en la medida en que se les permita, nadie está con el capital esperando eternamente. Son inversores en cada momento en función de las circunstancias, entonces tienen que tener la lógica prudencia, hasta que no esté la situación desbloqueada no se pueden tomar decisiones.
-¿Podría decirme al menos si son inversores locales?
-Hasta que no tengamos la seguridad no podemos cerrar negociaciones ni abrirlas. Ha habido grupos que se han dirigido a nosotros y la contestación ha sido esa. Además nunca nos hemos planteado una operación de venta, sino sumar gente importante para que el centro sea el mejor de los posibles. A lo mejor puede haber tres grupos y entre los tres garantizar esa operación. También manifesté en su momento a los comerciantes de Huelva que esperamos que ellos también estuvieran sentados en la mesa y conformáramos ese grupo del centro comercial.
-Se mantiene entonces la idea de que el centro comercial sea algo diferente.
-Creíamos que podría ser una pieza absolutamente emblemática del proyecto. En absoluto se pretende hacer un centro vulgar o anodino, precisamente su situación es lo que provoca ese mayor esfuerzo.
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