Rosario Cartes, ganadora del Perejil de Plata: "En mi vida hago lo que me apasiona y Juan Ramón es mi pasión, es mi guía"

Rosario F. Cartes tropezó con Juan Ramón Jiménez con apenas ocho años y desde entonces no ha dejado de sumergirse en sus versos. Esta moguereña de corazón ha dedicado su trabajo a mantener vivo el legado del Premio Nobel comprendiendo su obra, una trayectoria que le ha llevado a recibir el premio Perejil de Plata, la mayor distinción que otorga la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez. Asegura que el poeta ha sido su guía a lo largo de su carrera literaria, pero también lo ha sido en lo personal.

Sin duda es el poeta más alto, más hondo y desde luego el más influyente, pero hay que leerlo, no es solo 'Platero y yo' — Rosario F. Cartes - Escritora

Pregunta.¿Qué significa para usted recibir el Premio Perejil de Plata de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez?

Respuesta.Recibí la noticia con asombro, era algo que no esperaba. Es un honor tremendo, un honor que además me da la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, con la que estoy muy vinculada a lo largo de los años. Es un inmenso honor y muy orgullosa de sentirme también vinculada a Moguer.

P.El premio reconoce a quienes impulsan el legado de Juan Ramón Jiménez ¿recuerda el primer encuentro con el poeta? ¿Qué fue lo que le atrapó?

R.Fue muy tempranamente. Parece mentira, pero yo tenía apenas 8 años cuando llegaron los restos de Zenobia y Juan Ramón Jiménez a Moguer, donde he pasado la mayoría de primaveras y veranos durante la infancia y la adolescencia. El azar quiso que antes de que los féretros estuvieran expuestos al público, estuviera yo allí y me quedara un momento a solas delante de ellos. Aunque parezca extraño por la carta edad, me hice el propósito de entenderlos, no de ser escritora, nada de eso, sino comprender a aquellos seres extraordinarios, comprender algún día su legado, lo que ellos habían dejado y dejaban con la muerte.

R.Ya cuando se abre la biblioteca que es un lujo en la provincia tener una biblioteca en aquellos años en la casa de Juan Ramón, pues empecé a leer Platero y yo y fue una revelación. Estaba todo lo que mis abuelos y mi familia me habían enseñado de Moguer. Cuando empiezo a leer el libro, veo reflejado aquello que en realidad yo percibía de una forma, pues como puede percibir un niño, casi como eco, no como si fuera casi como la música, ahí empezó todo.

R.Poco después, gracias a una tía mía que me introdujo en la casa, el primer guía que tuvo la casa, Pepe Quintero, de alguna manera actuó conmigo como realizando una especie pupilaje que me permitió estar escuchándole muchísimo, muchísimo tiempo. Una vez que fui creciendo y leyendo, pues empecé ya por mi cuenta a estudiar y lo que deseaba entonces era tener acceso a aquella letra y poder entenderla alguna vez.

R.Y gracias a Dios, pues se ha hecho posible y desde luego con la ayuda inestimable de la Casa Museo, del personal de allí, el centro de estudio y por supuesto la ayuda inestimable de Carmen Hernández-Pinzón Moreno, la sobrina nieta de Juan Ramón, que es buena amiga y siempre está ayudándome en mis estudios, en mis averiguaciones, en mis artículos.

P.¿Considera que es un autor plenamente actual o que falta reivindicarlo desde nuevas miradas?

R.Pasa que Juan Ramón es inabarcable. Muerto desde hace ya tanto tiempo no dejan de editarse inéditos que van completando aquello que él quería, la obra en marcha. No todo el mundo lee o ha seguido toda esa sucesión, claro, ahí está Juan Ramón como el poeta más grande del siglo XX. Sin duda el más alto, el más hondo y desde luego el más influyente, pero hay que leerlo, no es solo Platero y yo. Juan Ramón es actual, es un clásico, y estos siempre son actuales por definición.

R.Le voy a poner un ejemplo, hoy el enfoque del arte justamente sigue una directriz que dijo Juan Ramón: "El arte será más completo cuanto reúna más las cualidades o propiedades de todas las artes, que no es isla el arte, sino continente". Hoy vemos en exposiciones lo que llaman diálogo, es decir, los lenguajes del arte reunidos, eso es de una contemporaneidad permanente. Juan Ramón es absolutamente actual. Su poesía habría que dársela muchísimo más a los jóvenes porque la poesía es civilización. Civilización contra barbarie, nunca mejor dicho que hoy día.

P.La poesía no ha solido llamar la atención de los jóvenes ¿siente que cada vez son más los que se interesan por ella, leyéndola o escribiéndola?

R.He visto esa tendencia y me alegra mucho, donde se ha visto más palpable es con la pandemia, cuando hubo un verdadero aluvión de poetas emergentes. Lo extraordinario es que han convivido todos estos poetas clásicos nuestros, también del siglo XX, con gente, con miradas nuevas. Es verdad que el verdadero poeta que indaga en la palabra, en el sentido, el que va más allá... Necesita leer, nutrirse de estos grandes poetas porque llevarlos dentro de su voz, esto también lo dice Juan Ramón, lo importante es que esas voces se hagan voces verdaderas en nosotros. Que la voz salga nueva aun llevando todas esas presencias, huellas o ecos.

P.Algunos de sus poemas dialogan con la pérdida, el cuerpo o la belleza ¿qué encuentra en estos territorios para seguir volviendo a ellos?

R.Son temas, como cualquier otro poeta, de su interés, de su preocupación. Los temas que trata el poeta, como en cualquier otra persona, están imbuidos de su tiempo, de las preocupaciones propias de su vida, de la de otros y las del propio mundo. Esos temas son absolutamente eternos, se podría decir, van con nuestra naturaleza. Yo lo que hago siempre, por una preocupación por la lengua, es intentar encontrar la palabra más justa para la expresión que quiero.

Juan Ramón es absolutamente actual. Su poesía habría que dársela muchísimo más a los jóvenes — Rosario F. Cartes - Escritora

P.¿Cómo equilibra la emoción y la técnica a la hora de escribir?

R.Cuando escribo generalmente me sale una prosa aproximada a la poética. Me he dado cuenta, después de tantos años, que mi escritura proviene de una especie de destilado lento. De pronto surge el poema por lo que sea, hay una palabra, un estímulo. Alguna vez me ha venido un libro entero, esos son curiosos estados de gracia, que yo les llamo, pero son rarísimos, no se suelen dar tan fácilmente. Si se da, pues viene hecho, y otras veces surge de una forma un poco misteriosa, como han dicho otros autores que han estudiado el fenómeno poético. Tiene un cierto halo de misterio, como decía Federico García Lorca, "solo el misterio nos hace vivir, solo el misterio".

R.Solo me ha sucedido una vez, empecé el libro y lo terminé. Me había dado por vencida con ese libro en concreto, Pálpito de tierra y agua, había desistido la noche antes y al día siguiente me desperté y empecé con el hilo. Y seguí, seguí, seguí y en pocos días estuvo hecho. Pero eso es una cosa extraordinaria. El resto hay que trabajar mucho, pulir después lo que sale hasta darle ese cuerpo que uno quiere, que es el cuerpo del poema para que brille.

P. ¿Qué siente cuando mira hacia atrás y ve su trayectoria desde los primeros escritos hasta este reconocimiento, el Perejil de Plata?

R.Me siento honrada. El premio lo recibo con humildad y con una inmensa gratitud. Creo que sin humildad no hay progreso de ningún tipo. En la escritura o en el trabajo jamás me propongo nada para que sea compensado con algún distintivo, algún premio. Entonces miro mi trayectoria y ya me parece un lujo vivir si en mi vida hago lo que me apasiona, y Juan Ramón es mi pasión, es mi guía además y quiero resaltarlo. Que de ese mundo venga este reconocimiento, pues francamente me hace muy feliz.

P.Muchos solo conocen 'Platero y yo', pero Juan Ramón tiene infinidad de obras más ¿cuál recomendaría leer a estas personas?

R.Por la modernidad que representa su mirada y por la influencia que ha tenido en otros, por ejemplo, Poeta en Nueva York. Pero yo de Juan Ramón destacaría Diario de un poeta recién casado, es muy interesante, hay que tener muchas claves ya de él, pero merece una buena lectura. Para el que está ya muy entrenado en Juan Ramón es el poema Espacio, uno de los más grandes poemas en español. Luego, dependiendo de cada uno de sus gustos, está De ríos que se van, Dios deseado y deseante... Todo eso es extraordinario.

R.Si alguien tiene interés en la educación, y quiere conocer la visión de Juan Ramón, que lea un librito delicioso en el que se recoge toda esta visión y es delicia como describe todo aquello, Isla de la Simpatía, que es la experiencia del poeta en Puerto Rico, que llamaba así a la isla. Es una delicia como describe todo aquello, y sobre todo la importancia de la educación, que sigue siendo vigente, absolutamente vigente, porque proviene de la institución y de la enseñanza. Y es una maravilla. Quien esté interesado en la educación hoy, le será muy ilustrativo.