Manuel Moya, escritor plural: "A los poetas, por muy buenos que sean, no se les conoce"

Gran conocedor de la vida y la obra de Fernando Pessoa desmiente el mito entorno a este poeta, uno de los más importantes del siglo XX

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El poeta, relatista, crítico y traductor de Pessoa, Manuel Moya.
El poeta, relatista, crítico y traductor de Pessoa, Manuel Moya. / EFE

Manuel Moya es de esos autores polifacéticos que no se han quedado con una única parcela literaria. Relatos, poemas, críticas y traducciones: un hombre que se lanza a la escritura en todas sus manifestaciones, explorando cada género con la misma curiosidad y profundidad que dedica a los autores que traduce. Gran conocedor de la vida y la obra de Fernando Pessoa, su trabajo refleja la recopilación de sus múltiples voces. En sus últimos ensayos sobre uno de los autores más importantes del siglo XX derriba el mito que le envuelve y muestra un Pessoa más social, más humano, más real.

La traducción del 'Libro del desasosiego' me pidió, me sublimó directamente, me dejó de piedra — Manuel Moya - Escritor, crítico, traductor

Pregunta.Es usted poeta, escritor, crítico y traductor, ¿en qué faceta se reconoce más?

Respuesta.Me reconozco casi en todas porque todas las hago con absoluta naturalidad. Empecé en la poesía, pero tengo publicadas como ocho novelas, algunas con premios importantes; he hecho muchas traducciones, sobre todo de Pessoa del que he hecho 18 traducciones hasta la fecha, aunque tengo algunas más; también soy relatista, fui premio de Andalucía. Me muevo bien en todos esos terrenos.

P.Ha publicado varias de sus obras bajo un heterónimo ¿por qué no firma con su nombre?

R.El cabalgar entre la prosa y el verso, que es lo que yo he hecho durante mucho tiempo, hace digamos que la distinción entre el yo que narra y las terceras personas no sea tan grande. También por la influencia de Pessoa, que como sabes, manejaba los heterónimos.

R.Además, hay poesía mía, un cierto tipo de poesía, en la que yo me alejo mucho de mis propios temas. Cuando está más lejos de mi temática normal en poesía y para darle mucha más calidez, más cercanía, suelo hacerlo con heterónimos.

Manuel Moya.
Manuel Moya. / M.G

P.Me habla sobre Pessoa, que parece haberse convertido en compañero de viaje en su trayectoria ¿cómo se introdujo en su obra?

R.Comenzó porque yo soy un lector antiguo, llevo muchísimos años leyendo. Evidentemente, tenía que haber un momento en el que yo me encontrase con Pessoa, no por nada, sino porque Pessoa es uno de los grandes poetas del siglo XX. Entonces creo que, no sé si a todos, pero a casi todos los grandes autores de ese siglo los he leído, por tanto, era fácil que en algún momento de mi vida, como lector, me encontrase con Pessoa.

R.En principio Pessoa no me interesó más que eso, pero luego, en 1984, en España, apareció la traducción de Crespo del Libro del desasosiego. Y ese libro a mí me pidió, me sublimó directamente, me dejó de piedra. Me quedé muy enganchado con ese libro. Cuando iba de viaje era mi libro de cabecera. Es un libro de fragmentos que puedes abrirlo por donde quieras y me ha acompañado durante mucho tiempo. Un día, habiendo ya hecho traducciones de algunos poetas portugueses, me dijeron, '¿por qué no te atreves con el Libro del desasosiego?' Y la verdad es que tenía mucho miedo. Dije, 'bueno, pero puedo empezar haciendo dos, tres fragmentos', así comencé y ya llevo como 18 libros.

P.¿Cree que Pessoa es un autor para cualquier tipo de lector?

R.Hay tanto Pessoas que seguramente hay uno para cada lector, eso lo tengo absolutamente seguro. Entiendo que leer a Pessoa no es fácil, pero el Libro del desasosiego ha abierto las puertas a muchísimos lectores. Es un libro muy accesible porque habla de cosas muy normales, habla de un hombre en una oficina, de una persona que te encuentras por la calle, son fragmentos y ese Pessoa es muy asequible.

R.Cuando vas metiéndote a la obra de Pessoa, buscas textos más difíciles, que requieren otro nivel de atención sobre todo. Pero Pessoa es de los poetas más traducidos del mundo y eso es porque hay mucha gente que conecta con él.

'Libro del desasosiego' es uno de los grandes libros del siglo XX, sin duda, de los cinco o seis grandes libros del siglo XX, a la altura de Cien años de soledad, a la altura de Kafka, de Lorca — Manuel Moya - Escritor, crítico, traductor

P.¿Sería 'Libro del desasosiego' el primer libro que recomendaría a quien quiera introducirse en la obra de Pessoa?

R.Sí, sin duda recomendaría entrar por Libro del Desasosiego, es casi un compendio pessoano. Alguien que lea ese libro casi no le hace falta leer ningún otro más, también según el gusto del lector. Sí es verdad es que es un libro que causa muchísimas sorpresas en quien no lo conocía. Es un libro que engancha directamente. Pessoa es fascinante siempre, en sus heterónimos, en sus cuentos, en sus ensayos... Es fascinante en muchas cosas, aunque dejó casi todo inacabado. Dejó los papeles en un cofre y de ahí se tuvieron que sacar.

R.Libro del desasosiego es uno de los grandes libros del siglo XX, sin duda, de los cinco o seis grandes libros del siglo XX, a la altura de Cien años de soledad, a la altura de Kafka, de Lorca.

P.En su labor como traductor de Pessoa, ¿prefiere ser fiel al 100% al texto literal o da pie a la interpretación?

R.Hay tantas maneras de traducir como traductores hay. Yo cuando traduzco, me atengo a Pessoa, soy fiel a Pessoa. Pero sé que el lector de mi texto es un español que no conoce el portugués, entonces le tengo que dar lo mismo que Pessoa daba al portugués y si tengo que traicionar alguna vez a Pessoa para no traicionar al lector, prefiero no traicionar al lector, doy alguna concesión aunque no muchas. Me importa mucho que el poema de Pessoa termine siendo un poema en español, para que el lector español lo perciba como poema.

El escritor, poeta, relatista, crítico y traductor, Manuel Moya.
El escritor, poeta, relatista, crítico y traductor, Manuel Moya. / EFE

P.¿Qué le supone un mayor desafío, traducir a Pessoa o los ensayos que ha hecho para reconstruir su figura?

R.Creo que el mayor desafío ha sido la traducción. El conocimiento de Pessoa lo he adquirido a través de traducirlo, de ir inmiscuyéndome en su vida, en sus cosas e ir tomando apuntes de aquí y de allá. Traducir es, o a mí me lo parece, como el trabajo de un restaurador que se pone delante de la obra de Rembrandt y está a 20 centímetros de Rembrandt, todo lo hace con muchísimo cuidado. Entonces la relación que se establece entre el restaurador y el pintor es muchísimo más pura, más íntima, interesante, eso es lo que me pasa con Pessoa.

R.A medida que traduzco, voy entrando en la vida de Pessoa con mucha mayor intensidad. Escribir sobre Pessoa realmente me cuesta muy poco. Un churrero que hace churros y que lleva ya 30 años no le cuesta nada hacerlo, pues a mí me pasa un poco eso.

P.Pessoa tiene toda una constelación de heterónimos ¿qué cree que le llevó a crearlos?

R.En mis dos ensayos sobre él, Pessoa, el hombre de los sueños y ahora Pessoa, la reconstrucción abordo ese aspecto. Creo que básicamente fue un problema psíquico. Él, desde muy joven, perdió a su padre y entonces eso lo sumió en una especie de caos personal. Intentó buscar entender su pérdida en los amigos imaginarios y en ese mundo de lo imaginario, pero ya no lo olvidó, estuvo ahí siempre. De ese mundo imaginario en el que siempre quiso vivir, sacó sus heterónimos. Es una consecuencia, digamos, de su carencia de realidad. Vivía un poco como un escapista, como alguien que quisiera vivir en otros mundos. No le gustaba este especialmente, entonces buscaba otros mundos y de estos nacen esos personajes.

P. ¿Cree que hay algún heterónimo de Pessoa que no se haya explorado mucho y merezca la pena profundizar en él?

R.Queda todavía obra por sacar, pero ya no creo que vaya a dar mucho de sí su célebre arcón, donde puso todo su obra. Sí es cierto es que Pessoa tiene 137 heterónimos, aunque conozcamos muy pocos de ellos, porque son más conocidos por la crítica y no tanto por el gran público.

Lo que pasa que a los poetas, por muy buenos que sean, no se les conoce — Manuel Moya - Escritor, crítico, traductor

P.En sus últimos ensayos rompe con la idea de Pessoa como un hombre solitario, ¿cómo llega a explorar esta faceta más social?

R.Cuando empiezas a leer a un personaje, lees los prólogos y los ensayos de otra gente, pues tienes evidentemente que seguir las estelas que ellos te indican. Pero a medida que iba entrando en la vida de Pessoa y en su obra, no me salían las cuentas. Me daba cuenta que Pessoa había sido un hombre muchísimo más social de lo que parecía, que tenía una relación como la que puedes tener con la gente de Huelva. Tú tienes tus horas en el trabajo, estás en una oficina y tienes una relación mínima con el resto de la humanidad, o cuando estás en tu casa, cuando llevas al niño al colegio, cuando te vas a tomar una copa por la tarde... En fin, él llevaba una vida absolutamente normal como la de cualquier poeta de la época.

R.Lo que ocurre es que ha habido como una necesidad de encuadrarlo en una especie como de mito, de leyenda, de un hombre huraño, de un hombre solitario, de un hombre perdido, de un extranjero en definitiva, que pasaba por Lisboa sin que nadie se diera cuenta. Y eso no era así. Él era un hombre social, tan social como cualquier otro. Iba mucho a ver a sus familiares, no tenía casi nunca dinero, con lo cual tenía que ir dando sablazos por aquí y por allá, iba a tertulias hasta el penúltimo día de su vida, antes de su enfermedad, que duró tres días.

R.Por eso el libro se llama Pessoa, la reconstrucción, de alguna manera es una reconstrucción de quién fue realmente Pessoa, porque lo que suele ocurrir con todos los mitos es que los recubrimos de pan de oro, los recubrimos de cosas que luego no se atienden a una verdad consistente. Si tratas de invadir la vida de Maradona, de Camarón, de Lorca, del propio Juan Ramón Jiménez, nos daríamos cuenta de que muchas de las cosas que damos por ciertas son absolutamente inciertas. De Pessoa se dice que solo publicó un libro al final de su vida, eso no es cierto, publicó como cinco libros, escribió mucho en revistas. Sus compañeros, como Machado, no publicaron tanto como él, y eso que murió con 47 años. Lo que pasa que a los poetas, por muy buenos que sean, no se les conoce. Todos conocemos a novelistas, pero ¿quién puede dar el nombre de cinco poetas nacionales que no sean de la provincia?

P.¿En qué proyectos estás trabajando ahora mismo?

R.Acaba de salir el libro de ensayo sobre los mitos de Pessoa y de aquí a final de año saldrá un libro de poesía en el que, bajo un heterónimo, trabajo sobre el genocidio gazatí, algo que nos ha conmovido y no habíamos vivido nada parecido a esto. Estamos en el siglo XXI, pero todavía nos asombra la crueldad humana y la inhumanidad de ciertas gentes. El asombro ante esa situación absolutamente terrible, delirante y absurda, pues todavía nos hace reaccionar y yo lo he hecho con esta obra. Llevo dos años escribiendo este libro en el que hablo evidentemente de la inhumanidad y de lo terrible que puede ser el ser humano.

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