Infraestructuras | La autovía de la discordia

Una necesidad que será un revulsivo económico

  • El presidente de la FOE señala que “sería darle vida a algo que está muerto”

  • La Cámara de Comercio, el sector agrario y los transportistas ven esencial la construcción de una carretera que una Huelva y Cádiz

Acto simbólico de la colocación de la primera piedra de la carretera Huelva-Cádiz en 2007.

Acto simbólico de la colocación de la primera piedra de la carretera Huelva-Cádiz en 2007. / H.I. (Huelva)

Una promesa que vuelve a salir a flote. Los empresarios onubenses pugnan desde hace décadas por el sueño de la conexión Huelva-Cádiz. Sin embargo, siempre se han topado con el mismo escollo. El Parque Nacional de Doñana bendice a Huelva con un paraje natural de valor incalculable y una carretera entre ambas provincias exige atravesar por un espacio que se presume como punto de encuentro de aves migratorias y como lugar de residencia del lince ibérico.

En 1934 se produjeron las primeras conversaciones dentro del ámbito empresarial para hacer posible la unión de dos provincias limítrofes, pero fue en 2007 cuando Javier Arenas, presidente del Partido Popular andaluz por aquel entonces, puso la primera piedra en la autovía que conectaría Huelva y Cádiz en el marco de un acto simbólico.

Desde este momento, que parecía ser el comienzo de una necesidad esperada por muchos andaluces, el caso está paralizado. Sin embargo, con el mandato del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, este anhelo de los populares resucita. Sin embargo, con el mandato del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, este anhelo de los populares resucita al quedar incluida esta promesa electoral en el Plan de Infraestructuras del Transporte y la Movilidad 2021-2027.

La posibilidad de la construcción de esta carretera despierta optimismo en los diferentes colectivos empresariales onubenses. En este sentido, la Federación Onubense de Empresarios (FOE) ve esta medida es muy necesaria porque “al ser dos provincias con muchos aspectos en común, necesitan de la posibilidad de desarrollar todo el potencial de manera conjunta”.

Su presidente, José Luis García-Palacios, se muestra tajante con la idea de que la conexión entre las dos provincias se frague y apunta que “sería darle vida a algo que está muerto, del 0 al todo”. La entidad onubense defiende que beneficia a todos a nivel medioambiental, pues “se reduce el tiempo de viaje entre una provincia y otra y eso genera una reducción del CO2”. Así lo atestiguan desde el sector agrario, a través de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja-Huelva), que sostiene que el argumento de la preservación medioambiental perdería solidez si se tienen en cuenta las “ingentes emisiones de CO2 que provoca que diariamente cientos de vehículos se vean obligados a recorrer una distancia muy superior a la que se podría”.

Frente a los beneficios empresariales que tendría la conexión Huelva-Cádiz, el sector ecologista sostiene que es una medida que repercute negativamente en Doñana. En lo que al cuidado de un espacio natural de tal envergadura se refiere, el presidente de la FOE insiste en que “la alternativa norte no tocaría el Parque Nacional”. A su vez, Asaja, que también muestra conformidad con las palabras de García-Palacios relativas al Parque Natural, añade que “se han tomado medidas que son mucho más perniciosas para un entorno tan frágil como es Doñana y mucho menos productivas desde un punto de vista social, cultural y económico, por citar algunos”.

En base a tales declaraciones, tanto la asociación agraria como el resto de colectivos empresariales que confían en que esta iniciativa vea la luz, aseguran que es de su “preocupación el hecho de que la carretera se haga con todas las garantías de cara a la protección del Parque” y consideran necesaria la observación de otras carreteras en Europa que “atraviesan parajes de alto valor medioambiental sin que ello haya supuesto un menoscabo para su conservación”.

La carretera que uniría Huelva con Cádiz tendría también repercursiones en otros aspectos diferentes al comercial. El presidente de la Cámara de Comercio de Huelva, Antonio Ponce, considera que “Huelva es la gran olvidada hasta este momento” y añade que “la conexión potencia Huelva a nivel comercial y turístico porque mucha gente no viene a la provincia onubense porque se ven obligados a pasar por Sevilla”. A su vez, la rentabilidad económica sería superior al no “producirse tapones en el tráfico de Sevilla, pues hacen que los transportistas tarden mas”, apunta Ponce.

Asimismo, el presidente de la Asociación Onubense de Transporte por Carretera, Rafael Carrasco, confirma que “podemos estar parados en Sevilla una hora por culpa de la cantidad de turismos y camiones que se congregan en las horas punta”. Sin embargo, no es la prioridad para los transportistas onubenses, quiénes reclaman con más inmediatez la apertura de la S-40, ya que “la S-30 nos deja paralizados y tardamos mucho más en llegar a Cádiz con las caravanas que se forman”.

La pugna entre el sector ecologista y empresarial por la creación de la conexión Huelva-Cádiz persiste, pero la inclusión de esta obra en el Plan de Infraestructuras del Transporte y la Movilidad parece desequilibrar la balanza en favor de los empresarios onubenses que ven un poco más cerca un proyecto que antes se concebía como utópico.

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