A la hora indicada la representación de la Hermandad de Nuestra Señora de la Cinta de Huelva llegó al compás del antiguo convento de Santo Domingo, donde fueron recibidos por el alcalde de de la ciudad de La Laguna, Luis Yeray Gutierrez, así como por representantes de los distintos grupos políticos municipales, que  le trasladaron el agradecimiento por el esfuerzo realizado por la hermandad para recuperar una devoción lagunera que hunde sus raíces onubenses en la misma fundación de la ciudad.

Los primeros pellizcos de emoción llegaron cuando de manera inesperada acudieron a saludarle varios hijos de Huelva que residen actualmente en la ciudad de La Laguna, destacando el costalero de la Patrona de Huelva que estando de luna de miel en esta ciudad no dudó en acudir al tener conocimiento de la procesión de la Virgen.

Una vez en el templo la junta de gobierno de la hermandad lagunera le llevó hasta las plantas de la virgen ya preparada en sus andas ante las gradas del templo dominico.

Instantes antes de iniciar la procesión el párroco de Santo Domingo le dirigió unas emotivas palabras, incidiendo en los vínculos entre Huelva y La Laguna por medio de la Virgen de la Cinta, agradeciendo el haber hecho posible el recuperar una devoción con cinco siglos de antigüedad en esta ciudad.

El teniente hermano mayor, Antonio Colchero, fue invitado a presidir el cortejo junto a Carmen Ramallo, hermana mayor de la hermandad lagunera, y Luis Perez, canónigo maestro de Capilla y consiliario de la hermandad.

A las puertas del templo, una vez en la calle el cortejo formado por todas las hermandades de la ciudad, la Virgen acompañada de los maceros del Ayuntamiento cruzó el cancel de Santo Domingo con el Himno de Andalucía, y de inmediato, y para su sorpresa, sonaron las notas de la marcha Corazones Cinteros.

La Virgen avanzó de manera pausada por la antigua Carrera, calle Obispo Rey Redondo, arropada por el pueblo lagunero que se agolpó en las aceras de esta ciudad de encantador estética colonial, y escoltada por todas las hermandades de la ciudad, la junta de hermandades y cofradías, la Corporación municipal, y una  amplia representación del Cabildo Catedralicio.

Con toda solemnidad alcanzó las puertas de la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de los Remedios bajo el particular repique de campanas, que acompañó a la Virgen hasta que fue ubicada a las puertas del templo, donde le esperaba otro momento de emoción. La voz de una cantante lírica acompañaba las notas de la Banda Municipal de La Laguna que interpretó la marcha Dios te salve, Luna Llena.

Al cruzar las puertas del templo catedralicio, el aplauso y las lágrimas de los devotos laguneros expresaron  el  momento tan especial y tan ansiado tras cincuenta y ocho años de ausencia de la virgen de la Cinta al culto público en esta ciudad.

El cortejo siguió transitando por las naves de la catedral hasta llegar al lugar donde quedó entronizada, siendo recibido finalmente por el obispo, al que acompañó el vicario general y  el Cabildo catedralicio.

Comenzada la ceremonia, con toda solemnidad, el obispo Nivariense dedicó una sentidas palabras de acogida y agradecimiento a la Hermandad de Nuestra Señora de La Cinta de Huelva.

Escuchar a Bernardo rememorar la leyenda del zapatero Juan Antonio entre los muros de la catedral lagunera, supuso para los onubenses allí presentes un momento inolvidable de emoción y fervor.

Los miembros de la junta de gobierno onubense fueron invitados a participar de las lecturas y de las ofrendas durante la ceremonia. Un detalle emocionante más tenían reservado los hermanos cinteros laguneros: la solemne misa fue ofrecida por el eterno descanso de Miguel Báez 'Litri', recientemente fallecido.

Terminada la eucaristía, el Dean del Cabildo le hizo entrega de una carta de agradecimiento, a la que se dio lectura, para que “quedara por escrito testimonio de agradecimiento al gesto desinteresado de Huelva y la Hermandad de su Patrona con la iglesia Nivariense”.

El presidente de la Junta de hermandades y cofradías también quiso sumarse con su intervención a poner de manifiesto la importancia de los hechos vividos y los lazos existentes y puestos en valor este día entre Huelva y La Laguna.

Finalmente, por parte de la hermandad, el secretario Manuel J. Rodríguez dirigió unas sentidas palabras en la que glosó la historia del origen onubense de la Virgen, destacando la importancia de la labor de las hermandades y cofradías en la vida de la Iglesia, así como agradeció la devoción que la Patrona de Huelva recibía en la ciudad de La Laguna. Después de pedir permiso al obispo, lanzó los sentidos vivas a la Virgen, que fueron seguidos de manera entusiasta por los fieles que llenaban las naves de la catedral.

Sin duda un jornada emocionante para los que han tenido la suerte de vivirla, e histórica en la devoción cintera fuera de la Diócesis onubenses.