Seis razones por las que es un error pensar mal si lideras, y cómo evitarlo
Gente Inteligente
Los pensamientos negativos en el liderazgo tienen un efecto corrosivo muy peligroso tanto en el equipo como en quien lidera
Estrategias prácticas para conservar la calma en una crisis con tu equipo de trabajo

Huelva/Ser líder no es tarea fácil. Ni liderar tampoco. Lo que quiero expresar es que liderar no se trata solamente de guiar a otras personas hacia el cumplimiento de unos objetivos. Ser líder implica sobre todo ser capaz de inspirar e implicarte sin perder la autoestima o el bienestar propio en el camino. Y los pensamientos negativos son un peligro a tener muy en cuenta.
Dudas sobre las propias habilidades, miedo al fracaso, ansiedad por el futuro o incluso resentimiento o suspicacias hacia personas del propio equipo son sensaciones que, aunque naturales, pueden convertirse en un obstáculo si no se gestionan correctamente. Y ni los grandes líderes están a salvo de ellas.
Hoy te acompaño primero a explorar algunos de los peligros de los pensamientos negativos en el liderazgo y después a ver recursos prácticos para evitarlos sea donde sea que lideras.
Peligros de los pensamientos negativos en el liderazgo
Erosionan la autoconfianza. Si constantemente dudas de tus habilidades vas a proyectar inseguridad y, lo peor, vas a contagiar de esa misma inseguridad al resto del equipo.
Dinamitan la moral y la actitud del equipo. Si tus pensamientos son derrotistas, y tu estado de ánimo negativo, ese será el estado de ánimo del equipo. El pesimismo, y estar preocupada o preocupado siempre, tiende a ser contagioso.
Provocan decisiones impulsivas y reactivas. La negatividad puede llevar a quien lidera a tomar decisiones basadas en el miedo o la ansiedad en lugar de en la lógica y la estrategia.
Queman a las personas. La acumulación de pensamientos negativos aumenta significativamente los niveles de estrés y lleva al denominado ‘burnout’ o síndrome del trabajador quemado, no sólo de quien lidera, sino de todo el equipo.
Hacen ver fantasmas. Si los pensamientos negativos son sobre las capacidades o intenciones de las personas del equipo, el peligro se enreda y se multiplica. Esa falta de confianza afectará a la comunicación y, poco a poco, intoxicará el ambiente de trabajo.

Formas de evitar los pensamientos negativos en el liderazgo
1. Practica la autocompasión. Eso implica tratarte tú con la misma amabilidad y comprensión con la que tratarías a alguien cercano. Por ejemplo, si te descubres criticándote por un error en la gestión de un proyecto, tómate un momento para respirar y reflexionar: ¿cómo reaccionarías si un miembro de tu equipo cometiera este error? ¿Qué le dirías para animarle y ayudarle a mejorar? Luego, aplícate esa misma lógica.
2. Fomenta la mentalidad del crecimiento. Se trata de mirar los desafíos y los fracasos como oportunidades para aprender y crecer. Sí, eso que has escuchado tantas veces. En lugar de pensar “No se me da bien resolver conflictos”, cambia tu discurso y di “Puedo aprender a resolver conflictos”. Dilo, y busca recursos para desarrollar tus habilidades, claro.
3. Cultiva el apoyo y la comunicación abierta. Construye tu red de apoyo con mentores, colegas y amistades con quienes puedas hablar abiertamente sobre tus desafíos y preocupaciones. Para que funcione, procura quedar con esas personas periódicamente.
4. Establece límites saludables. Parte de ser un líder efectivo es saber cuándo desconectar y recargar. Establecer límites claros entre el trabajo y el tiempo personal previene el agotamiento y reduce los pensamientos negativos asociados al estrés laboral.
Ser líder no significa ser perfecta o perfecto. Siempre habrá momentos de duda y ansiedad. Pero lo que sí define al liderazgo emocionalmente inteligente es la capacidad de enfrentar esos momentos con resiliencia y una actitud positiva. Empieza a entrenarte.
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