Todo queda en familia...

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'Los primos de los Dalton' (1958), de René Goscinny y Morris, es el álbum donde hacen su debut los que llegarían a ser los archienemigos más recurrentes del cowboy solitario Lucky Luke

Días de cómics | Hay olvidos que queman y hay memorias que engrandecen...

Los primos de los Dalton. / M. G.

Los Hermanos Dalton fueron un célebre grupo de forajidos del Viejo Oeste durante 1890-1892. Se especializaron en el robo de bancos y trenes. Estaban emparentados con los hermanos Younger, que cabalgaban a las órdenes de Jesse James, aunque sus actuaciones fueron independientes y más tardías que las de la banda de James y Younger.

Estos personajes históricos aparecen en Fuera de La Ley (1951), un álbum de Lucky Luke escrito y dibujado por Morris. Respetando la verdadera historia original, acabaron muertos, y sin que ni tan siquiera el mismísimo Morris las tuviera todas consigo para traerlos de vuelta.

Pero Goscinny, que acababa de llegar a la revista Spirou, se enfrentaba a su tercer álbum como guionista del cowboy solitario: Los primos de los Dalton (1958). Afortunadamente, recurrió a un truco tan sencillo como genial para recuperarlos. Los nuevos Dalton serían los primos de los primeros y su misión en la vida es la de acabar con quien creen responsable de la muerte de sus parientes: Lucky Luke.

Los Dalton han sido versionados en dibujos animados.

Morris dibuja las dos versiones de los Dalton exactamente iguales; parece que sean los mismos personajes. Sin embargo, mientras que Morris describe a los históricos hermanos Dalton como malvados y exitosos, Goscinny guioniza a los nuevos Dalton mucho menos hábiles que sus parientes, y más propensos a pelear entre sí. Los cuatro Dalton son idénticos excepto por su estatura e inteligencia: El hermano mayor, Joe, es el más bajo y el más inteligente, mientras que el hermano menor, Averell, es el más alto y el más tonto.

Los Dalton que conocemos hoy en día no solamente son los principales antagonistas de la serie, sino que han alcanzado un estatus que hace que sean reconocibles casi en cualquier parte del mundo. Goscinny les tomó mucho cariño, los utilizó muy a menudo en su etapa y las ventas demostraban una y otra vez que el público no se cansaba de esta disfuncional familia.

En este álbum asistimos a su nacimiento como verdaderos villanos. Movidos por una obsesión, se entrenarán hasta la extenuación para convertirse en los ladrones más temidos del Oeste y al mismo tiempo irán desarrollando parte de la personalidad que los ha caracterizado hasta ahora, como la ira de Joe o la tontería de Averell.

Los Dalton han sido encarnados por actores de carne y hueso.

Los primos Dalton querrán vengarse de la muerte de sus familiares, a quienes Lucky Luke les hizo la vida imposible. Los Dalton se prepararán para ser los mejores bandidos, e intentarán demostrar sus nuevas aptitudes a todo el mundo, lo que provocará una serie de inevitables enfrentamientos con su archienemigo.

En cuanto a René Goscinny (que por esta época no había comenzado todavía a publicar las historias de Astérix ni las de Iznogud) elabora unos guiones trufados de momentos cómicos, donde se muestra que Lucky Luke no es un héroe al uso, sino más bien un tipo con recursos que también comete errores o no siempre acierta, pero no por ello deja de intentar hacer las cosas lo mejor posible. Las tramas tienen parte de parodia de las historias del oeste, pero al mismo tiempo desprenden carisma, dejando momentos memorables como la partida de cartas entre jueces sacando ambos un póquer de ases, el

entrenamiento de los Dalton para ser mejores bandidos, y unas cuantas escenas más. No es que las historias tirasen de un ingenio nunca jamás visto antes, pero son historias que están muy bien contadas, son amenas y consiguen sacarle al lector varias risas. Eso es bastante para pasar un buen rato.

Respecto al belga Morris, va mejorando según va haciendo nuevos episodios del personaje. Liberado de las labores principales de guionista, el dibujo de Morris comienza a brillar cada vez más, mejorando página a página y viñeta a viñeta, con una miríada de chistes gráficos. Es cierto que su estilo, en cuanto al tipo de dibujo, es el típico que veríamos en muchos cómics francobelgas de la época, pero se maneja estupendamente bien con los gags humorísticos visuales, y con cuatro pinceladas consigue que nos transportemos fácilmente al Oeste. Por lo general, hay un buen trabajo del autor aquí, sabiendo qué tipo de trazo le caracteriza.

En 2015, los Dalton históricos vuelven a dejar su huella en la serie, dándoles un sobrino a los Dalton ficticios. Todo ello, bajo la atenta mirada de Lucky Luke, claro.

La próxima semana:Mazinger Z (1978), de Garmendia, Güell Cano, Beaumont y José García, que adaptan al cómic los primeros episodios emitidos por TVE.

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