Psicología y Salud: La validación

Todo está en ti

Descubre cómo la validación interna y externa impacta en nuestra autoestima, relaciones y bienestar emocional

Psicología y Salud: La negatividad

Varios bebés jugando con sus madres.
Varios bebés jugando con sus madres. / H.I.

Todos queremos, en el fondo, sentirnos valiosos y apreciados, tanto por los demás como por nosotros mismos. La validación realmente puede ser tanto externa como interna. La externa sería una manera en la que te sientas apreciado y comprendido por alguien que te importa, y el sentirte valioso sería que te importas a ti mismo, que tu vida significa algo, pero está claro que ya eres valioso por el simple hecho de ser, de existir, eso no lo olvidemos nunca.

La validación realmente es un proceso de reconocer y aceptar los pensamientos, comportamientos, sentimientos y experiencias personales, junto con su identidad en general, de alguien. Quien diga que no le importa sentirse querido o apreciado puede haber un punto de mentira, ya que todos tenemos una profunda necesidad de ser vistos, escuchados y comprendidos.

Yo puedo validar a alguien, pero no por eso tengo que estar de acuerdo en sus formas de ver la vida, pero sí respetando su perspectiva. Los dos tipos de validación que existen son el externo y el interno. El externo es cuando alguien reconoce y acepta tus sentimientos y experiencias, o tú lo haces por otra persona. Hay diferentes tipos, y se puede ver de diferentes maneras en que se manifiesta esa validación externa:

A nivel emocional, es cuando alguien reconoce y simpatiza contigo y tus emociones, por ejemplo, estás en un hospital esperando algún resultado y la persona que está contigo te acompaña y está atenta a que te sientas nervioso.

A nivel de validación intelectual, es cuando alguien reconoce y valida tus pensamientos o ideas, por ejemplo, en una situación en la cual se está discutiendo alguna idea, esa persona dice: “oye, pues me parece bien este punto de vista que tienes”.

Validación de identidad es cuando alguien respeta tu identidad personal, ya sea por género, origen, cultura o valores.

Y luego, la última, la validación conductual, es cuando alguien comprende y reconoce tus acciones. Esto se podría ver en un ejemplo de trabajo, cuando cualquier compañero dice que está de acuerdo en cómo has hecho el trabajo.

La validación externa, a diferencia de la interna, se basa completamente en el reconocimiento y la aceptación de fuera, pero esto puede ser muy peligroso, ya que puede llevar a una falta de confianza y autoestima si no se recibe la validación que quieres o anhelas.

Y luego está la validación interna o autovalidación, esta se refiere a aceptar y reconocer tus propios pensamientos, sentimientos y comportamientos. Esto quiere decir que comprendes que tus sentimientos son válidos, incluso si son incómodos o no tienen sentido para el grupo con el que puedas estar. Comentarios que te puedes hacer a ti mismo como: “reconozco cómo me siento, y es normal que me sienta así, ya que fue una situación que me ha dolido mucho o me he sentido muy mal”.

La validación, tanto interna como externa, es muy sanadora, porque las personas, cuando nos sentimos validadas, somos mucho más propensas a comunicarnos con libertad, decir lo que pensamos, ser más honestas y vivir una vida mucho más significativa. También nos puede ayudar a reducir esos sentimientos de aislamiento, lo cual va a mejorar estados de salud mental como la ansiedad, depresión y baja autoestima.

¿Por qué es tan importante la validación? Siempre el ser humano ha anhelado aprobación, atención y conexión con el grupo, con sus iguales, desde el principio de los tiempos, y esto es por la supervivencia de la especie. Estamos programados para querer evitar el rechazo, ya que antiguamente el rechazo suponía la muerte (como podía ser que te echaran a los leones) y la validación y aprobación significaban vida.

Entre varias razones que podríamos ver sobre por qué necesitamos la validación, estarían estas:

Comprensión y regulación emocional, la validación nos puede ayudar a procesar mejor nuestras emociones, a comprendernos, y a la vez, cuando nos sentimos comprendidos, podemos gestionar mejor nuestros sentimientos, respondiendo de una forma mucho más saludable.

Crecimiento psicológico, la autovalidación, sobre todo, ayuda a fomentar un crecimiento personal mayor, en el sentido de que reconocemos y aceptamos nuestros sentimientos, y aprendemos a manejar subidas y bajadas con mayor resiliencia.

Conexión y pertenencia, cuando nuestros pensamientos y sentimientos se validan, nos sentimos conectados y aceptados por el grupo. Por lo tanto, sentimos la pertenencia. Esto se remonta a la necesidad de estar en la tribu para sobrevivir, y hoy en día se ha convertido en una necesidad psicológica en el contexto de la vida.

Autoestima, al reconocer nuestras experiencias y sentimientos, vamos a comprender nuestras perspectivas, que importan, ya que nos ayuda a sentirnos más positivos acerca de nosotros mismos.

Relaciones más saludables, realmente, al tener una validación por parte de las personas que te acompañan y están en tu alrededor, esto va a fomentar respeto y comprensión, y ayuda a promover una comunicación abierta y honesta, con lo cual las relaciones son mucho más profundas.

Algunos consejos para dar y validar a las personas que tienes a tu alrededor, que quieres y aprecias, serían estos:

La escucha es súper importante para que la persona sienta que tienes interés por ella.

Evita juzgar o dar consejos en cuanto te cuentan algún problema o algo que les está pasando, solo da consejos cuando te los pidan.

Enfócate en la comprensión, o sea, hemos dicho que la validación no significa estar totalmente de acuerdo con la opinión o lo que piensan los demás, sino en comprender y aceptar sus sentimientos.

Mostrar empatía también es muy importante, ya que la otra persona siente que te pones en su lugar e imaginas cómo se siente.

Y por último, diría la paciencia, es decir, dejar que nos cuenten lo que les preocupa y escuchar sin empezar a hablar ni responder. Solamente así vamos realmente a respetar las experiencias y sentimientos del otro. Un error que solemos cometer con los hijos es que, en cuanto nos cuentan algo, queremos, antes de terminar de escucharlos, darles nuestra opinión.

Es cierto que la validación externa es importante, pero sobre todo es un complemento de tu autovalidación, no puedes reemplazar esa validación externa por la interna tuya, ya que tú eres tu juez y el que define tu propio valor y capacidades. La elección es tuya. Si necesitas pedir retroalimentación en algún momento, pídela, pero pide que te la den de manera constructiva, no halagos, sino que te digan de qué manera puedes mejorar.

Sé más selectivo con las personas que te rodean, y eso significa que la validación te tiene que importar realmente solo de personas que te apoyan y te comprenden. Es decir, personas que realmente no te respetan o no quieres ser como ellas porque no te gustan, no tienen por qué importarte en absoluto.

Lo que está claro es que nunca vas a contentar a todo el mundo, ya que cada persona tiene una percepción distinta de la realidad, y habrá gente a la que le gustes y gente a la que no. Por eso, lo importante es que seas fiel a ti mismo.

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