Psicología y Salud: La negatividad

Todo está en ti

El error de negatividad es la idea de lo negativo mucho más que lo positivo, y estar convencido de que las negativas superan a los positivas en la vida

Happycracia. La obligación de ser feliz

Una persona en actitud negativa.
Una persona en actitud negativa. / M. G.

Huelva/La definición de sesgo (error) de negatividad se refiere a la idea de que los seres humanos tendemos a dar más atención y peso a experiencias negativas que a las positivas. Estaría dentro de los sesgos cognitivos, que a veces nos ayudan a procesar la información más rápidamente, pero que también nos pueden llevar a sacar conclusiones incorrectas. Cuando tomamos conciencia de dichos errores, esto nos puede ayudar a hacer juicios e ideas mucho más equilibradas.

El error de negatividad es la idea de enfocarse en lo negativo mucho más que en lo positivo, y estar convencido de que las experiencias negativas superan a las positivas en la vida. Está claro que dónde está nuestra atención, está nuestra energía; si tu foco está puesto en las malas noticias y cielos nublados, lo que vas a ver es más malas noticias y cielos nublados.

Esta negatividad no solamente son nuestras propias experiencias personales, también influye en nuestras percepciones y juicios que hacemos sobre los demás y el mundo que los rodea. Es decir, te fijas en las cualidades negativas de los demás mucho más que en las positivas. El sesgo de negatividad se refiere a nuestra tendencia y preferencia por enfocar y recordar experiencias negativas y olvidar o quitar importancia a lo positivo.

La negatividad puede influir muchísimo en varios aspectos de nuestra vida diaria: en la toma de decisiones, en las relaciones, en la salud mental, en nuestras percepciones. Por eso es tan importante ser consciente de cuándo estamos en lo negativo, para que así podamos ver un mundo mucho más positivo y más realista.

Al ver el mundo oscuro y nublado, esto puede hacer que nos volvamos excesivamente cautelosos, y con lo cual podríamos estar continuamente evitando riesgos que realmente serían potenciales para nosotros y traernos grandes beneficios. Es decir, si pienso que me va a ir mal, no me voy a arriesgar y voy a perder un montón de oportunidades.

Pero esto es una cosa que es muy general: este error de negatividad lo puedes ver solo con poner la televisión y ver que las noticias son todas negativas, mirar los periódicos, las redes sociales, las conversaciones entre las personas suelen ser todas muy negativas, y esto afecta muchísimo nuestra salud mental.

A nivel individual nos afecta mucho. Por ejemplo, si estamos en el trabajo y alguien nos hace un comentario crítico, solamente nos vamos a quedar con eso. Si te has equivocado al hacer cualquier cosa, pero has hecho 50 bien, vas a poner el foco solamente en lo que te has equivocado. Esto te va a llevar a tener una gran aversión al riesgo, lo que significa que vas a estar limitando tu crecimiento y desarrollo, y eso va a repercutir a nivel emocional con sentimientos de estrés, preocupación y tristeza.

Los sesgos de negatividad se han relacionado muchísimo con la depresión y la ansiedad.

¿Cómo podríamos contrarrestar este error de negatividad?

Lo primero sería reconocer que necesitas contrastarlo conscientemente. Es decir, esto no va a cambiar mágicamente; cada vez que te veas pensando en lo negativo, deberías empezar a enfocarte en buscar algo positivo que contrarreste esa negatividad.

Además, es fundamental rodearte de positividad, ya que el entorno nos influye directamente, especialmente las personas con las que más tiempo compartes. Si quienes te rodean son oscuros y tristes, te será difícil no dejarte arrastrar por ese estado de ánimo. En cambio, si pasas tiempo con personas positivas y agradecidas, es más probable que eleves tu estado de ánimo y desarrolles una perspectiva más saludable. En esta misma línea, es recomendable elegir actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien, lo que naturalmente contrarresta ese enfoque en lo negativo.

También conviene practicar un optimismo realista, es decir, no ignorar lo negativo, sino elegir esperar que sucedan cosas buenas, comprendiendo que las dificultades pueden ser temporales y manejables. Esto se complementa con el hecho de saborear las experiencias positivas, es decir, hacer un esfuerzo consciente para disfrutar plenamente los momentos agradables cuando suceden: fijarte en los detalles bonitos de una reunión, en lo rica que está la comida, o en la belleza de un atardecer. Esto ayuda a equilibrar las experiencias negativas y, además, construye recuerdos agradables que enriquecen tu bienestar.

A todo ello se suma el cultivo de la gratitud, ya que al enfocarte en lo positivo, descubres continuamente motivos y personas a las que agradecerles algo, lo cual neutraliza la negatividad. En paralelo, es vital desarrollar autocompasión, reconociendo tus errores sin castigarte ni darles vueltas interminables. De este modo, puedes valorar tus aciertos y entender que cada fallo trae consigo un aprendizaje, no un fracaso.

Por otra parte, establecer metas —grandes o pequeñas— también puede generar sensaciones positivas, ya que te da dirección y propósito. Y si, pese a todo esto, sientes que te resulta muy difícil identificar lo positivo en tu vida, entonces es recomendable buscar el apoyo de un profesional, que te pueda ayudar a gestionar esos pensamientos y emociones negativas de una forma más saludable y constructiva.

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