Psicología y Salud: Sentirse estancado
Todo está en ti
Explora las causas comunes del estancamiento personal y aprende estrategias para transformar la frustración en crecimiento y dirección vital
Psicología y Salud: Aprender a dejar ir

¿Qué significa sentirse estancado? Normalmente esta frase se refiere a la sensación de estar atrapado o de no poder seguir progresando en un área de nuestra vida. Cuando te sientes estancado, no significa que realmente lo estés, significa probablemente que te has topado o que estás con un obstáculo o desafío del cual te cuesta encontrar la forma de salir. Pero si lo sacamos de la parte negativa, el estar estancados —o sentirnos estancados, mejor dicho— es en realidad una gran oportunidad para crecer y desarrollarnos personalmente.
Es una sensación bastante común para muchas personas el sentirse estancados en áreas como el trabajo, las relaciones con los demás, la salud mental, la pareja, algún área de nuestra parte personal, etc. Sentirte estancado puede ser una sensación tan frustrante y desmotivadora que te puede llevar a creer que las cosas en tu vida están paradas o que no sabes cómo avanzar, porque no ves cambios positivos. Puede pasar que te veas en algunas áreas de tu vida muy bien, muy evolucionado, como creciendo, pero en otras áreas lo veas paralizado. Lo normal es que te veas en alguna y no en todas de esa manera. Entre las áreas que podemos evaluar u observar que no estemos avanzando serían: salud física, salud mental, bienestar emocional, bienestar financiero, tus relaciones cercanas, tu bienestar social en general y tu carrera profesional.
Muchas veces nos referimos a estar atascados ante una situación que no le vemos salida o no sabemos cómo arreglarla. Siempre hay opciones: ya puede ser quedarte sin hacer nada, no actuar, o tomar la decisión de hacer algo ante esta situación. Es importante, para poder salir de esta situación, afrontar los sentimientos de estar atascados, ya que si no sabes por qué te sucede, te costará mucho progresar de forma sostenida y duradera. Y esto nos va a ayudar a encontrar la raíz del problema.
El miedo y la inseguridad son los dos desafíos más comunes que enfrentamos, sobre todo si la idea de avanzar está fuera de nuestra zona de confort, ya que estamos acostumbrados a estar en un sitio que controlamos y en el que nos sentimos protegidos. Por lo tanto, salir de ella podría preocuparnos por fracasar o tomar la decisión equivocada. A veces no es por el miedo a fracasar, sino que somos incapaces de dar el mínimo paso adelante, lo que nos mantiene muy atascados.
La falta de claridad es otro de los motivos. El no tener claro qué quieres en la vida ni cuáles son tus metas, no saber qué es lo que realmente te importa, te impide tener una guía que oriente lo que haces y lo que no haces. Sin claridad ni sentido de dirección, es muy fácil perderse y que parezca difícil avanzar.
Puede haber también factores externos que nos dificulten el avance, como por ejemplo un ambiente tóxico en el trabajo, conflictos con compañeros o con el jefe, problemas en una relación personal, ya sea de pareja o familiar, dificultades económicas, etc. Cuantas más situaciones externas estemos enfrentando, más difícil se puede sentir la posibilidad de hacer cambios para avanzar, y por eso volvemos a sentirnos estancados.
También es frecuente sentirse abrumado. Cuando tenemos demasiadas cosas que solucionar, nos cuesta priorizar, saber por dónde empezar, y esto nos puede hacer sentir estancados e incapaces de decidir en qué centrarnos.
Todo esto tiene efectos muy claros en nuestras vidas, y son negativos para nuestra salud mental y bienestar. Podemos ver con claridad una mayor ansiedad, bajo estado de ánimo, depresión, una baja autoestima, confianza cero en nosotros mismos, aislamiento social y una pérdida de dirección vital. Es muy habitual encontrarse con personas que se sienten así y que recurren al consumo de sustancias como mecanismo de afrontamiento, lo que solo profundiza aún más el estancamiento.
Sin embargo, el hecho de que identifiques y afrontes estos sentimientos te va a ayudar a romper patrones negativos y avanzar hacia tus metas. Cuando decides afrontar tus miedos y superar tus desafíos, te vuelves más fuerte, resiliente, y estás mejor preparado para afrontar futuros obstáculos.
Una de las estrategias más eficaces es desafiar tus pensamientos negativos. Muchas veces, este estancamiento va acompañado de autoconversaciones destructivas que nos frenan, así que conviene retarlas activamente, preguntarnos si realmente son ciertas y buscar evidencia que las respalde.
También es importante ponerte a prueba, porque a menudo nos estancamos por no querer salir de nuestra zona de confort. El problema es cuando permanecemos en una situación solo porque resulta cómoda, aunque no nos haga bien. Esto solo genera problemas a largo plazo, por eso es clave probar cosas nuevas.
Aprender cosas nuevas puede suponer un reto, pero también puede ayudarte a ampliar tus horizontes y liberarte de esa sensación de estancamiento. Ya sea haciendo un curso, probando un nuevo pasatiempo o cualquier actividad que se alinee con lo que disfrutas, lo importante es abrir nuevas puertas.
Debes mantenerte abierto al cambio. Si piensas que este cambio te va a aportar cosas buenas, al final lo hará, aunque al principio te incomode. La visualización también funciona muy bien: imaginarte alcanzando tus metas te ayuda a superar resistencias internas y a sentirte motivado con lo que haces.
Otro punto clave es la flexibilidad. Si buscas un cambio y ves que la dirección que tomaste no es la adecuada, cambia de rumbo. No te quedes empeñado en que tiene que ser por el camino que habías pensado al inicio.
Y finalmente, sé paciente contigo mismo. Asegúrate de celebrar cada logro, por pequeño que sea, porque esos pequeños pasos acaban convirtiéndose en grandes avances. Avanzar es un proceso, pero es uno que puede llevarte a vivir una vida más plena y significativa.
También te puede interesar
Lo último