La privatización de Aguas de Huelva se abre paso con los trabajadores en pie de guerra

Un Pleno salvaje, como la peor tarde de agravio en el Colombino. Para la plantilla de Aguas de Huelva, el año nuevo llega como la película de John Ford, con Las uvas de la ira. En contra de la oposición y estos 137 trabajadores, el PP puso ayer en valor su mayoría absoluta en el Ayuntamiento para sacar adelante el Plan B de la operación más polémica del mandato: la única empresa municipal rentable -ya apodada la joya de la corona- se convertirá en los próximos meses en una sociedad mixta a través de una ampliación de capital, de forma que el 49% de las acciones y la gestión de EMAHSA pasarán a manos privadas, conservando el Consistorio la participación mayoritaria para asegurar el control de un ente que absorberá, además, los servicios de recogida de basura y limpieza de las calles, trabajo que actualmente asume Cespa, un proveedor al que se adeudan ya 33 millones de euros.

Fue virulento el debate, de los que marcan página aparte en la crónica municipal. El objetivo de toda esta maniobra deja versiones para todos los gustos: (1) según el equipo del alcalde, se trata de mejorar las prestaciones a los ciudadanos y de paso captar recursos extra para saldar los pagos pendientes con miles de empresas [la deuda comercial ronda los 167 millones; la financiera los 100], ya que "la oposición socialista se ha encargado, jactándose incluso, de paralizar nuestras pretensiones iniciales impidiendo que los bancos nos concedieran el crédito de 30 millones [Plan A], con el que probablemente hoy no estaríamos aquí debatiendo este asunto", apostilló el concejal de Gobernación y Régimen Interior, Saúl Fernández.

Según la oposición (versión 2), coincidiendo en tesis con el comité de empresa, el asunto es "una traición en toda regla a los trabajadores de Aguas de Huelva y a los ciudadanos en general", ya que en septiembre el Pleno ratificó un compromiso con los trabajadores de esta empresa satélite del Consistorio arrojando certidumbre y garantizando que el 100% de la gestión y la tarta accionarial seguiría siendo pública pese a los malabarismos financieros que se hicieran a costa de EMAHSA. El Pleno de ayer anuló el documento en el que se recogía ese pacto; abriendo la puerta a lo que los socialistas vaticinan como un serial de privatizaciones con un decreto de Alcaldía "sobre el inicio de expediente de modificación del modo de gestión de diversos serviciós municipales".

Así, se aprobó ayer de forma inicial la memoria relativa a la transformación de Aguas en una empresa de economía mixta con el referido perfil, y asimismo se dio luz verde a la subida de tasas que desde la génesis de esta operación estaba destinada a cubrir el préstamo bancario: a partir de enero, la cuota de saneamiento se encarece un 37% para los consumos domésticos y un 40% en los industriales y comerciales, según cálculos del Consejo Económico y Social (CES), que ya tachó de desorbitada e injustificada estos incrementos.

Es más, en la sesión de ayer se aprobó un plan de inversiones para Aguas de Huelva -del que ya dio cuenta este periódico- con vigencia hasta 2041, pero con un aguinaldo sorpresa, que ayer hizo público el viceportavoz socialista José María Benabat: habrá subidas periódicas del 5% en el llamado canon de inversiones (igualmente incluido en el recibo del agua), con lo que, entre estas noticias y las expectativas que lleguen con la Ley andaluza en ciernes, los onubenses van a ver un incremento considerable en sus facturas en esta "huida hacia delante" del Ayuntamiento.

Socialistas e izquierdistas volvieron a exigir ayer luz y taquígrafo sobre todas estas repercusiones, que se han ido incubando "a hurtadillas". El portavoz de IU, Pedro Jiménez, pidió reiteradamente una explicación a los gobernantes sobre algunas "aberraciones": "¿Por qué razón llevan ustedes trabajando en secreto desde el 3 de noviembre en una comisión a espaldas de los trabajadores, mintiendo al comité de empresa y rompiendo el pacto? ¿Por qué se está aprobando en este Pleno la subida fiscal que iba a cubrir un crédito que todavía no se tiene? ¿O sí? ¿Cómo pueden llevar a una empresa modélica a la privatización en la misma sesión que reconoce facturas por valor de 136.000 euros en comilonas, excursiones y gastos de representación? Ustedes sólo quieren hacer caja rápida -sentenció- para tapar agujeros y que la puerta del Ayuntamiento no sea una feria todos los Plenos".

Entre la avalancha de insultos de los trabajadores presentes en la sala pudo distinguirse la escueta explicación de Fernández: "No me valen sus alarmismos injustificados ni su demagogia. Los derechos de los trabajadores recogidos en el convenio están absolutamente garantizados. Este nuevo modelo de sociedad mixta no les va a afectar". Recordó el edil que no se hubiera llegado a este extremo si el PSOE no hubiera utilizado sus influencias en Cajasol para "boicotear" el préstamo.

Un PSOE que, por cierto, anuncia otra marejada en los tribunales. "Vamos a intentar por todos los medios frenar esta operación -adviertió ayer Benabat-. No vamos a permitir que ustedes cierren este capítulo en falso, incluso ignorando el criterio de los técnicos. Esto es un abuso de poder que confirma la hoja de ruta que tenían diseñada desde hace un año, como ya denunciamos: descapitalizar y, acto seguido, privatizar. Con esta operación la careta se les ha caído de golpe, literalmente".

Como los funcionarios presentes, Benabat instaba al regidor Pedro Rodríguez a dejar "la estrategia del avestruz" y dar la cara como "responsable intelectual de esta operación de sinvergonzonería financiera. El particular patio de butacas, como un hervidero: "¡Alcalde, habla! ¡Tienes menos argumentos que el Recreativooo!"

Pero no habló, y el show ya cambió de tercio.