La Consejería de Educación oferta en Huelva 9.981 plazas para menores de tres años a partir del próximo curso y el plazo de solicitud se extiende a lo largo de todo este mes de abril, después de que a partir del 15 de marzo comenzara el de reserva de plazas. En el curso actual, fueron cerca de 6.000 los niños que se incorporaron a la primera etapa de Infantil, que no es obligatoria, en los 155 centros de la provincia. El desajuste entre oferta y demanda salta a la vista, lo que se tradujo en este curso académico en una ocupación del 58%.

El total de puestos engloba a los de centros con titularidad de la Junta, denominados escuelas infantiles, y a los adheridos al Programa de ayudas a las familias, que reciben el nombre oficial de centros de educación infantil.

El primer ciclo de Infantil “es una etapa dentro del sistema pero no completamente”, señala Pepi Garrido, personal laboral de Educación Infantil y liberada del sindicato Ustea, en referencia al carácter asistencial que tiene por su relación con la conciliación familiar. Para Garrido, la ampliación de plazas que cada año anuncia la Administración “no está acorde con la bajada de la natalidad” y destaca el alto porcentaje de niños de menos de tres años que no se escolarizan.

“La educación debe estar gestionada desde lo público para que sea equitativa” aunque lamenta que “es sencillo dejar caer lo público no cubriendo las vacantes ni las necesidades presupuestarias”. En el aspecto educativo, resalta el carácter determinante de este ciclo porque “se comienza a trabajar la parte cognitiva, que es muy importante, y eso empieza aquí”.

Blas Rodríguez es el administrador de Patitos II, un centro adherido ubicado en Nuevo Portil desde 2000. Han llegado a tener ocupadas casi el total de las 35 plazas disponibles con siete personas en plantilla y ahora los cuatro trabajadores actuales forman a 18 niños, cinco de ellos de uno y dos años y los trece restantes de dos y tres. Este grupo más numeroso abandonará el centro este año para cursar ya en otro la segunda etapa de Infantil, por lo que “para el año que viene tenemos cinco reservas”.

Rodríguez explica que “todos los años crece el número de niños desde el inicio del curso” y esto enlaza con una de las reivindicaciones del sector, el pago de los gastos de gestión en los periodos no ordinarios de solicitudes.

La que acaba de empezar es ordinaria, sin embargo en el caso de los menores de tres años el acceso se produce en cualquier momento del curso tras el fin de bajas maternas o paternas, por ejemplo. “Sólo se abona la ordinaria y es justo que paguen cada una de ellas”, considera.

El Programa se rige a través de un convenio que se renueva cada cuatro años, el último precisamente el mes pasado y que, según anunció la propia Consejería a través de un comunicado, suscribieron el 90% de los centros en la comunidad andaluza. Culminó así un proceso de renovación no exento de dificultades en el que la Coordinadora de Escuelas Infantiles de Andalucía (CEI-A) manifestó explícitamente “su malestar”, como indicaba la propia Consejería en la nota que emitió para anunciar la renovación masiva.

La adhesión supone que la Junta dispone del cien por cien de las plazas, pero “no puede ser gratis ese derecho”, opina Blas. En base a esa disponibilidad de la totalidad de los puestos escolares, para la Coordinadora debe haber una corresponsabilidad y en este sentido, consideran que las ayudas económicas del Programa no deben limitarse a las plazas ocupadas, sino que debe completarse con al menos una parte de las disponibles. “Hay un coste real por mantener los gastos”, apunta Blas Rodríguez. Es decir, se ocupen o no los puestos hay aspectos de carácter fijo como los seguros o los suministros que hay que abonar.

La escolarización de niños de 0 a 3 años alcanza en Andalucía el 47%, un dato del que la Consejería resalta que “supera con creces las recomendaciones de la Unión Europea”. En cualquier caso hay margen, por lo que el administrador de Patitos II pide también que “la Administración potencie la escuela infantil como hace con los colegios; en esos años donde mejor se puede estar es en la escuela infantil porque no guardamos, educamos, y eso lo aprecian los maestros cuando los pequeños acceden al segundo ciclo de Infantil”.

De cara al futuro, existe “un temor real y compartido” en relación con la nueva ley educativa, la Lomloe, que apunta a un aumento de plazas públicas para menores de tres años. ¿Qué ocurriría entonces con estos centros adheridos ya existentes? “Cuando los niños de 3 a 6 años pasaron a los colegios prescindieron de los centros sin oportunidad de concierto, así que si eso pasó una vez, puede volver a pasar con el añadido de que la natalidad ha bajado y hay huecos en los colegios. A todos nos va a afectar en mayor o menor medida”, lamenta Rodríguez.