Policía y Guardia Civil continúan la búsqueda del menor fugado tras la brutal agresión a la educadora social en Huelva hace cuatro días
El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, asegura que hay "dispositivos activados" para dar con el paradero del joven
Los educadores sociales insisten en que estos ataques "no son hechos excepcionales"
Continúa la búsqueda, varios días después de los hechos, del tercer menor implicado en la agresión a la educadora social en un centro de protección de menores de Huelva capital -y que se considera el autor material de la agresión-. Así lo confirmaba el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, quien reiteraba que el mismo continúa "en busca" por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En este sentido, proseguía, "está en busca en este momento", de forma que "tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional tienen activados dispositivos para intentar dar con su paradero", toda vez que remarcó que los dos otros se pusieron a la disposición de Fiscalía de Menores.
Igualmente, el delegado del Gobierno lamentó esta agresión física, apuntando que es algo que "no se puede permitir" y que, "por lo tanto, hay que tomar medidas". "En este caso hablamos de un centro que es competencia de la Junta de Andalucía, pero más allá de eso, desde el punto de vista de seguridad, todos tenemos que adoptar las medidas necesarias para evitar estas situaciones", concluyó.
Por su parte, la Fiscalía de Menores ha solicitado como medida cautelar el internamiento en centro semiabierto para los dos menores ya detenidos por la agresión, a los que se tomó declaración a lo largo del pasado fin de semana. De la misma manera, informó de que esta medida está pendiente de que sea acordada por el juez.
Sobre el caso, se pronunció en las últimas horas el Colegio Profesional de Educadoras y Educadores Sociales de Andalucía, CoPESA, que manifestó que "las agresiones contra educadoras y educadores sociales siguen ocurriendo en Andalucía. Constituyen una realidad frente a la que no podemos cerrar los ojos, ni pueden cerrar los ojos las instituciones y entidades que trabajan en el acompañamiento de menores".
No pueden aceptar, señalaron, que "el ejercicio de nuestra profesión conlleve sistemáticamente un riesgo de sufrir violencia, cuando es posible y necesario mejorar el sistema en el que desempeñamos nuestra labor que, además, diariamente se enfrenta a contextos cada vez más complejos y variados".
Ante estos hechos, que "no tienen un carácter excepcional", reivindicaron el establecimiento de unas condiciones laborales seguras, a través de un protocolo unificado y eficaz ante situaciones de riesgo y agresión; que incluya la formación específica en prevención y manejo de estas situaciones.
Además, solicitan la revisión y actualización de las ratio de atención para garantizar un servicio de calidad y una prestación en condiciones de dignidad para las educadores y educadores sociales; y la necesidad de que siempre la persona responsable de referencia sea una educadora o educador social.
La evaluación rigurosa y actualizada de los perfiles, atendiendo a la realidad cada vez más compleja con dotación de recursos que posibiliten intervenciones educativas y la presencia en todos los recursos de un mínimo de dos personas prestando su servicio al mismo tiempo, para evitar situaciones indeseadas de indefensión y riesgo, son otras peticiones. "Reafirmamos nuestro compromiso con una intervención social de calidad, basada en los derechos humanos, el bienestar colectivo y la justicia social", concluyeron.
Sobre el ataque de la madrugada del viernes al sábado, cabe recordar que según indicó el sindicato CCOO se trató de una "brutal agresión" a esta educadora social "mientras trabajaba sola en su turno de noche", a la que habrían dejado inconsciente con la denominada técnica del mataleón, que consiste en estrangular durante unos instantes y por la espalda a la víctima.
Señaló el sindicato que tres menores de edad, de nacionalidad española, planearon coger sus móviles, "que estaban bajo llave en el despacho", y que uno de ellos habría agredido a la educadora. La trabajadora pudo recobrar la consciencia y empezó a pedir auxilio, pero el joven volvió a dejarla inconsciente "mientras los otros dos eran observadores y cómplices de lo que estaba ocurriendo". Cuando los menores se marcharon de la casa, la educadora pudo ponerse en contacto con el director del centro y pasó la noche hospitalizada.
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