La planificación eléctrica de 2026 decidirá el futuro industrial y urbanístico de Huelva

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La provincia apenas dispone del 5% de su capacidad y se juega antes del 31 de diciembre que el Gobierno incluya nuevas subestaciones clave para minas, grandes proyectos energéticos y los nuevos desarrollos de la capital

Obras de construcción de la subestación eléctrica Condado. / H.I.

Mientras los ciudadanos apuran las compras navideñas y encadenan comidas de empresa, una parte decisiva del futuro de Huelva se dirime, una vez más, en Madrid. Antes del 31 de diciembre debe aprobarse la nueva planificación eléctrica estatal para 2026 y los años siguientes, el documento que define qué infraestructuras de transporte se construirán y dónde. De esa decisión depende que la provincia pueda acompañar con energía suficiente el gran ciclo de proyectos industriales y urbanísticos que tiene en cartera o que, por el contrario, se vea obligada a pisar el freno durante buena parte de la década.

La planificación la elabora el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), pero necesita un dictamen previo del Consejo de Estado. Ese informe es preceptivo, aunque no vinculante. El problema es que el órgano consultivo ha planteado enmiendas de calado —incluidas observaciones sobre la metodología de cálculo— que están retrasando la aprobación del plan. Si no se llega a tiempo, se aplicaría la misma lógica que con los Presupuestos Generales del Estado: la planificación actual se prorrogaría y las nuevas obras que necesita Huelva quedarían fuera del radar inmediato.

El contexto no puede ser más exigente. Según los últimos datos de capacidad de demanda, la red andaluza roza el 95% de saturación y apenas quedan 660 megavatios disponibles para nuevos proyectos de más de 5 MW en el conjunto de la comunidad. En Huelva la situación es especialmente delicada: sólo quedan 51 MW libres, alrededor del 5% de su capacidad, y únicamente cuatro de los 65 nodos de la provincia admiten ya nuevas conexiones industriales. El suministro doméstico y el pequeño consumo están garantizados, pero los grandes proyectos —mineros, energéticos, logísticos o urbanísticos— compiten por un espacio cada vez más estrecho. No preocupa el corto plazo, pero sí el medio.

La presión se ha disparado en los últimos tres años. Entre 2023 y 2025, las solicitudes de acceso a la red en Andalucía han sumado 22,5 gigavatios, tres veces el consumo máximo actual de la comunidad, situado en torno a los 7 GW. De esa avalancha, Huelva concentra una importante porción del pastel, lo que refleja el tirón de la provincia como polo industrial y energético. El resultado es que aproximadamente la mitad de las peticiones de acceso se están denegando y muchas otras quedan en lista de espera, bloqueadas a la espera de nuevas infraestructuras.

“Nos encontramos ante un cuello de botella claro: sin redes nuevas no hay potencia disponible y sin potencia no podemos enchufar a todos estos proyectos”, resumen desde Endesa. Rafael Sánchez Durán, director de la compañía para Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, recuerda que la empresa ha puesto sobre la mesa un plan de inversión de 1.500 millones de euros en redes de media y baja tensión en Andalucía, pero advierte de que “su ejecución exige un marco regulatorio estable y una planificación de transporte ágil que permita reforzar los nudos” donde la demanda lo reclama.

En el caso de Huelva, la tensión se concentra en dos grandes nodos: Colón y Puebla de Guzmán. Este último es clave para la Faja Pirítica, donde se proyectan desarrollos mineros como Tharsis, Los Frailes, Atalaya o Matsa. A ello se suman iniciativas de valorización como la de LainTech, ligada a la explotación de la mina de Riotinto que impulsa Atalaya Mining, y que necesitaría en torno a 80 MW y cuya viabilidad depende también del encaje en el nodo de Colón.

Precisamente, el nodo de Colón, con 270 MW en concurso, se ha convertido en el epicentro de la puja eléctrica onubense. Moeve ya absorbió 70 MW en una fase anterior y su nueva petición para el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde podría agotar por sí sola la capacidad disponible. Compiten además la propuesta conjunta de Atlantic Copper y Air Liquide, que requeriría entre 15 y 20 MW, y la propia LainTech. Todo ello obliga a reservar parte de la potencia para usos no estrictamente industriales pero igualmente estratégicos, como la alimentación de los grandes desarrollos urbanos previstos en la capital.

El otro gran foco de tensión está precisamente en Huelva capital. El Ensanche Sur y el nuevo desarrollo San Antonio-Montija son los dos grandes proyectos de expansión urbana, pero hoy por hoy sólo pueden disponer de “luz de obra”. La subestación Titán está agotada y el suministro depende del enlace con Romeralejo, donde ya hay 68 MW solicitados de forma conjunta. La propia Endesa insiste en la “necesidad urgente” de construir una nueva subestación Huelva Norte que permita dar cobertura estable a estos desarrollos y al crecimiento del tejido terciario, desde hoteles hasta equipamientos.

En paralelo, la subestación de Puebla de Guzmán —incluida en la planificación que está en manos del MITECO— avanza como una pieza clave. El primer transformador, previsto para 2026, permitirá aliviar el déficit de la comarca y atender parte de las necesidades de la minería. Un segundo transformador abriría el abanico hacia la costa y reforzaría el suministro a los grandes proyectos industriales del oeste provincial. Sin embargo, otras actuaciones consideradas estratégicas para el polo industrial y para la capital no han entrado todavía en el borrador de planificación: ni el refuerzo en el nudo Palos 220, ni la subestación Costa Luz, ni la mencionada Huelva Norte.

Si estas infraestructuras, que Endesa ha reclamado ya en sus alegaciones, no se incorporan al plan que debe aprobar el Gobierno antes de final de año, el impacto sería inmediato en los calendarios. No significaría que los proyectos se cancelen, pero sí que su horizonte se desplazaría a la siguiente planificación. En la práctica, buena parte del nuevo suelo industrial y residencial de la provincia se retrasaría considerablemente. “Estamos ante una oportunidad única para la reindustrialización y el crecimiento de la ciudad”, subraya Sánchez Durán.

De lo que se decida en Madrid en los próximos días dependerá que el polo químico-energético, los nuevos proyectos mineros, el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, el desarrollo del puerto y los grandes ensanches urbanos puedan despegar a la velocidad que demandan las empresas y las administraciones o se vean atrapados por la misma limitación: falta de red para enchufar el futuro.

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