Huelva

Las piscinas o depósitos de agua de los ingleses

  • De agua sala o dulce. El Hotel Colón, inaugurado en 1883, disponía de estos servicios en los baños de sus habitaciones, para ello contaría con unos depósito en el cabezo arriba del mismo

Nada se le escapó a Guillermo Sundheim. El alemán que conquistó Huelva desde la segunda mitad del siglo XIX.

Le ofreció muchas cosas a esta ciudad, aunque desde la perspectiva de un buen empresario alemán. Su gran edificio de referencia fue el llamado Hotel Colón que inauguró 1883 y del que ya Amador de los Ríos, en su visita a Huelva destaca que el hotel “revela por evidente modo, como lo revelan las estaciones de Sevilla y Zafra, ambas de muy distinta fisonomía, el porvenir de prosperidad que aguarda a Huelva, si sus habitantes, sacudiendo la natural ingénita pereza, se consagran más al cultivo de sus propios intereses, y menos a las cuestiones de banderías políticas, empeñados en enaltecer la fama histórica de la antigua Onuba, y haciendo muy poco por su parte para enaltecer y sublimar la ciudad modernamente creada por don Alfonso XII”.

Después de este rapapolvo, lo cierto es que Sundheim había puesto en marcha importantes proyectos en Huelva, desde promover la llegada de los ingleses y la compra de las minas de Riotinto, la línea férrea de Zafra e incluso promover las playas de Punta Umbría. Su objetivo estaba en el Hotel Colón que lo levanta de cara a los grandes acontecimientos del IV Centenario y no solo para las visitas previstas, sino de cara al futuro con un hotel cercano a la playa.

Aquellas instalaciones eran las mejores de la época en cuanto a servicios que ofrecían, incluso con baños de sal. Para ello disponía de unos depósitos en el cabezo superior, también de su propiedad desde donde llegaba la traída del agua, como dice en 1882 Braulio Santamaría; que es el del parque Alonso Sánchez y conocido entonces como las piscinas de los ingleses aludiendo a los depósitos.

Santamaría dice que “al Norte de este edificio queda una grande extensión de terreno, donde se formara un jardín y un bosquecillo; el terreno termina por esta parte con un cerro, al pie del cual habrá una casilla para una máquina de vapor que elevará las aguas a la cúspide del mismo; en dicho punto habrá dos grandes depósitos uno de capacidad de 200 metros cúbicos para agua dulce y otro algo más pequeño para agua del mar. La altura es bastante para que las aguas tengan presión suficiente para subir a todos los pisos del hotel. Se hará por tanto, una gran distribución de aguas a todos los departamentos; los baños podrán tomarse de agua salada o dulce; habrá multitud de fuentes en los jardines y treinta y nueve bocas para riego e incendios”.

Agua para el Hotel Colón

El primer objetivo de los depósitos eran para el abastecimiento de del Hotel Colón, más tarde sería para la propia compañía inglesa minera RTC que adquirió las instalaciones. Eran cuatro grandes depósitos de agua que se ubicaban estratégicamente en el cabezo, desde donde descendía con la suficiente presión para atender las necesidades que tenía la compañía inglesa en sus instalaciones.

La antena de la policía

Con la transformación y alicatado de los cabezos para convertirlo en el parque Alonso Sánchez, en las obras del 92, una de las propuestas era dedicar esta zona del cabezo para ubicar aquí un restaurante como mirador de la ciudad. Después de los oportunos intentos del Ayuntamiento, aquella idea nacida en la celebración del V Centenario no tuvo éxito y se optó más tarde por la instalación de la antena de comunicaciones de la Policía Local.

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