Recuerdo a Ignacio Noguer Carmona

El sueño de un buen pastor

  • El cardenal Carlos Amigo Vallejo preside junto a varios obispos este mediodía el funeral por el obispo emérito de Huelva, Ignacio Noguer Carmona, que falleció tras una década de lucha contra la enfermedad

El obispo de Huelva en la capilla ardiente de quien fuera su antecesor, Ignacio Noguer Carmona.

El obispo de Huelva en la capilla ardiente de quien fuera su antecesor, Ignacio Noguer Carmona. / Josué Correa (Huelva)

“Con serenidad, se quedó dormido”. Así describió el obispo de Huelva, José Vilaplana, los últimos momentos de su antecesor en el cargo, el obispo emérito Ignacio Noguer Carmona, que falleció poco después de las diez de la noche del jueves, después de diez años de lucha contra varias dolencias, cuyas complicaciones superó en varias ocasiones, pero que minaron su resistencia.

El Obispado de Huelva hacía poco por ocultar su tristeza. Banderas a media hasta en su fachada y en el salón del trono un féretro con la pose propia de los prelados, pero que acompañó en vida al obispo emérito de la Diócesis onubense. A la derecha de la entrada de la estancia, un cuadro fechado el 27 de octubre de 1993, fecha de su toma de posesión, con la imagen del finado. El libro de condolencias se llenaba al paso de los asistentes de recuerdos de 88 años de una vida que se apagó en la noche del jueves. Junto al féretro una Biblia abierta en el pasaje de Marcos 16, 1-7 Jesús el Nazareno, el crucificado, ha resucitado y una corona de flores de la diócesis a su obispo emérito, daba la triste bienvenida a quienes se acercaban a brindarle su última compañía.

De inmediato se anunciaron las honras fúnebres que tendrán su culminación a mediodía de hoy en la catedral de La Merced, con un funeral que estará presidido por el cardenal Carlos Amigo Vallejo, “a quien le unía una relación muy especial” y que estará acompañado de un numeroso grupo de obispos llegados de todos los puntos de Andalucía. Después será conducido a su última morada, elegida por él mismo cuando vio falquear sus fuerzas “en espera de la Resurrección”.

Capilla ardiente del obispo emérito de Huelva. Capilla ardiente del  obispo emérito de Huelva.

Capilla ardiente del obispo emérito de Huelva. / Josué Correa (Huelva)

Su sustituto, José Vilaplana, visiblemente afectado por la pérdida de a quien diera el relevo, con el cansancio propio de una noche en vela y en espera de largas horas de vigilia, recordaba sus últimos momentos: “ayer, a las diez de la noche, nuestro querido obispo emérito entregó su alma al Señor. Se quedó dormido, con una enorme serenidad”.

El obispo trataba de descansar momentos aislados entre visita y visita y contestó a innumerables llamadas telefónicas que llegaban de toda la provincia, de cada una de las hermandades y de varios puntos de Andalucía. Las redes sociales fueron el medio elegido por la mayoría de sus representantes para expresar sus condolencias; las doce horas en las que se pudieron acercar a presentar sus respetos y a compartir recuerdos acompañados por Noguer Carmona, hicieron que no se vivieran aglomeraciones.

José Vilaplana junto al cuadro de Noguer Carmona en las dependencias del Obispado de Huelva. José Vilaplana junto al cuadro de Noguer Carmona en las dependencias del Obispado de Huelva.

José Vilaplana junto al cuadro de Noguer Carmona en las dependencias del Obispado de Huelva. / J. C. (Huelva)

Una de las más sentidas fue la de la Hermandad del Rocío de Huelva quienes quisieron “enviar su más sentido pésame a toda la familia y eleva a la Santísima Virgen del Rocío –de quien era un ferviente devoto según recordaba el actual obispo– una oración por el eterno descanso de su alma en las marismas eternas”. En parecidos términos se significó la Hermandad de La Cinta quien en su cuenta oficial de Facebook rogó “a todos nuestros hermanos ofrezcan una oración por su alma. Que la Virgen de la Cinta, ante la que tantas veces oró, interceda y Dios lo acoja en su seno”. 

Durante la última década, Ignacio Noguer Carmona padeció una enfermedad del riñón que mermó su actividad, aunque los cuidados de su asistente personal, el enfermero Jesús Jiménez, propiciaron en todo momento un mayor bienestar, junto a la comunidad del Seminario Diocesano, que ha sido su hogar durante los últimos años, y la compañía de quien ha sido su secretario personal hasta el último momento, el diácono Francisco Javier Vélez.

José Vilaplana recordó que además de las eternas sesiones de diálisis, padecía diabetes y se le había instalado un marcapasos, “reveses de la salud que afrontó con una enorme fortaleza y entereza”. Su entrega a la labor pastoral, le llevó a celebrar la Eucaristía durante todos los días hasta el último momento, “primero en la mesa camilla, donde pude acompañarle varias veces y cuando la salud no se lo permitió, desde la cama”.

Fieles en el salón del trono en el Obispado de Huelva. Fieles en el salón del trono en el Obispado de Huelva.

Fieles en el salón del trono en el Obispado de Huelva. / J. C. (Huelva)

José Vilaplana quiso destacar que “ha sido un buen Pastor para este pueblo y nos ha dado un ejemplo admirable de paciencia en su larga enfermedad, que ha ofrecido siempre por el bien de la diócesis. Ha sido un hombre prudente, sereno y yo puedo decir que en él he encontrado siempre un padre, un hermano y un amigo” de quien se reconoció heredero y a quien deseó “la pronta Resurrección”.

Uno de los primeros en llegar a la capilla ardiente, fue Antonio González, presidente del Consejo de Cofradías y Hermandades de Huelva, quien quiso destacar su “fortaleza ante el dolor en los últimos momentos, cuando íbamos a darle ánimos y recordábamos juntos lo mucho que vivimos, porque tenía una gran memoria”. El representante del mundo cofrade aludió también a “ese especialcarácter que podía dar la impresión de ser serio en un principio, pero que escondía una manera de ser serena y cercana”. González quiso poner de manifiesto que “su labor pastoral es más que destacable, ya que hizo mucho por la Diócesis de Huelva”.

Capilla ardiente con los restos de Ignacio Noguer Carmona. Capilla ardiente con los restos de Ignacio Noguer Carmona.

Capilla ardiente con los restos de Ignacio Noguer Carmona. / Josué Correa (Huelva)

También reconoció sentirse “muy afligido porque era una buena persona, un buen pastor y un hombre bueno que desgraciadamente nos ha dejado y que deja un vacío muy grande entre los que lo recordamos”.

Ignacio Noguer Carmona, nació en Sevilla el día 13 de enero de 1931. Fue ordenado sacerdote hace más de seis décadas. En septiembre del año 1956, poco después, marchó al Seminario Menor como superior y así permaneció durante los cinco siguientes cursos. En el año 1961 fue nombrado Director en el nuevo Seminario Menor de Pilas, donde estuvo otro lustro hasta recibir el encargo del Rectorado del Seminario Mayor de Sevilla. En el año 1971 pasó a ocupar la Vicaría Episcopal del Clero de reciente creación por aquel entonces.

En septiembre de 1976 fue nombrado obispo de Guadix-Baza, diócesis de la que tomó posesión y fue ordenado el día 17 de octubre de ese mismo año. Nombrado Obispo Coadjutor de Huelva el 12 de noviembre de 1990, tomó posesión el día 16 de noviembre de 1990. Tras la visita del Papa Juan Pablo II a Huelva, sucedió a Monseñor González Moralejo en la sede episcopal onubense, el día 27 de octubre de 1993. Ha pertenecido en dos periodos distintos a la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades. Noguer Carmona fue Presidente de la Comisión Episcopal de Migración, y miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española. Fue miembro de la Comisión Episcopal de Migración.

Además, fue nombrado delegado de los Obispos del Sur para los asuntos concernientes a los Seminarios de las Provincias Eclesiásticas de Granada y Sevilla. Obispo Residencial de Huelva desde el 27 de octubre de 1993 hasta el 17 de julio de 2006, fecha en la que el Papa Benedicto XVI admitió, por razones de edad, la renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis de Huelva, tras lo que fue nombrado Administrador Apostólico hasta la fecha de la toma de posesión de su sucesor, José Vilaplana Blasco ese mismo año.

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