La pasión por la lectura se aprende
El Ayuntamiento de Almonte imparte en la biblioteca la charla 'Leer en casa', dirigida a los padresl ponente La charla corrió a cargo de Francisca Márquez, educadora especializada en literatura infantil y juvenil y licenciada en Historia.




La lectura es una vía al conocimiento que se puede inculcar desde la diversión. No obstante, entrar por las puertas de un libro es una experiencia que no todos los pequeños de la casa están por la labor de hacer, quizás porque el reclamo audiovisual e incluso social no sea tan llamativo como el de una consola de videojuego u otras formas de ocio.
Es por ello que el papel de los padres se revela capital a la hora de inculcar a sus hijos esta afición que tiene que rivalizar con el sinfín de actividades de ocio que hoy día se les brinda a los pequeños. Sin embargo, la empresa no es imposible siempre que se cuente con una brújula en forma de pautas contrastadas que contribuirán a hacer de la experiencia de la lectura algo gratificante.
Con estos fines el área de cultura del Ayuntamiento de Almonte ha impartido en la biblioteca municipal la charla Leer en casa, iniciativa que se enmarca dentro de la programación trasversal del fomento de la lectura.
La charla corrió a cargo de Francisca Márquez, educadora especializada en literatura infantil y juvenil y licenciada en Historia, quien enumeró las pautas que se deben seguir para hacer de la lectura algo cotidiano con el que los niños puedan verse identificados y, del mismo modo, vean esta práctica como algo placentera.
Precisamente en base a este punto Francisca Márquez enfatizó en la necesidad de que la lectura se desarrolle fuera del ámbito escolar, precisamente porque el objetivo primordial es ahondar en las raíces lúdicas, por lo que un empecinamiento en darle carácter docente puede tener efectos negativos, al ser apreciado por el pequeño como algo pesado o de obligado cumplimiento.
La joven ponente también alertó sobre la posibilidad de que los jóvenes cuenten con una enorme amalgama de títulos y, sin embargo, no ocurra como con los juguetes, que inmediatamente les dan de lado tras el primer día.
Otro de los enfoques que se abordaron fue la posibilidad de malear los gustos del pequeño, una práctica poco aconsejable según Márquez, quien abogó únicamente por "supervisar lo que leen tus retoños", si bien nunca poniendo trabas e incluso prejuicios del tipo "es una lectura que no entenderás".
Siguiendo estas directrices a la hora de valorar los títulos más aptos para cada edad, la experta aconsejó sopesar factores como la escala psicoevolutiva del lector, ya que algunas experiencias pueden acelerar la madurez del niño o adolescente, lo que le capacitaría para abordar otro tipo de lecturas.
La experta en literatura juvenil también ahondó en la importancia de inculcar esta pasión por las letras desde la más tierna infancia, ya que "los bebes pueden incluso comunicarse con los libros" a través de los dibujos del papel impreso.
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