Un onubense tiene que viajar a Turquía para una operación de reducción de estómago
Antonio Abad padece obesidad y se ha visto obligado a someterse a una operación a más de 3.000 kilómetros de Huelva "tras más de cuatro años de esperas"

Huelva/Más de 3.000 kilómetros separan a Antonio Abad de su nueva vida. Padece de obesidad y el próximo 28 de mayo dará el paso más importante de su vida al someterse a una cirugía bariátrica by pass, una operación que busca la disminución del peso corporal con una restricción de la cantidad de comida que se puede ingerir, así como una reducción del apetito. No obstante, afrontará este proceso en Turquía, "alejado de mis familiares y amigos", dado que, "tras cuatro años en lista de espera en Huelva, me he visto obligado a concertar la operación desde el ámbito privado porque no aguanto más este calvario", asegura a este diario.
Antonio es natural de Trigueros y tiene 41 años. Su peso corporal asciende a 174 kilogramos y es uno de los más de 80.000 onubenses que sufre obesidad, la otra gran pandemia. En la población adulta española (25-60 años) la prevalencia de la citada enfermedad es, aproximadamente, del 16%, según la Encuesta Europea de Salud en España de 2020, y su desescalada parece no comenzar, dado que este porcentaje ha aumentado en ocho puntos en los últimos 35 años.
El onubense explica en Huelva Información que, "desde siempre" ha tenido "una estructura gruesa", pero no fue hasta 2018 cuando fue diagnosticado de obesidad, momento en el que su peso corporal comenzó a aumentar de forma exponencial. "Solo en cuatro años he ganado más de 50 kilogramos", explica Antonio, al tiempo que expone que los motivos de ello obedecen a "una profunda depresión después de perder mi casa y a una mala selección de los alimentos ingeridos. Desde 2020 padezco obesidad mórbida".
Todo ello motivó a Antonio a inscribirse en lista de espera de la Seguridad Social en 2018, "sin haber tenido aún la posibilidad de poder operarme", sostiene. Por motivos económicos esta era su única opción, pues en España "esta intervención me costaba alrededor de 22.000 euros por la sanidad privada", una cantidad inasumible para él. No obstante, fue conocedor de que esta misma operación tenía un coste de 7.800 euros en Turquía, una cantidad que ha podido abonar "gracias a las ayudas de mis compañeros de trabajo y familiares".
La técnica a la que va a someterse es restrictiva, porque reduce considerablemente el tamaño del estómago, pero también "selectivamente malabsortiva" porque altera el ciclo digestivo para que el intestino absorba menos grasas y azúcares. Ambas características "suman para que este tratamiento se traduzca en resultados satisfactorios en la pérdida de peso y en la mejoría de la diabetes, hipertensión y otras enfermedades asociadas a la obesidad", según explican desde la clínica en la que se operará.
A un mes de la operación, Antonio convive con el terror por "estar solo en un país que desconozco y por los riesgos que entraña la intervención", pero también con la ilusión. "Voy a conseguir por primera vez mi objetivo de querer mi cuerpo y voy a poder disfrutar de la persona que soy", asegura.
La obesidad produce en Antonio multitud de consecuencias físicas, desde "dolores insoportables en, prácticamente, todas las articulaciones de mi cuerpo", hasta el alto riesgo de sufrir un infarto, además de la dificultad de conciliar el sueño por la noche. Para ello necesita de una máquina especial, si bien no siempre consigue tener el descanso adecuado para "ir en buen estado a mi trabajo".
Antonio es transportista en una empresa de Bollullos Par del Condado y, pese a que es un oficio "sedentario", su ocupación contempla también la retirada y colocación de la lona de su camión, "un martirio para mí", pues esto implica que Antonio tenga que realizar movimientos que le suponen "un gran esfuerzo", además de la tarea de sortear barriles en el interior del vehículo para que todo esté en orden. Todo ello deja en mí "un gran dolor y agotamiento", apunta.
Los problemas físicos pasan "a un segundo plano" al lado de los mentales. "He recibido mucho bullying y acoso personal por mi estado", narra Antonio, quien reconoce que ello le obligó a pasar por terapia psicológica, en tanto que "vivía amargado, con un sufrimiento interno que no puedo ni describir".
Antonio sufre un "gran complejo" por su obesidad. Tanto es así, que "no salgo los fines de semana con amigos porque no tengo ropa para ponerme. Para mí es muy duro". Asimismo, insiste en que le afecta bastante en las relaciones sociales, hasta el punto de "no haber podido tener nunca pareja porque siempre se han fijado antes en mi físico que en mi persona".
Antonio no aparta de su mirada el próximo 28 de mayo, fecha en la que comenzará su nueva vida y en la que "podré cumplir mi sueño de ser feliz, aunque tenga que hacerlo a 3.000 kilómetros de mi casa".
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