La Santa Iglesia Catedral de Huelva abrió ayer un tiempo especial en la devoción cintera, como es la novena que viene a ser el encuentro de la Virgen de la Cinta con la ciudad. Es a modo de una devolución de visitas, de tantas que se les realiza a Ella al cabo del año, en encuentros íntimos que nacen de la devoción.Ahora la Virgen Chiquita ha dejado su pequeño e íntimo altar para presidir con majestuosidad y elegancia estos cultos en el altar mayor de la Catedral.

Es elevar la mirada para entender lo que significa la presencia espiritual de la Virgen de la Cinta, que está en el corazón de tantos y tantos onubenses.

Durante estos días será un reguero de personas las que se acerquen hasta la Catedral, en ese encuentro cercano que se tiene con la Virgen que anida en El Conquero. Ahora son los cultos en el primer templo de la Diócesis, en los que predica todos los días de la novena el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, que dijo aceptaba la invitación realizada por el hermano mayor, Bienvenido González, en nombre de toda hermandad.

El obispo reconoció que para él se trata de “una responsabilidad” y lo toma como “un humilde homenaje a la Virgen y un servicio a la fe”; a la vez que señaló que no quiere “que produzca admiración” sino “que estos días de novena sirvan para ayudar y ayudarme a entrar en el Evangelio”.

En la presencia de la Virgen de la Cinta iniciaba su predicación mostrándola como la primera discípula de Jesús e invitó a aprender Ella, para entender que “no somos alumnos de Jesús, sino queremos ser discípulos, que es el que convive con el maestro y aprende con El; es lo que ha hecho María”.

Un inicio para hablar de María con el anuncio del Ángel al recibir la buena noticia: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”.

En este sentido, destacó que el cristiano convierte la tristeza en gozo: “María nos enseña a ser agradecidos y a estar alegres”, y dijo que lo hace en medio de “una sociedad que trata de vivir al margen de Dios, siendo el hombre protagonista de todo; por eso le falta alegría al mundo”. Invitó el obispo a la acción de gracias “por todo lo recibido de Dios”.

Concluyó el obispo José Vilaplaba con una palabra hablando de “la tragedia de un cántaro, si el por ser de barro, frágil; el drama es estar en una fuente y permanecer vacío: Que nuestra vida rebose de Dios”, dijo.

Los cultos se adelantan todos los días desde hoy a las 20:00 con el inicio del rosario, seguido de la novena, para comenzar la misa a las 20:30. Ayer el rosario lo rezó el rector del santuario, Andrés Vázquez, y la novena el canónigo y párroco de la Merced, Víctor Bermúdez.