Balance del año

Un nuevo obispo para Huelva en un respiro de la pandemia

  • Preocupado por los más vulnerables, continúa conociendo la realidad pastoral y social de la provincia de Huelva a la que llegó en julio

El obispo Santiago Gómez, en la bendición de la primera piedra de la iglesia de Cristo Sacerdote.

El obispo Santiago Gómez, en la bendición de la primera piedra de la iglesia de Cristo Sacerdote. / Alberto Domínguez

Santiago Gómez Sierra, sexto obispo de Huelva, llegó en un respiro de la pandemia, casi de sorpresa ya que la situación en la que se vivía todo hacía pensar que el relevo en la mitra onubense no se produciría por el momento.

José Vilaplana Blasco, trece años gobernando el palacio episcopal del Conquero sabía que se marchaba. En un principio todos pensaban que a final de 2019 pero se alargó y no fue hasta la celebración de la Fiesta del Corpus Christi, en esa última bendición que hizo a las puertas de la Santa Iglesia Catedral es cuando concluía su ministerio como obispo. Lo anunció al día siguiente, al mismo tiempo que en Sevilla cuando el arzobispo Juan José Asenjo daba cuenta que el hasta ahora era su obispo auxiliar pasaría la Diócesis de Huelva, coincidiendo el relevo tanto en Huelva como el del propio Asenjo que se debió producir el pasado otoño y se espera su relevo según él mismo anunció.

Santiago Gómez Sierra dijo que llegaba a Huelva ilusionado. A sus 62 años es su primera misión como obispo, en la que está al frente de una diócesis, aunque traiga la experiencia de venir de un gran arzobispado.

En las primeras declaraciones a la prensa muestra “mucha ilusión”, “la verdad es que cuando el señor nuncio me comunicó la decisión del santo padre, lo acogí con ilusión y alegría”, declaró a Huelva Información. Aseguraba que no trae nada previo, “ningún plan hecho, preconcebido” y citando a San Juan Pablo II dijo que “para la Iglesia el programa ya existe y es Jesucristo”.

La llegada a Huelva se produjo el sábado 25 de julio con una primera visita a la Patrona de Huelva, Nuestra Señora de la Cinta, en su santuario del Conquero que es una tradición que mantienen los prelados onubenses antes de acceder a su toma de posesión que tuvo lugar en la Santa Iglesia Catedral de Huelva.

Una celebración que se vio sometida a todos los filtros que marcan la pandemia de la Covid-19, con lo que la reducción del aforo provocó que no pudieran sumarse todos aquellos que lo deseaban, más cuando una de las primeras evidencias con las que se encuentran los prelados es la asignatura pendiente de un templo con capacidad para albergar actos de gran participación de fieles ya que la construcción de una catedral se sigue aplazando desde los inicios de la diócesis y ocupa la reducida capilla de un antiguo convento.

En su primera homilía como obispo de Huelva, Santiago Sierra destacó que “necesitamos volver a vincularnos con los pobres y marginadas para construir verdaderamente una sociedad que busque con perseverancia el bien común”. Así señaló que el compromiso social y la opción por los pobres retienen una vinculación directa con la proclamación del Evangelio”.

Santiago Gómez ha dedicado estos primeros meses de su llegada a Huelva a un encuentro con todos los pueblos, recorriendo la provincia con ocasión de las confirmaciones y otros motivos, dentro de las restricciones que marcan las circunstancias sanitarias por la pandemia, aunque ha calificado a pesar de tos estos inconvenientes que “está siendo una experiencia de entrañamiento con esta Iglesia particular de Huelva”.

Una cercanía también con las autoridades locales y de la realidad social y económica de Huelva, refiriéndose especialmente a la situación que lo están pasando los más vulnerables. Así insiste en que “debemos cuidar la caridad en la comunidad cristiana, atendiendo a los más necesitados y a los que lo están pasando peor en esta crisis”.

Esa realidad la ha podido conocer acudiendo a los asentamientos de migrantes.

Se encuentra con una Iglesia en marcha, donde hasta el momento no se han producido cambios, siempre habituales en el inicio de nuevos ciclos, motivados por cuestiones tan sencillas como la edad para jubilarse. Santiago Gómez sigue conociendo todo y a todos y dentro de las limitaciones que también marcan la vida del Obispado ahora se sigue dando continuidad a los proyectos en marchas, el último de ellos ha sido la reciente colocación de la primera piedra de la nueva iglesia de Cristo Sacerdote, en un acto que concluyó invitando al esfuerzo material, señalando con simpatía: “y ahora hay que pagarla”.

Con las hermandades de la capital también ha mantenido un encuentro y destaca que las cofradías vertebran de alguna manera la piedad popular. “Esa piedad que muchas personas tienen a través de una imagen concreta, sea de la Virgen, del Señor o de un santo. Es un canal de comunicación con Dios, entonces es una realidad que tiene el pueblo cristiano a respetar y acompañar, es lo que procuraré también como lo he hecho y he visto en Sevilla. En cada lugar tienen su propia idiosincrasia, connotaciones e intentare conocerles en Huelva y alentarlas. Todo lo que sean canales, medios, donde la vida de la fe y la experiencia de la fe y de Dios se enraízan en la vida de las personas ahí está la Iglesia, ahí está la fe, la evangelización, ahí tenemos que estar los pastores”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios