La moda femenina del siglo XIX

El Museo Provincial de Huelva tiene abierta una exposición sobre la moda en el siglo XIX, con fondos procedentes del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla y del Museo del Traje de Madrid

1. Vestido de niña, realizado en seda y algodón hacia 1880-1882. 2. Guantes de la moda imperio (1800-1810), en seda, algodón y metal. 3. Botinas, en lana, seda y cuero de 1875, corresponde a la época de los trajes de polisones. 4. Conjunto de cristianar, en seda y algodón, de 1880-1890. 5. El casticismo se ve en ropas como el traje de maja, realizado en seda, lino y madera, entre 1850-1860. 6. Abanico de marfil, papel y metal, hacia 1810.  7. Entre los complementos está este juego de plata entre 1850-1860. 8. Del casticismo destaca esta mantilla de madroños, realizada en seda a finales del siglo XIX.  9. Sombrilla, hacia 1865, de seda, marfil y metal. En la página anterior, traje de calle con polisón, en seda, algodón y madera, entre 1876-80.
1. Vestido de niña, realizado en seda y algodón hacia 1880-1882. 2. Guantes de la moda imperio (1800-1810), en seda, algodón y metal. 3. Botinas, en lana, seda y cuero de 1875, corresponde a la época de los trajes de polisones. 4. Conjunto de cristianar, en seda y algodón, de 1880-1890. 5. El casticismo se ve en ropas como el traje de maja, realizado en seda, lino y madera, entre 1850-1860. 6. Abanico de marfil, papel y metal, hacia 1810. 7. Entre los complementos está este juego de plata entre 1850-1860. 8. Del casticismo destaca esta mantilla de madroños, realizada en seda a finales del siglo XIX. 9. Sombrilla, hacia 1865, de seda, marfil y metal. En la página anterior, traje de calle con polisón, en seda, algodón y madera, entre 1876-80.
Eduardo J. Sugrañes / Huelva

12 de junio 2008 - 01:00

El Museo Provincial de Huelva ofrece un recorrido por la moda femenina del siglo XIX, a través de una selección de la rica colección de indumentaria con la que cuenta el MuSeo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, junto con el préstamo de vestidos realizado para tal ocasión de la colección del Museo del Traje CIPE de Madrid, con el que se ha completado el amplio recorrido por la moda femenina, desde 1800 a 1905-1906.

El objetivo principal de esta exposición es mostrar la evolución de la imagen de la mujer a través de las modas imperantes durante este siglo, desde la completa liberación de las formas con el vestido camisa de los primeros años, a la estrechísimas cinturas ceñidas por el uso del corsé, la amplitud de caderas graciosas a los miriñaques y polisones de época romántica, la aparición de nuevos estilos y formas con las primeras modistas, hasta el triunfo en el modernismo de la línea sinuosa de los primeros años de 1900.

Además de estos cambios estilísticos en la indumentaria, esta exposición ofrece una visión completa de todo lo que rodeaba a la mujer burguesa del XIX, como el uso de ricos complementos (guantes, sombrillas, joyas...) o la visión más intimista que ofrecen las prendas interiores.

Sin duda, el traje aporta datos estéticos, funcionales, tecnológicos y sociales; es un bien museable que fomenta el respeto e interés por las formas de vida en época pasadas. Es el caso de los disfraces de los Montpensier, que se han seleccionado como representación de ese ambiente lúdico y festivo del que disfrutaban las clases sociales más elevadas.

Así la exposición abierta en el Museo Provincial de Huelva tiene como objetivo principal reflejar los constantes cambios en la moda del siglo XIX a través del traje femenino, por ser éste el que experimenta las transformaciones más radicales en sus aspectos formales, y que son especialmente visibles en las alteraciones que sufre la silueta de la mujer a lo largo de la centuria.

La exposición muestra el desarrollo cronológico de la moda y las siluetas más significativas de cada etapa.

La moda imperio (1800-1819), a parte de marcar un cambio radical en la indumentaria femenina respecto al siglo anterior, se caracteriza por vestidos de líneas sencillas que fueron impuestos por la moda francesa, con talles cortados debajo del pecho y elaborados especialmente con finas muselinas de tonos naturales. Son trajes de inspiración clásica que conviven en España con la moda castiza por excelencia, el traje de maja.

En los cincuenta años de la moda romántica (1820-1870), la moda cambia paulatinamente desde los tejidos, estampados y adornos, hasta la evolución de la silueta gracias al uso de las prendas interiores: el corsé y la crinolina o el miriñaque, que estructurarán el traje romántico de cintura muy estrecha, hombros caídos y falda voluminosa.

La siguiente etapa es la del Polisón (1870-1890). Esta prenda interior acapara la atención de la moda en estas dos décadas, consiguiendo dar forma y volumen especialmente en la parte trasera del vestido de la mujer. Durante esta época, las modistas empiezan a tener un papel relevante en la moda.

El modernismo (1890-1914), se caracteriza por la aparición de nuevos estilos y formas que van desde la inspiración del Renacimiento hasta el triunfo de la línea sinuosa características de 1900.

Estas áreas cronológicas que aparecen en la sala de Bellas Artes del Museo de Huelva han sido complementadas con dos temáticas. Una dedicada a prendas interiores y complementos, y otra a los disfraces.

Los disfraces de los duques de Montpensier están fuera del discurso expositivo, aunque no del ambiente social que produce y consume la moda de la que se muestra esta evolución cronológica decimonónica; sin embargo, no así del ambiente social que produce y consume esa moda. De ahí que formen parte de un área temática y no cronológica. Se han seleccionado también como representación de ese ambiente lúdico que disfrutaba la corte en Madrid y la 'corte chica' como fue considerada la Sevilla romántica desde el asentamiento en ella de los Montpensier en 1848. Dos años más tarde, los duques adquirieron el palacio de San Telmo como residencia familiar, convirtiéndolo en su palacio sevillano al que dotaron de todas las infraestructuras propias de su rango cortesano.

La selección de los disfraces se ha hecho en base a la documentación pictórica existente en el Museo. Se trata de cuatro cuadros, óleos sobre lienzos, de los retratos del infante duque de Montpensier con traje de moro argelino, de la infanta duquesa de Montpensier con traje de judía de Tánger, del conde de Eu con traje de albanés y del duque de Alençon con traje de griego, según consta en el catálogo de los cuadros y esculturas pertenecientes a los duques de Montpensier de 1866.

Con objeto de la celebración de esta exposición itinerante se acometieron los trabajos de conservación y restauración de las piezas seleccionadas para tal evento. Además de la indumentaria y complementos femeninos, hay que destacar excepcional el conjunto de disfraces de los duques de Montpensier, que también necesitó de una restauración.

El estado de conservación general de las prendas seleccionadas era deficiente. Los deterioros se habían producido tanto por la degradación propia de los tejidos que constituyen la materia prima con la que están confeccionadas las prendas, como por una serie de factores externos tales como el uso o, en alguna ocasión, el inadecuado sistema de almacenaje, teniendo en cuenta que muchas de ellas llegaron al Museo de Artes y Costumbre en unas condiciones regulares de conservación que ocasionaron graves alteraciones a la obra. Entre las principales alteraciones localizadas habría que destacar la deshidratación de las fibras producida principalmente por niveles de humedad, manchas de diferente origen y tipología, deformaciones ocasionadas por un almacenamiento inadecuado, en general las piezas presentaban debilidad en los tejidos con los que fueron confeccionadas, así como alteraciones cromáticas producida por la luz.

Para recuperar el esplendor que presentan las piezas expuestas en el Museo de Huelva ha sido necesario un tratamiento de carácter puntual, realizando intervenciones para devolver a las piezas su resistencia mecánica y su valor estético. Con carácter general los tratamientos llevados a cabo incluyeron la limpieza mecánica, eliminación de antiguas intervenciones, desinfección, rehidratación, consolidación y reintegración. Con esta intervención se ha podido comprobar que fueron elaboradas con el más puro cuidado y delicadeza.

La exposición podrá visitarse en el Museo Provincial de Huelva hasta el 14 de julio, en horario de martes, tardes; miércoles a sábado de 9 a 20.30 horas y domingos y festivos por la mañana.

stats